"Desde mi punto de vista –y esto puede ser algo profético y paradójico a la vez– Estados Unidos está mucho peor que América Latina. Porque Estados Unidos tiene una solución, pero en mi opinión, es una mala solución, tanto para ellos como para el mundo en general. En cambio, en América Latina no hay soluciones, sólo problemas; pero por más doloroso que sea, es mejor tener problemas que tener una mala solución para el futuro de la historia."

Ignácio Ellacuría


O que iremos fazer hoje, Cérebro?
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sábado, 28 de julho de 2007

A Bolívia em risco de fragmentação!

A Constituinte boliviana ao discutir a capital e a autonomia regional abriu um barril de pólvora, conflitos centenários que estavam adormecidos foram recuperados, a convocação de cabildos reapareceu e há um risco que a Bolívia venha a se fragmentar. Esse é o risco de se colocar o povo na rua. Todo líder político ao convocar o povo para luta imagina que terá o controle durante todo o percurso, mas isto de fato nunca ocorre. O povo não existe e logo as contradições se manifestam, porque a incompatibilidade entre os diferentes interesses se manifestam, os grupos se diferenciam, e o povo agora autônomo e em movimento coloca em xeque o projeto inicial. Se todos foram fracos chega-se à guerra civil, se um grupo for dominante consegue implementar reformas e impor seus interesses contendo os conflitos por mais algum tempo. A Bolívia unida é pobre, fragmentada seria paupérrima. Não interessa ao Brasil a fragmentação da Bolívia, e por isso caso os problemas se agravem será na porta do Lula que o Morales irá bater pedindo ajuda.
Ontem a igreja boliviana fez uma manifestação em todo país em defesa da unidade do país. A reportagem pode ser lida no link abaixo.
http://www.la-razon.com/versiones/20070728_005981/nota_247_459461.htm

domingo, 10 de junho de 2007

Mais um contra Morales: os liberais atacam agora política comercial

Abaixo segue mais um artigo publicado no jornal boliviano La Razón. Aqui o colunista protesta contra a rejeição ao acordo de livre comércio entre o CAN e a União Européia, contesta-se a opção latino-americana e esquerdista nas negociações comerciais. Rejeita a idéia de que fazer um acordo comercial com a UE prejudique a Bolívia. Entendo que a Bolívia não tem mesmo alternativa, mas ao contrário do que o autor diz não deve negociar na proposta apresentada ao CAN, mas deve buscar se inserir nas negociações do Mercosul e do Brasil. Se o Brasil serve para alguma coisa para a Bolívia, se aceitar a liderança brasileira faz algum sentido é nestas horas, ganhar vantagem nas negociações.


