"Desde mi punto de vista –y esto puede ser algo profético y paradójico a la vez– Estados Unidos está mucho peor que América Latina. Porque Estados Unidos tiene una solución, pero en mi opinión, es una mala solución, tanto para ellos como para el mundo en general. En cambio, en América Latina no hay soluciones, sólo problemas; pero por más doloroso que sea, es mejor tener problemas que tener una mala solución para el futuro de la historia."

Ignácio Ellacuría


O que iremos fazer hoje, Cérebro?
Mostrando postagens com marcador Euro. Mostrar todas as postagens
Mostrando postagens com marcador Euro. Mostrar todas as postagens

domingo, 2 de maio de 2010

Alemanha eurocética ou Alemanha oportunista e neoliberal?

02 mayo, 2010 - Lluís Bassets

El fracaso político del euro

En el principio siempre hay decisiones políticas. Políticas fueron las decisiones monetarias de Helmut Kohl y políticas son las indecisiones monetarias de Angela Merkel. El canciller de la unificación alemana tomó dos decisiones monetarias: fijó el cambio del marco oriental por marcos occidentales en la paridad de uno a uno hasta el límite de 4.000 y de dos orientales por uno occidental a partir de dicha cantidad; y luego accedió con el Tratado de Maastricht a que su país perdiera la moneda sobre la que se había construido el milagro alemán, a cambio de que el resto de Europa aceptara la unificación y sus consecuencias.

También fueron políticas las decisiones que se tomaron alrededor del euro. Sin una firme voluntad política de los países que querían incorporarse, encabezados por los dos grandes, Francia y Alemania, es decir, el presidente de la República Jacques Chirac y de nuevo el canciller Kohl, el euro habría quedado reducido a una unión monetaria franco-alemana, con la adición de Holanda, Bélgica y Luxemburgo. El propósito, netamente político, de los fundadores fue incorporar el máximo número de países, cumpliendo las reglas o criterios llamados de Maastricht naturalmente (pertenencia al sistema monetario europeo, limitación de los niveles de inflación, déficit y deuda, y convergencia de tipos de interés), pero con una cierta manga ancha, que permitió algunos apaños en las cuentas públicas, que en el caso de Grecia, incorporada algo más tarde, fueron, como se ha visto, escandalosos e incluso fraudulentos.

La nueva moneda nació con un problema político serio. No había gobierno económico ni departamento del Tesoro que funcionaran como interlocutores de las autoridades monetarias del Banco Central Europeo. Pero su aparición y consolidación llevó a presagiar unos futuros efectos políticos, que conducirían a solventar el problema de la gobernanza, a introducir criterios de armonización fiscal e incluso incrementos del presupuesto. No tan sólo no ha sucedido, sino que las cosas han ido en dirección contraria, justo cuando la moneda común supera ya su primera década de vida.

Angela Merkel arrastra ahora los pies y prefiere esperar a que vayan a las urnas los votantes de Renania Westfalia, país de 18 millones de habitantes y uno de los motores políticos germanos, antes que ayudar a Grecia, con sus 11 millones. Se escuda también en los reproches que pudiera hacerle su Tribunal Constitucional, siempre vigilante ante las cesiones de soberanía, en su momento con ocasión del euro y ahora con el Tratado de Lisboa. Pero sobre todo quiere convencer a sus conciudadanos de que ayudando a Grecia se ayudan a ellos mismos. Porque la peor consecuencia política de un euro sin gobierno político es que ha convertido a la europeísta Alemania en un nuevo socio euroescéptico.

http://blogs.elpais.com/lluis_bassets/2010/05/el-fracaso-político-del-euro.html

Europa no seu momento América Latina: Espanha não é a Grécia!

ENTREVISTA: JOSÉ MANUEL CAMPA Secretario de Estado de Economía

"No hay comparación posible entre España y Grecia"

LUCÍA ABELLÁN - Madrid - 02/05/2010

El terremoto desatado esta semana por la agencia Standard & Poor's (S&P) no ha logrado endurecer el discurso de José Manuel Campa, más dado al temple del profesor que fue que al ardor político. La entrevista sortea con excesiva cautela el ataque a una entidad que ha puesto patas arriba los mercados tras degradar la deuda griega al nivel del bono basura y, de paso, rebajar la portuguesa y la española, que pese a todo conserva un notable. En una sala palaciega del Ministerio de Economía donde los frescos, los cuadros y las puertas enmascaradas distraen fácilmente la atención, el secretario de Estado de Economía desarma asépticamente los argumentos de S&P, cuyo impacto en los mercados soliviantó al portavoz económico de la Comisión Europea, Amadeu Altafaj, que se preguntó sarcásticamente: "¿Quién es Standard & Poor's?

Pregunta. ¿Usted también se pregunta quién es S&P para determinar así el futuro de España y de Europa?

Respuesta. No creo que esté determinando el futuro de España ni de Europa. Es una empresa que evalúa la calidad de la deuda de empresas y gobiernos. Y según la valoración que hacen los distintos inversores de la opinión que ellos emiten tiene más o menos impacto en los mercados.

P. ¿Ese impacto será grande?

R. Sí y no. Justo al anunciarse su decisión se vio cómo la Bolsa cayó casi un 2%. Pero al día siguiente recuperó algo más. La opinión de S&P está basada en expectativas que no coinciden con el consenso de los analistas, en particular las perspectivas de crecimiento de la economía española hasta 2015, claramente inferiores a las del resto. Además, su percepción desde febrero, cuando emitieron su última opinión, ha empeorado, mientras que para la mayoría de analistas ha ido mejorando. Lo que tienen que hacer los inversores es valorarlo. No compartimos la opinión de S&P.

