"Desde mi punto de vista –y esto puede ser algo profético y paradójico a la vez– Estados Unidos está mucho peor que América Latina. Porque Estados Unidos tiene una solución, pero en mi opinión, es una mala solución, tanto para ellos como para el mundo en general. En cambio, en América Latina no hay soluciones, sólo problemas; pero por más doloroso que sea, es mejor tener problemas que tener una mala solución para el futuro de la historia."

Ignácio Ellacuría


O que iremos fazer hoje, Cérebro?

domingo, 2 de março de 2008

A Bolívia domina o Brasil com o gás, a Rússia a União Européia, onde estará o perigo maior?

La gaspromización de la seguridad energética europea

by Robert Amsterdam

En Europa se ha secuestrado el término “seguridad energética” para dar poder a los proveedores y debilitar a los importadores, lo que entraña una drástica reducción de la competencia, una mayor vulnerabilidad política y la erosión del Estado de Derecho. El hecho de que Dimitry Medvedev, el probable sucesor del Presidente Vladimir Putin, sea el Presidente de Gazprom despeja todas las dudas sobre la determinación del Kremlin de mantener sujeto con puño de hierro el sector de la energía, pero hay que poner fin a la asimetría en las relaciones Unión Europea-Rusia en materia de energía.

Nunca habían sido mayores en la UE las preocupaciones por la seguridad energética, alimentadas por la dependencia cada vez mayor de Rusia. La expropiación de la compañía petrolera Yukos por parte de las autoridades rusas ha ido acompañada de la expulsión de los extranjeros del sector de la extracción de energía. Inevitablemente, muchos en Europa ponen en entredicho el valor de la palabra del Kremlin.

En lugar de apartarse, la UE debe intentar conseguir un compromiso y una reciprocidad mayores. Debe facilitar una mayor participación de Gazprom en el mercado de la UE mediante la liberalización del mercado y la integración de las fases finales de la producción, pero también debe presionar en última instancia en pro de la reestructuración de Gazprom y la entrada real en el mercado ruso de las compañías europeas, porque la renuencia de Rusia al respecto garantiza la inseguridad energética para Europa.

De hecho, el gobierno de Putin cuenta con un historial de flexibilidad en la aplicación de las normas e intimidación a los inversores extranjeros, con el apoyo de fiscales, organismos tributarios, organismos reguladores y tribunales. Al mismo tiempo, Gazprom ha llegado a ser la creadora predominante de mercados del gas en Europa y su actuación ha sido una burla de las medidas adoptadas por la UE para lograr una mayor colaboración con Rusia.

La estrategia de Gazprom se compone de tres tácticas: la cooptación, es decir, cultivar asociaciones con ciertos países, dirigentes políticos y grandes empresas como palancas en pro de sus intereses; actitudes preventivas: utilizar el poder en las primeras fases de la producción y la diplomacia rusa para manipular las condiciones correspondientes a las últimas fases de la producción y apoderarse de activos a manos llenas; y la desmembración: dividir a la UE mediante acuerdos bilaterales.

Gazprom ha logrado la cooptación de Europa principalmente por mediación de Alemania, donde sus asociaciones con compañías de energía y bancos han contribuido a alinear a las autoridades en pro de los fines rusos. Está en marcha una extensa operación de cabildeo, directo o por poderes, a fin de persuadir a los reguladores europeos para que permitan los contratos de suministro a largo plazo en la UE… pese a sus negativas consecuencias para la competencia.

La labor de prevención por parte de Gazprom ha consistido en una multitud de adquisiciones. Gazprom ha inundado el mercado en Turquía, ha privado de gas a Ucrania, ha amenazado con hacer lo mismo en Belarús y ha ofrecido un acceso preferente al mercado a los socios dispuestos a ayudarla, como, por ejemplo, Italia.

En el Cáucaso, el Kremlin ha impedido al Irán crear la infraestructura necesaria para competir como proveedor de gas a Europa. Para detener la llegada del gas del Irán, Rusia compró prácticamente todo el sector energético de Armenia, mientras que su apoyo al programa nuclear del Irán contribuye a mantener el aislamiento del Irán y a alejar los fondos occidentales que este país necesitaría para llegar a ser un exportador de gas rival.

El predominio de Gazprom resulta reforzado por actividades coordinadas con el Kremlin para imponer su influencia en mercados como España e Italia. A cambio de acuerdos sobre el gas con proveedores rivales, como, por ejemplo, Argelia, Rusia ha ofrecido importantes concesiones en materia de armamento y condiciones preferentes en materia de deuda.

En otros casos, el Kremlin adopta actitudes punitivas, como cuando cortó el suministro de petróleo a Lituania, a raíz de la venta de la refinería de petróleo de Mazeikiu  a una compañía polaca, o a Ucrania después de que sus ciudadanos votaran a favor del partido “que no debían”.

El primer ejemplo de desmembración es el gasoducto de Nord Stream, que gusta a Alemania, pero irrita a Polonia y a los países bálticos. El gasoducto submarino costará tres veces más que uno nuevo por las rutas terrestres existentes, socava la seguridad energética de los vecinos orientales de Alemania y amenaza el frágil ecosistema del mar Báltico, pero, al entregar las exportaciones directamente a Alemania, Rusia podrá cortar el suministro de gas a Ucrania, Polonia y los Estados bálticos sin afectar directamente a los suministros con destino a la Europa occidental… y el reciente comportamiento de Rusia indica que se trata de una amenaza real.

Pero en Gazprom existe preocupación por sus capacidades en las primeras fases de la producción, como lo demuestra la decisión de desviar el gas de su yacimiento de Shtokman a Europa en lugar de licuarlo para nuevos mercados de Norteamérica. Mientras Gazprom mantenga una actitud opaca, Europa no podrá saber si su principal proveedor está invirtiendo lo suficiente para desarrollar reservas futuras. La batalla política del Kremlin para conseguir el control del sector energético de Rusia ha provocado una reducción espectacular de la tasa de crecimiento de su producción de petróleo y gas.

Se trata de un problema para Europa. Grazpom no puede ser un socio para Europa, si no invierte en su infraestructura y, sin embargo, desempeña un papel predominante en la destrucción de empresas privadas rusas, invierte 14.000 millones de dólares en activos no básicos, como, por ejemplo, medios de comunicación y está dirigida desde la Oficina de Administración Presidencial.

No se deben apagar las luces en toda Europa. Bruselas debe exigir a Moscú transparencia, simetría e imperio de la ley con el fin de lograr una revolucionaria integración de los mercados energéticos europeo y ruso.

Simultáneamente, mediante la diversificación de las fuentes de suministro, inversiones en gran escala en el gas natural licuado y una actitud enérgica en pro del gaseoducto Nabucco y las interconexiones entre los países ribereños del Mediterráneo, Europa puede avanzar hacia la seguridad energética.

El propio acceso a las fases finales de la producción que desea Grazprom en Europa es la mejor baza de la UE. Ésta debe decir a Gazprom que el acceso a los activos de las fases finales de la producción de Europa estará sometido a la condición de una apertura recíproca al sector energético de Rusia. El resultado sería una grata participación en el mercado energético europeo para una Rusia en la que confiarían –además de respetarla– sus socios internacionales.

Robert R. Amsterdam, socio fundador del bufete de abogados Amsterdam & Peroff, es consejero de Mijail B. Jodorkovsky en materia de defensa internacional y escribe en su bitácora www.robertamsterdam.com.

http://www.project-syndicate.org/commentary/amsterdam1/Spanish

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