Ahora, resulta que los europeos son los malos

Primero, fue una larga y costosa campaña cargada de ideología y medias verdades en contra del ALCA; después, en contra de un TLC con los EEUU; ahora parece ser que el turno es de la Unión Europea.
Dijo Jesucristo: “por sus frutos los conoceréis”. ¿Cuál es el resultado de todo esto?¿El andar “mendigando” la extensión del ATPDEA para que el valor agregado de nuestras manufacturas —el trabajo de las manos de los bolivianos y de las bolivianas— pueda seguir ingresando al mercado más grande y mejor pagador del mundo, mientras otros países generan más empleos, apostando inteligentemente en función de ese mercado?
Es lamentable que el turno le haya tocado a Europa. Cambian los países, pero no los actores, pues se mantienen los denostadores de las exportaciones, del comercio, de la integración, del mercado; aquellos actores apologistas de un Estado eficiente que nunca fallará en abastecer de servicios y productos básicos a la población; que no caerá en la corrupción de siempre; un Estado idolatrado que, además, perpetúe por siempre… la pobreza de la gente. Esos viejos actores, anclados en sus propias frustraciones, idealistas —rayados en la ingenuidad— incoherentes entre su discurso y el tipo de vida que llevan, se parapetan en lo incógnito, escribiendo cosas como: “Acuerdo CAN-UE: Es un mito eso de que los europeos son más ‘civilizados’ y ‘humanistas’ que los estadounidenses”. Es lamentable que el turno sea ahora de la Unión Europea. El turno de vernos una vez más, desorientados, moviéndonos bajo consignas, creando más anticuerpos con otros países a quienes estamos perjudicando, al mismo tiempo que hipotecamos nuestras posibilidades de desarrollo futuro.
Estos mismos expertos, asesores —nacionales y extranjeros— están complicando innecesariamente al Gobierno con sus malos consejos, cuando lo lógico hubiera sido sentarse a negociar con inteligencia. La incongruencia de su discurso es tal, que para explicar el incomprensible bloqueo del inicio de la negociación CAN-UE, se dice que “se está tratando de proteger al campesino, al pequeño empresario, al artesano”, entonces, salta la pregunta ¿por qué estos mismos consejeros se empeñan en que Bolivia ingrese al Mercosur como miembro pleno, cuando la propia Unión Europea —esa de la que queremos proteger a nuestros “pobrecitos productores”— ve al Mercosur como una amenaza productiva?
Hemos dicho no al ALCA, y hemos ingresado al ALBA. Hemos dicho no al TLC y hemos firmando el TCP. Y, ahora estamos poniendo en riesgo un mercado de 400 millones de dólares como el de la CAN, al ganarnos el desafecto de varios países, y despreciamos un mercado de 500 millones de personas como el de la UE, porque algunos no se sienten capaces de negociar nuestros intereses. ¿Estamos haciendo bien las cosas? ¿Todo el mundo está equivocado cuando quiere negociar con los EEUU y la UE? ¿Qué buenos negocios se hacen con Venezuela y Cuba? ¿Se ha informado al presidente Morales que el TCP sigue haciendo cuesta arriba nuestras exportaciones a Venezuela, y que a Cuba no se le ha exportado un solo dólar?
Se dice que el mercado de la UE está garantizado a través del Sistema Generalizado de Preferencias (SGP), cierto, “tan garantizado como nuestras ventas a los EEUU a través del ATPDEA…”. Lo que no se dice —tal vez por desconocimiento— es que el SGP no es permanente, que su vigencia y alcance depende de quien lo cede, para lo que hay que cumplir 27 convenios internacionales y tenerlos todos vigentes (¿los tenemos?).
Además, el SGP es “revisable” cada tres años, debiendo hacerse esto el 2008; por tanto, nada garantiza que el SGP seguirá igual para nuestras ventas futuras. Este tipo de aseveraciones, además de parciales, son estáticas. Marcan ciertamente, una diferencia entre quienes están dispuestos a arriesgar su capital, su familia e incluso su salud, para aportar al país invirtiendo, produciendo, exportando, generando empleo y bienestar, con quienes se conforman con la comodidad de un escritorio, haciendo una inadecuada lectura de los tiempos que vivimos.
Para hacer lo primero, son imprescindibles los acuerdos comerciales que den estabilidad al libre acceso, más allá de la voluntad de mantener una preferencia unilateral. Para lo segundo, solamente es necesario pertenecer a alguna organización que dependa, no de un trabajo creativo, sino de la dádiva externa.

* Gary A. Rodríguez A.
es gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior.

Criticando o Morales: Política Energética da Bolívia

Política energética nacional - “lista”