P. ¿Puede ocurrir en España algo similiar a lo que está pasando en Grecia?

R. Las diferencias con Grecia son muchas: tanto en términos de tamaño como de dinamismo empresarial, de la calidad y la estabilidad del sistema institucional, de la competitividad de la economía, de niveles de deuda pública, de ahorro, de inversión... Hay que recordar, además, el largo historial de credibilidad de las cuentas públicas españolas. En suma, no hay comparación posible.

P. ¿Cree entonces que son completamente infundados los temores de esta agencia?

R. No digo que sean totalmente infundados. Lo que sí es poco razonable es la estimación de crecimiento. Y no lo creo yo solo.

P. ¿Tiene previsto hacer otra gira internacional para reunirse con inversores y convencerlos de la solvencia de España?

R. Esas giras se hacen regularmente para informar a inversores sobre la evolución de la economía. Es importante mantenerlos informados. La economía española vive una transformación desde un boom en el que gran parte del PIB dependía de la construcción residencial hacia actividades que se deben potenciar en otros sectores. Eso requiere explicación, más aun en épocas de cambio, y sin lugar a dudas, ahora que la sensibilidad de los mercados es más alta.

P. ¿Intentará reunirse con Standard & Poor's?

R. Lo hacemos habitualmente con ellos y con muchos otros analistas e inversores.

P. Una de las objeciones que plantean los analistas de esa agencia es la falta de concreción del ajuste fiscal. ¿Les falta trasladar la austeridad a hechos concretos?

R. S&P confirma nuestro objetivo de déficit de 2010 y prevé mayores déficits que nosotros para los próximos años, no porque no se apliquen los ajustes, sino porque al prever mucho menos crecimiento de la economía, la recaudación de impuestos resulta inferior y gastos como el de las prestaciones por desempleo, mayores.

P. La agencia se inquieta por la partida de personal, que avanza más de lo que sería lógico en recesión. ¿No cree que ha llegado la hora de mandar un mensaje con el sueldo de los funcionarios?

R. El plan de austeridad indica que esa partida tendrá que caer un 4% en cuatro años. El mensaje ya está mandado. Éste es el compromiso que hay que cumplir.

P. Sí, pero el compromiso convive con un pacto de mejora salarial según la inflación hasta 2012.

R. Lo fundamental es cumplir esa reducción del 4%. Existe un compromiso adicional, una tasa de reemplazo del 10% de las vacantes públicas. Si somos capaces de proveer los mismos servicios con menos personas, eso son ganancias de productividad que se pueden reflejar en mejoras salariales nominales, pero con caídas del coste total de la partida de sueldos y salarios.

P. ¿Pero están decididos a cumplir el acuerdo de alza salarial?

R. Estamos decididos a cumplir el Programa de Estabilidad.

P. S&P habla de rigideces en el mercado laboral. ¿No cree que el ritmo al que camina la negociación entre el Gobierno y los agentes sociales es contrario a la urgencia económica?

R. Podemos discutir si es suficientemente rápido. El Gobierno ha hecho una apuesta: conseguir una reforma con amplio consenso social. Eso requiere unos tiempos. Las reformas con consenso resultan más efectivas. Pero la necesidad de hacerlo también es importante. Y cuanto antes, mejor.

P. Dentro de esa reforma se propone adaptar el modelo austriaco de financiación del despido a través de un fondo con aportaciones de las empresas. Parece que Economía no lo comparte.

R. Economía no está en absoluto en desacuerdo. Una parte esencial de la reforma laboral es atacar la dualidad. Tenemos un mercado en el que el 35% de la población activa oscila entre contratos temporales y paro, y el resto tiene contratos fijos. Esa dualidad no es buena. No fomenta la movilidad, la estabilidad para desarrollar proyectos personales, la formación... Hay aspectos del modelo austriaco que lo fomentan y esto nos gusta. Lo que no tiene sentido es una copia literal de ese modelo. En Austria el desembolso de la empresa al despedir es cero. Eso no se va a aplicar en España.

P. ¿Qué aspectos serían trasladables?

R. La esencia del modelo: un fondo que el trabajador vaya acumulando a lo largo de su relación laboral y que se lleve si cambia de trabajo, que promueva la movilidad a la vez que incentive la fidelización y la formación... Pero sobre todo que fomente la eliminación de la dualidad.

P. ¿Lo pagarían las empresas?

R. No tiene por qué. Podrían pagarlo las empresas, los trabajadores o el Estado.

P. ¿Van a extender el contrato indefinido más barato [33 días por año trabajado] a los nuevos trabajadores?

R. Se trata de generalizarlo para nuevos trabajadores, pero se puede hacer de varias maneras. Una posibilidad es permitirlo para las conversiones de temporales a fijos. Otras, ampliarlo por edad, por formación...

P. ¿La reforma laboral es la más urgente de la economía?

R. Es una de las fundamentales.

P. ¿Se siente cómodo dentro de esta indefinición de propuestas en el ámbito económico: de anuncios, de rectificaciones...?

R. No estoy seguro de compartir esa afirmación. En el diálogo social, el Gobierno ha ido poniendo documentos encima de la mesa porque en una discusión tripartita no tiene sentido llegar con propuestas cerradas.

P. ¿Ha tocado techo el paro?

R. Es muy difícil predecir, pero el 20,05% será una de las cifras más altas que veamos. De hecho, seguimos manteniendo nuestra predicción de la tasa media de paro para 2010 [19%].

P. Tiene que bajar mucho para que esa media se cumpla.

R. Bueno, tiene que bajar. Tendrá que haber un trimestre del 18% y dos del 19%, por ejemplo.

P. No sé si la situación permite prever un escenario de ese tipo.

R. Una vez superada la etapa de descensos en el PIB, ahora vendrán crecimientos suaves intertrimestrales. Habrá industrias que creen empleo y otras que destruyan. En la reasignación, la tasa media anual será el 19%, que tampoco es particularmente buena.

P. ¿De verdad fue un error la aparición de los datos del paro en la web del INE días antes de su publicación oficial?

R. Por supuesto que fue un error y ya se está trabajando para que no vuelva a ocurrir. Me gustaría dejarlo muy claro porque he escuchado algún comentario sobre una posible intencionalidad de la filtración para evitar que el Gobierno manipulara el dato. El INE tiene una bien merecida reputación a nivel internacional. En el contexto actual de los mercados, lanzar esas insidias me parece gravísimo. Quien piense lo contrario debería presentar pruebas.

P. S&P también se preocupa por la banca. Como ocurre con el mercado laboral, tampoco este sector se restructura con rapidez.

R. El fondo de ayuda bancaria tiene 10 meses de vida y hay más de 20 cajas -de 47- en restructuración. Actividad hay; otra cosa es que el proceso vaya a ritmos que tienen que ver más con la dinámica de cada empresa.

http://www.elpais.com/articulo/economia/hay/comparacion/posible/Espana/Grecia/elpepueco/20100502elpepieco_4/Tes

Preguntas y respuestas sobre la 'tragedia' griega

La recuperación de la crisis

Preguntas y respuestas sobre la 'tragedia' griega

Las causas y principales cuestiones de una crisis que ha puesto en evidencia las limitaciones de una UE sin política económica común frente a los especuladores

ÁLVARO ROMERO 26/04/2010

Grecia lleva ya más de cuatro meses buscando una solución a su grave situación financiera. Pero cada paso que da en el sentido de superar la crisis, queda disipado por culpa de la presión de los mercados y las reticencias de algunos de sus socios del euro. Asimismo, los problemas que está encontrando la UE para solucionar la tragedia griega han puesto de relieve los defectos de carecer de una política económica común, lo que ha dejado al país mediterráneo indefenso ante los ataques de los especuladores, que ya han puesto sus ojos en la siguiente víctima de la llamada primera crisis del euro: Portugal.

¿Cuál es el problema de Grecia?

Grecia ha vivido fiscalmente hablando por encima de sus posibilidades en la última década. Durante años, ha gastado más de lo que ingresaba y se ha saltado a la torera el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE que limita el déficit público por debajo del 3% y obliga a controlar la emisión de deuda, que no puede superar el 60% del Producto Interior Bruto. Y para ocultarlo no dudó en manipular sus estadísticas oficiales. Dentro de esta tendencia, Grecia cerró 2009 con un déficit público del 13,6%, según el último dato revisado de Bruselas, al mismo tiempo que su deuda pública escalaba al 115% del PIB. Estos niveles son insostenibles para cualquier economía y hacen dudar de su solvencia a la hora de pagar. Y a mayor riesgo, menos demanda, lo que obliga a Grecia a ofrecer una mejor rentabilidad por sus bonos para poder colocarlos entre los inversores con una consecuencia clara: la prima de riesgo y el interés de los títulos de deuda de la República Helénica han marcado sus máximos desde que entró en el euro. Este sobrecoste hipoteca los ingresos del Estado, le impide reducir el déficit y bloquea las eventuales medidas para estimular la economía. Una espiral difícil de romper y que, a medio o largo plazo, le llevarían a la bancarrota.

¿Qué necesita?

Grecia debe encontrar financiación urgente para afrontar los pagos por 52.000 millones de euros que vencen este año, la mayoría en concepto de los intereses asociados a su alto nivel de deuda. Aunque podría ser más: hay quien eleva esta cifra hasta los 80.000 millones, como el presidente del banco central alemán, Axel Weber, o varias casas de análisis financiero. De esta cifra, solo el próximo mes debe abonar 8.500 millones. No obstante, sus arcas se han quedado vacías con los compromisos que tenía en abril, y eso que ha podido realizar modestas emisiones a corto plazo en las últimas semanas, aunque con una rentabilidad que más que duplicaba las anteriores operaciones de similares características que hizo el pasado enero. Por este motivo, ante la imposibilidad de recurrir al mercado europeo por sus altos precios para captar el grueso de los fondos que precisa, Grecia ha sondeado también los mercados de Asia y Estados Unidos, pero también le han cerrado la puerta. Se da la circunstancia de que la mayor parte de la deuda griega está en manos de bancos franceses y, en segundo lugar, alemanes.

¿Por qué recurrir a Bruselas?

Grecia forma parte de la Unión Monetaria y, como tal, carece del margen de maniobra que le daría contar con una moneda propia, como podría ser una devaluación, para hacer frente a la amenaza de bancarrota. Por este motivo, la solución a la crisis pasa necesariamente por que sus socios de la eurozona, que no pueden realizar inyecciones directas de capital entre sí, le echen una mano. El pasado 25 de marzo, la UE llegó a un acuerdo de la mano de Alemania y Francia para salir en rescate de Grecia en caso de que lo necesitase y como última opción, eso sí con la participación del FMI. Dos semanas después, la persistente presión de los inversores les obligó a aclarar su propuesta y a poner una cifra a este pacto político: créditos bilaterales por 30.000 millones de sus socios del euro y hasta 15.000 millones del FMI. En total, 45.000 millones que, en teoría, deben ser suficientes para que el país mediterráneo pueda llegar a final de año sin renegociar los plazos de vencimiento de su deuda, lo que además afectaría a la credibilidad del conjunto de la eurozona pese a que Grecia apenas supone algo más de un 2% de su PIB total.