El país no lo puede creer. Tenemos las segundas reservas más importantes de gas en el subcontinente americano y el Gobierno ha anunciado que tendremos que importar gas licuado de Venezuela o de Perú, sacrificando nuestras preciosas y bien ganadas reservas internacionales para pagar por esas importaciones. Por otra parte, el Gobierno también ha anunciado que tendremos escasez de diesel, jet fuel, gas natural para la industria y, para colmo, posiblemente, también cortes de energía eléctrica a nivel nacional.
Y, ¿a qué se debe todo este infortunio? Obviamente a que las políticas energéticas del Gobierno parece que no son las más adecuadas pues, como se sabe, los anuncios de incremento de impuestos y regalías, y las recientes acciones y determinaciones tomadas sobre la nacionalización de los recursos energéticos, no han hecho otra cosa que privar a Bolivia de la inversión extranjera a niveles tan espectacularmente bajos, que sólo superamos a las recibidas por Haití durante el pasado año de 2006.
Y esto no es una postura política o una crítica al Gobierno. Es una realidad económica irrefutable. Resulta, pues, que, tal como lo venimos diciendo a través de esta columna y en los programas semanales de televisión a nivel nacional, los inversionistas no son entidades políticas o de beneficencia, como parece creerlo el Gobierno, sino entidades económicas que, en última instancia, toman decisiones racionales en base a las oportunidades que les ofrece cada mercado.
Por lo tanto, a partir del momento en que el país comenzó a hacer pública la “Agenda de Octubre”, se votó por el Referéndum del 2004, se aprobó la nueva Ley de Hidrocarburos y se inició el proceso de nacionalización en mayo del 2006, las empresas extranjeras, particularmente las del sector de hidrocarburos, empezaron a reducir drásticamente sus inversiones en Bolivia, a los niveles más bajos registrados en los últimos veinte años y que, con toda razón, las dirigieron hacia otros países, que ofrecen mejores condiciones de seguridad jurídica y una menor carga impositiva.
Dicho de otra manera —y esta vez en facilito—, el subir impuestos y regalías y el anunciar nacionalizaciones tiene un costo. Ese costo es la drástica reducción de la inversión extranjera —fatal para un país que tiene un bajo ahorro interno— y la consecuente pérdida de los mercados de exportación. Y, otra vez, esa no es una posición política ni mucho menos, sino lo que se enseña en el primer año de toda Facultad de Economía.
Por otra parte, la escasez de estos energéticos tiene también su origen en las equivocadas políticas gubernamentales de los últimos gobiernos y del propio Gobierno actual, respecto a la matriz energética. ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que en vez de vender gas licuado, diesel y gasolina a precios subvencionados —cuyo costo alcanza la frívola suma 600 millones de dólares anuales—, lo que el país debe hacer es distribuir gas natural por redes y reconvertir el parque automotor boliviano a gas.
De esta manera, el país podría exportar sus hidrocarburos a precios internacionales, utilizar lo que hoy se pierde en la subvención para invertir en el sector social (entre otras cosas podría pagar el costo del cambio de la matriz energética) y así evitar que, por lo menos el 20 por ciento de esa subvención, que llega a 600 millones de dólares, beneficie a algunos países que, paradójicamente, ahora le van a vender gas licuado a Bolivia.
Parecería entonces que la política energética nacionalista no anda muy bien que digamos; pues, por un lado, no tiene visos de generar los empleos que el Gobierno creía y, por otro, hasta la fecha, sólo ha producido una gran escasez de energéticos a la industria y a las amas de casa bolivianas.
Sería bueno, pues, que Bolivia y los bolivianos repensemos sobre las bondades de esta política en el largo plazo. Esto, sobre todo, antes de que ni siquiera lleguemos a la triste conclusión de que nuestra política energética nacional, en el mejor lenguaje vernacular boliviano, está “lista” y que, por lo menos, se hace necesario revisar otras posibilidades.

http://www.la-razon.com/versiones/20070610_005933/nota_246_438255.htm

sábado, 28 de abril de 2007

Não aceleremos o fracasso!

Evo Morales já está propondo uma moeda única para a nova União de Nações Sul-americanas e que o Banco do Sul funcione como Banco Central. Defende que é preciso acelerar a integração e ao esperar 50 anos como a UE. Este é o meio mais fácil para que consiga fazer com que a integração na América do Sul fracasse mais uma vez. Os processos de integração não podem ser vistos como panacéia. E se o Brasil e Bolívia não conseguem ter uma política conjunta e coordenada para o gás, não é crível que consigam ter uma política monetária única, uma moeda única, ainda mais precisando coordenar com outros países. Além do que, esta moeda única aumentaria as vantagens da economia brasileira sobre seus vizinhos fazendo com que as reclamações no âmbito do comércio exterior aumentassem. De todo modo, é preciso considerar que é circunstancial a presença de lideranças como Kirchner, Morales e Chávez chefiando governo estáveis. Um projeto de integração não pode ser construído fundado no carisma de lideranças que podem não ter continuidade, mesmo os seus discípulos podem não ter o mesmo ânimo integracionista e aí condenar o processo de integração. Por fim, é de se desconfiar do espírito integracionista de Morales e Chávez que freqüentemente assumem posturas unilaterais.