¿Qué le exige Bruselas y el FMI para darle el dinero?

Además de los intereses asociados a los créditos bilaterales, que están por debajo del precio que supone recurrir al mercado, tanto Bruselas como sus socios del euro y el FMI le exigen que ponga en marcha un plan concreto y creíble de medidas de aquí hasta 2012 que de confianza sobre el compromiso de Atenas para reconducir sus finanzas.

¿Qué ha hecho Atenas hasta la fecha?

El Gobierno socialista de Yorgos Papandreu se encontró con el problema de su delicada situación financiera nada más acceder al poder. Su primer paso fue reconocerlo y adecuar las estadísticas. Después, para responder a las primeras exigencias de Bruselas para poner en marcha el plan de rescate, por un lado, y aplacar la presión de los mercados financieros, por otro, aprobó un duro plan de ajuste. Este programa, que en un primer momento fue bien recibido por el Ejecutivo comunitario aunque ha causado numerosas protestas y varias huelgas generales en el país, incluye un importante recorte del gasto, la reforma del sistema de pensiones, la privatización de empresas públicas y la congelación de los sueldos de los funcionarios, entre otras medidas. Todos estos sacrificios con el objetivo de cumplir con el límite del 3% del PIB que impone el Pacto de Estabilidad. No obstante, pueden no ser suficientes a la vista de cómo se está desarrollando la situación, lo que deja a Atenas en una difícil tesitura y sin apenas margen de maniobra.

¿Por qué sigue sufriendo la deuda griega?

"A los tiburones financieros se les llama así porque cuando huelen sangre, muerden para sacar todo el provecho posible. Grecia está débil, necesita dinero y ellos van a intentar cobrárselo al precio más caro posible", resume José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney. En este sentido, el mensaje claro de Bruselas de que no dejará caer a Grecia da alimento a los especuladores, que al entender que no llegará la bancarrota por contar con un salvavidas europeo, fuerzan sus posiciones contra la deuda soberana del país para sacar la máxima rentabilidad. A su vez, detrás del imparable aumento de los costes para acudir al mercado a financiarse persisten las dudas que despierta el plan de austeridad de Grecia entre los inversores.

¿En qué afecta la presión de los mercados a Grecia?

A los precios a los que los bonos griegos cotizan actualmente en el mercado, que están en niveles récord desde la instauración del euro tanto a corto como medio y largo plazo, el coste de la deuda se come todo el ahorro que consigue el Gobierno con su drástico plan de austeridad. Por este motivo, dificulta muchísimo las posibilidades de recuperación de su economía, pieza clave para poder salir del hoyo.

¿Por qué Alemania pone tantas pegas?

Como primera potencia europea, a Alemania le toca aportar la mayor parte de los fondos del rescate, más de 8.300 millones, pero afronta una gran oposición interna a librar el dinero. Según señalan los analistas, el Gobierno de Angela Merkel está más pendiente de las elecciones en el estado federal de Renania -el más potente del país- que tendrán lugar el próximo día 9 de mayo y de no descontentar a sus electores que de Atenas. Pese a la exposición de su sector financiero, Berlín ha abogado durante toda la crisis a que Atenas agote el recurso a los mercados, y por tanto que pague tipos de interés elevados como castigo por los años de excesos y engaños de las autoridades helenas sobre las cifras del déficit público.

http://www.elpais.com/articulo/economia/Preguntas/respuestas/tragedia/griega/elpepueco/20100324elpepueco_14/Tes

quinta-feira, 25 de março de 2010

A crise do Euro

24/03/2010

Principais economistas alemães discutem a situação do euro

Der 
Spiegel

Thomas Tuma e Alexander Jung

À medida que o euro perde o respeito que costumava inspirar, muita gente está começando a temer que a união monetária possa entrar em colapso. Em uma entrevista a “Der Spiegel”, os proeminentes economistas alemães Peter Bofinger e Joachim Starbatty discutem os méritos da moeda comum europeia, e dizem se a União Europeia deve ou não intervir na economia da Grécia e no destino do euro.

Spiegel: Senhores Bofinger e Starbatty, vocês acham que a criação do euro foi um erro?

Peter Bofinger: Não, claro que não. Atualmente nós vivemos em uma zona monetária que, apesar de tudo, é significativamente mais estável do que foram no passado as zonas monetárias do dólar e do iene. O euro trouxe crescimento e prosperidade à Europa.

Joachim Starbatty: Na verdade, o euro foi um erro que teve graves consequências específicas. Uma união monetária exige que os seus membros sigam as mesmas políticas e tenham produtividade similar. O chamado critério de convergência tinha como objetivo garantir que isso aconteceria. Mas – conforme os acontecimentos dramáticos na Grécia estão demostrando agora – não foi isso o que aconteceu.

Spiegel: Você sente hoje que a sua previsão se confirmou?

Starbatty: Infelizmente, os nossos medos tornaram-se uma realidade. A união monetária foi criada com uma dose real de auto-ilusão.

Bofinger: Desculpe, não entendi.

Starbatty: O euro nos foi apresentado como sendo um programa de modernização para a Europa, e também nos disseram que isso empurraria a comunidade europeia rumo à estabilidade. Mas, na realidade, a comunidade fragmentou-se e tornou-se uma entidade verdadeiramente instável.

Bofinger: Instável? O índice de inflação tem sido moderado, permanecendo em torno de 2% desde 1999, e este índice é significativamente menor do que aquele presenciado quando a Alemanha usava o marco. Nós temos um déficit de orçamento inferior ao dos norte-americanos, japoneses e britânicos. A nossa relação entre dívida e produto interno bruto também é mais reduzida do que a dos Estados Unidos e a do Japão. Não existe nenhum motivo pelo qual o euro deva ser criticado. A decisão de cria-lo foi inteligente e ponderada.

Spiegel: Sem nenhum problema?

Bofinger: É claro que a zona do euro atualmente dá a impressão de estar em uma situação um pouco pior. Mas isto era de se esperar, tendo em vista a tempestade pela qual passou a economia global. Mesmo assim, graças à moeda comum, não é mais possível, por exemplo, desfechar ataques especulativos contra moedas individuais. Isso elimina um fator problemático fundamental que no passado desestabilizou maciçamente os mercados.

Starbatty: Mas este é exatamente o problema! No passado, as taxas de câmbio funcionavam como uma válvula. Países individuais podiam controlar as suas economias permitindo que as suas moedas ganhassem ou perdessem valor. Agora, esse mecanismo de ajuste não funciona mais e, como resultado, um tipo completamente diferente de desequilíbrio emergiu. Atualmente existem dois blocos dentro da união monetária: um bloco de moeda forte no norte do continente e um de moeda fraca no sul. O norte robusto juntou forças com os países que desvalorizaram constantemente as suas moedas no decorrer das suas histórias. Basta ver o caso da lira italiana, por exemplo. Ao final da década de cinquenta, eu pagava 6,70 marcos alemães por mil liras italianas. A taxa de câmbio final foi menor do que um marco por mil liras.

Spiegel: O que aconteceria se essas velhas moedas fossem reintroduzidas amanhã na zona do euro?

Bofinger: Isso seria uma catástrofe. O marco alemão teria que passar por uma valorização significativa – eu diria que algo em torno de 10% a 20%. Tudo o que nós nos empenhamos tanto em conseguir em termos de competitividade desapareceria da noite para o dia. Haveria lamentos e ranger de dentes na Alemanha. E a Europa estaria cometendo um grave erro se retornasse ao regionalismo e ao nacionalismo durante esta fase de globalização crescente.

Starbatty: Eu enxergo as coisas de uma forma completamente diferente. O euro foi também apresentado aos cidadãos como sendo um instrumento para garantir a paz. Eu nunca fui capaz de entender tal argumento porque, se isto fosse de fato verdade, teríamos que abrir a união monetária para todos. Em vez disso, devido ao fracasso da moeda, nós estamos testemunhando agora como o nacionalismo surgiu originalmente. Bandeiras da União Europeia já foram queimadas na Grécia.

Spiegel: Mas teria sido melhor se todos os países da Europa tivessem mantido as suas próprias moedas?

Starbatty: Sim. Uma comunidade não pode funcionar quando é composta de parceiros desiguais que devem se comportar como iguais. Com o euro, a Alemanha criou uma vantagem competitiva artificial para si, o que nos permitiu conquistar mercados em todo o mundo. Mas isso também levou à acumulação de uma capacidade excessiva maciça nas nossas indústrias de exportação e, consequentemente, as companhias voltadas para a exportação no sudoeste do Estado alemão de Baden-Württemberg estão passando por problemas. A união monetária modificou a estrutura das economias de uma forma nada saudável.

Bofinger: Ah, o que é isso! Você não pode culpar o euro por esses desequilíbrios! A responsabilidade é, fundamentalmente, das políticas econômicas. Desde 1995, não houve quase nenhum aumento apreciável de salários na Alemanha, em parte como resultado da pressão provocada pelo aumento da quantidade de mão de obra terceirizada. Os políticos fizeram tudo para aliviar os empregadores do peso de ter que pagar contribuições previdenciárias porque nós caímos neste estranho pânico, acreditando que não éramos globalmente competitivos. Com as nossas políticas econômicas, nós enfatizamos demais e equivocadamente as exportações. Os irlandeses, os gregos e os espanhóis, por outro lado, enfatizaram demais a demanda doméstica.

Spiegel: Nos últimos dias, a ministra francesa das Finanças, Christine Lagarde, criticou repetidamente o superávit da balança comercial da Alemanha, alegando que ele é elevado se comparado ao dos outros países da União Europeia. Ela está certa ao fazer tais críticas?

Starbatty: Não. Eu creio que é estranho que Madame Lagarde esteja punindo os virtuosos, que sempre estiveram orientados para a estabilidade, e não os verdadeiros culpados.

Bofinger: Mas os alemães pecaram tanto quanto os espanhóis, por exemplo. Os espanhóis elevaram muito os seus salários, enquanto a Alemanha praticou a política oposta ao não elevar o poder de compra dos seus trabalhadores durante anos.

Starbatty: Mas, e daí? Isso fez com que tivéssemos sucesso. Foi algo que surgiu com o temor de que os empregos migrassem para o exterior. E a política de salários moderados da Alemanha fez com que o país passasse novamente a ser atraente para as companhias.

Bofinger: Você deveria olhar para isso de uma forma mais holística. Não teríamos sido capazes de aumentar as nossas exportações se os outros países tivessem se comportado como nós e não tivessem elevado a sua demanda durante uma década inteira. Na minha opinião, a união monetária é como um relacionamento: para funcionar de forma apropriada, os participantes do relacionamento têm que orientar o seu comportamento em direção ao bem comum. Se cada participante voltar-se apenas para o seu benefício próprio, isso gerará todos os tipos de crise de relacionamento que atualmente estamos experimentando.

Spiegel: Tais crises terminam ocasionalmente em divórcio. Será que isso seria uma opção válida para a Grécia, um membro da zona do euro, em algum momento no futuro?

Starbatty: Eu creio que essa medida é a que faria maior sentido. Os gregos deveriam deixar voluntariamente a união monetária e relançar a dracma. Se fizessem isso, eles exportariam mais e seriam capazes de substituir produtos estrangeiros por domésticos. Da mesma forma, os turistas viajariam para a Grécia, em vez de para a Turquia, porque essa seria uma alternativa mais barata.

Bofinger: Excluir a Grécia da União Europeia seria uma abordagem completamente equivocada. O problema da Grécia é a ineficiência em termos de finanças públicas. Isso é algo que pode ser corrigido. Em comparação com outros países, Atenas sempre coletou pouquíssimos impostos. O orçamento do governo não era sequer equilibrado nos anos prósperos, quando havia um forte crescimento econômico. Não é essa a maneira de se administrar um país. O governo da Grécia poderia, por exemplo, elevar a alíquota mais alta de impostos de 40%, o valor atual, para um patamar bem mais alto. Após a reunificação da Alemanha, quando Helmut Kohl era chanceler, a nossa alíquota tributária mais alta era de 56%.

Starbatty: E você acredita seriamente que isso ajudaria? Após essa abordagem, os gregos poupariam excessivamente, assim como os alemães fizeram no início da década de trinta, sob o então chanceler do Reich, Heinrich Brüning. Aquilo que você espera que os gregos façam resultaria em algo como Brüning ao quadrado. O problema real é que a Grécia no deveria ter sido aceita originalmente na união monetária. O país apresentou números adulterados, como sabem todos aqueles que leem jornais. E outros fizeram a mesma coisa. Mas as autoridades em Bruxelas, que temiam que os gregos anunciassem publicamente a fraude, disseram: “Vamos esquecer isso!”.

Bofinger: Mas hoje em dia tudo isso são águas passadas. Temos que lidar com a situação atual. No Conselho dos Especialistas, nós propusemos um pacto de consolidação, segundo o qual cada país teria que especificar uma rota integralmente verificável, rota esta que ele seguiria enquanto colocasse em ordem as suas finanças internas. Esta não seria uma solução apenas para a Grécia, mas para todos. Em troca, a comunidade teria que fornecer aos países problemáticos garantias de que estes seriam capazes de conseguir verbas nos mercados de capital a juros favoráveis, em vez de a índices extremamente elevados. É inaceitável que governos tenham passado os últimos anos gastando bilhões e bilhões de euros e acumulando dívidas para salvar os mercados financeiros, apenas para que os especuladores empurrassem os países para fora da união monetária.

Starbatty: Segundo a minha experiência, os especuladores só tem sucesso quando as promessas políticas divergem da realidade econômica, conforme ficou claro no caso da Grécia. Da mesma forma, quando se trata de assistência, eu creio que possuímos uma estrutura legal clara, segundo a qual nenhum Estado membro nem a união inteira podem ser responsabilizados pela dívida de um outro Estado membro.

Spiegel: Você está se referindo, é claro, à famosa cláusula de auxílio financeiro a países em crise.

Starbatty: Você, Bofinger, eliminaria esse princípio com uma canetada. Se ajudarmos a Grécia agora, estaremos abrindo um buraco sem fundo. Se isso acontecer, o euro estará em apuros maiores porque outros países esperarão ajuda. A união monetária transformar-se-ia em uma união de transferência monetária. Se isso acontecer, os meus antigos colegas e eu tomaremos novamente medidas legais.

Bofinger: Mas tal pacto restringir-se-ia a ajudar os países a ajudarem a si próprios. A ideia agora não é comprar títulos gregos. Em vez disso, nós devemos definir condições nítidas segundo as quais a Grécia e outros países receberão garantias. Mas, é preciso haver também uma opção para cancelar as garantias caso as regras não sejam obedecidas.

Starbatty: Pactos são escritos em papel, mas aquilo que é escrito nem sempre é necessariamente verdadeiro. O Pacto de Crescimento e Estabilidade para o euro era originalmente bem mais estrito, mas depois disso ele foi flexibilizado. Não há muito resultado quando pecadores falam sobre pecadores.

Spiegel: Mas a dívida governamental ainda está aumentando consideravelmente. Isso não eleva também o risco de inflação?

Starbatty: É isso que eu assumo. A inflação seria uma forma elegante de reduzir a dívida, e muitos acadêmicos estão discutindo esse cenário. Mas a situação se torna verdadeiramente problemática quando títulos de governo acabam perdendo a sua condição de porto seguro. Se a China ou o Japão chegar a esta conclusão e vender os seus títulos, poderá haver o estouro de uma bolha que seria mais perigosa do que qualquer outra bolha. Se isso acontecer, os mercados despencarão, e as taxas de juros dispararão.

Bofinger: Ah, Starbatty, os chineses não tem outra escolha a não ser comprarem títulos do Tesouro dos Estados Unidos. Caso contrário, eles teriam permitido que a sua moeda experimentasse uma valorização significativa, e eles seriam mais afetados do que qualquer outro país pela queda dos preços de títulos. Para a zona do euro, pelo menos, o que eu vejo como mais provável é o risco de deflação – em outras palavras, o risco de queda de preço em ambas as frentes. Se as pessoas estão começando agora a poupar de forma muito mais intensa, uma enorme pressão de queda surgirá inevitavelmente como um resultado disso.

Starbatty: Mas as pessoas não estão poupando. Em vez disso, os países estão se endividando além de qualquer limite. Se a economia da Alemanha continuar estagnada e os seus 1,3 milhão de trabalhadores de curta jornada não encontrarem novamente empregos normais, os déficits governamentais voltarão a subir, e as expectativas inflacionárias aumentarão.

Bofinger: Dívidas governamentais não conduzem automaticamente a inflação, conforme tem sido demonstrado pelos acontecimentos no Japão no decorrer das duas últimas décadas. O Banco Central Europeu jamais cogitará utilizar a inflação para eliminar a dívida. E mesmo se a população começasse a gastar o seu dinheiro devido ao medo da inflação, pelo menos as fábricas finalmente operariam novamente a plena capacidade. Em outras palavras, isso também não seria nenhuma tragédia.

Spiegel: A turbulência nos mercados financeiros também criou um problema de credibilidade para as pessoas com a profissão de vocês. Praticamente nenhum economistas previu os problemas fatais que enfrentaríamos.

Starbatty: É verdade. Muitos de nós confiamos excessivamente em números. Mas modelos matemáticos não são capazes de descrever realidades complexas.

Bofinger: Ah, quanto a isso eu concordo completamente com você. Temos que entender novamente que a economia não é uma ciência exata.

Spiegel: Vocês dois acreditam de fato que o euro ainda estará em vigor daqui a cinco anos?

Bofinger: Tenho certeza que sim. Toda crise cria uma oportunidade, e isso deve se aplicar também a esta crise especial de relacionamento. Mas para isso é necessário, no entanto, que as autoridades em Bruxelas não fiquem trocando acusações e que elas finalmente elaborem uma abordagem conjunta e coordenada.

Starbatty: Isso não é suficiente. Se salvarmos a pele dos gregos agora, outros países membros também farão pressões para a obtenção de assistência financeira. E neste caso a união monetária desmoronará. A única coisa que não está clara é quando isso acontecerá.

Bofinger: Então você provavelmente concordaria com o grande economista britânico John Maynard Keynes, que afirmou: “No longo prazo, todos estaremos mortos”. Neste caso, é claro que não restará ninguém para analisar os fatos.

Starbatty: Temo que as coisas não demorarão tanto tempo assim no caso do euro.

Spiegel: Senhor Bofinger, senhor Starbatty, obrigado pela entrevista.

http://noticias.uol.com.br/midiaglobal/derspiegel/2010/03/24/principais-economistas-alemaes-discutem-a-situacao-do-euro.jhtm

terça-feira, 2 de fevereiro de 2010

O FMI não muda mesmo

El FMI advierte de que España tendrá que bajar sus salarios

El economista jefe del Fondo da esta receta para que España, Portugal y Grecia recuperen competitividad

02/02/2010 | Actualizada a las 13:22h | Economía

París. (EFE).- España, Portugal y Grecia, que afrontan serias dificultades por la evolución de sus finanzas públicas y no pueden recurrir a la devaluación de su moneda al formar parte de la zona euro tendrán que asumir sacrificios, como una baja de salarios para recuperar competitividad, según el FMI.

"El restablecimiento de su competitividad puede necesitar grandes sacrificios, como una baja de los salarios", afirmó el economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Olivier Blanchard, en una entrevista publicada hoy por el diario económico francés Les Echos.
Blanchard lo justificó porque "ahora con la crisis, Portugal, España y Grecia tienen serias dificultades" que "implican ajustes muy penosos. Sobre todo cuando el entorno inflacionista es muy bajo". Al formar parte de la zona euro, esos países no pueden recurrir a un ajuste de los tipos de cambio, y eso ilustra que una unión monetaria "tiene un costo en el momento de choques asimétricos", constató después de insistir en que gracias a la moneda única Europa ha salido mejor de la crisis que si se hubieran mantenido las divisas nacionales.
Preguntado sobre si hay riesgo de implosión de la zona euro, el economista jefe del FMI contestó que cree que no, pero añadió que "eso no impide que haya un problema presupuestario en Europa" y que Grecia haya sido el primero en sufrir la sanción de los mercados. Blanchard consideró "indispensable" que los bancos centrales mantengan sus tipos de interés a un nivel muy bajo como el actual y eso "tanto tiempo como sea necesario". "Mientras no haya una recuperación sólida de la demanda privada, es absolutamente vital, tal vez más allá de 2010", señaló antes de precisar que si eso genera burbujas especulativas "habrá que actuar por diferentes medios, pero lo esencial que la actividad vuelva a ponerse en marcha".
El responsable del FMI admitió que la evaluación del yuan contribuiría a reabsorber los desequilibrios financieros internacionales, pero puntualizó que "no es suficiente para mantener un crecimiento fuerte en los países ricos", donde hay que incrementar la demanda interior, aunque en el caso de Estados Unidos otra necesidad es elevar la tasa de ahorro.

domingo, 25 de outubro de 2009

O dólar desaparecerá?

El dólar se enfrenta a su desaparición
Barry Eichengreen

BERKELEY En la blogósfera abundan los informes sobre la inminente desaparición del dólar. El billete verde se ha depreciado frente al euro en casi un 15% desde el inicio del verano. Se dice que los bancos centrales han disminuido su acumulación de dólares en favor de otras divisas. Una historia sensacionalista aunque no documentada dice que los Estados del Golfo están conspirando junto con China, Rusia, Japón y Francia –ahí tienen ustedes una coalición extraña- para que se deje de fijar el precio del petróleo en dólares.

Los economistas no tienen problemas para explicar la debilidad del dólar después de los hechos. Dado que los hogares estadounidenses están haciendo mayores ahorros a fin de restaurar sus cuentas para la jubilación, el país tiene que exportar más. Se necesita un dólar más débil para hacer más atractivos los productos estadounidenses a los consumidores extranjeros.

Además, el desencanto con los sofisticados instrumentos, que las instituciones financieras estadounidenses se especializan en crear y distribuir, se traduce en menores entradas de capital extranjero en los Estados Unidos. Menos compras extranjeras de los activos estadounidenses  significan un dólar más débil. Mediante una extrapolación del pasado en el futuro, los analistas prevén que el dólar se depreciará más.

Lo primero que se puede decir acerca de esto es que uno debería ser escéptico de las previsiones de los economistas, en particular las de corto plazo. Nuestros modelos son, francamente, inservibles para predecir los movimientos de divisas en pocas semanas o meses.

Yo lo sé bien. Cuando estalló la crisis de las hipotecas de alto riesgo en septiembre de 2007 publiqué un artículo intitulado “ Why Now is a Good Time to Sell the Dollar (Por qué es este un buen momento para vender el dólar) ” en una destacada revista financiera. Lo que sucedió después, por supuesto, es que el dólar se fortaleció bruscamente porque los inversionistas, desesperados por liquidez, cambiaron rápidamente a los valores del Tesoro estadounidense. Posteriormente el dólar sí se depreció. No obstante, se disparó de nuevo tras la quiebra de Bear Stearns y los problemas con la AIG.

En periodos de varios años nuestros modelos funcionan mejor. En esos plazos, el énfasis en la necesidad de que los Estados Unidos exporten más y en las mayores dificultades que tendrá la economía para atraer capital extranjero es correcto. Estos factores constituyen buenas razones para prever una mayor debilidad del dólar.

La pregunta es, ¿debilidad frente a qué? No frente al euro, que ya es caro y es la moneda de una economía con problemas bancarios y estructurales que son aun más graves que los de los Estados Unidos. Tampoco frente al yen, que es la moneda de una economía que se niega a crecer.

Por tanto, para que el dólar se deprecie más, tendría que hacerlo frente a las monedas de China y otros mercados emergentes. La intervención de éstos en semanas recientes muestra su reticencia a dejar que esto suceda. Sin embargo, su elección se reduce a comprar dólares o productos estadounidenses. La primera es una opción sin posibilidades de éxito.

A largo plazo, la OPEP fijará el precio del petróleo en una canasta de divisas. Vende su petróleo por igual a los Estados Unidos, Japón y los mercados emergentes. Tiene muy poca lógica para la organización fijar los precios del petróleo en la moneda de sólo uno de sus clientes. Y los bancos centrales, cuando decidan qué acumularán como reservas, con seguridad pondrán menos huevos en la canasta del dólar.

Más allá de esto, el dólar no irá a ningún lado. No va ser sustituido por el euro o el yen porque tanto Europa como Japón atraviesan graves problemas económicos propios. El renminbi llegará, pero no antes de 2020, y para ese entonces Shangai se habrá convertido en un centro financiero internacional de primera clase. Además, incluso entonces el renminbi probablemente compartirá el escenario internacional con el dólar, no lo sustituirá.

Lo que podría precipitar la desaparición del dólar sería una imprudente mala administración en los Estados Unidos. Un escenario popular es la inflación crónica. Sin embargo, esto es improbable. Una vez que termine el periodo de tasas de interés de cero, la Reserva Federal estadounidense estará ansiosa por reafirmar su compromiso con la estabilidad de precios. Puede existir la tentación de promover la inflación para deshacerse de la deuda en manos de extranjeros, pero el hecho es que la mayoría de la deuda estadounidense está en manos de estadounidenses, que constituirían un grupo poderoso que se opondría a esa política.

El otro escenario es que el déficit presupuestal de Estados Unidos siga fuera de control. Las predicciones de una situación de impago son descabelladas. No obstante, una deuda elevada significará impuestos elevados. La combinación de una política fiscal flexible y una política monetaria restrictiva significará tasas elevadas de interés, inversión escasa y crecimiento lento. Los extranjeros –y los residentes—bien podrían desilusionarse de la divisa de una economía con esas características.

Mark Twain, el autor y humorista estadounidense del siglo XIX respondió alguna vez a los reportes sobre su mala salud escribiendo que “los informes sobre mi muerte son muy exagerados”. Bien podría haber estado hablando del dólar. Por el momento, el paciente está estable, a pesar de los síntomas externos. Pero habrá motivos de preocupación si no se compromete a adoptar un estilo de vida más sano.

http://www.project-syndicate.org/commentary/eichengreen10/Spanish

sábado, 11 de abril de 2009

União Européia: problema ou solução?

Interessante como a visão dos países que estão dentro e fora são divergentes, especialmente na questão do Euro. Quem está dentro considera, o euro neste momento de crise como um problema, a unificação monetária restringiu fortemente as margens de ação dos Estados Nacionais. Por sua vez as débeis economias da Europa oriental cujas moedas são fracas e incapazes de serem sustentadas na crise desejam ingressar rapidamente na área do Euro. O próprio FMI pediu para a UE aceitar uma aceleração na incorporação destes países na área do Euro o que foi prontamente rejeitado. Sintomático das dificuldades do Leste Europeu é que neste momento  de crise o FMI está muito mais ativo lá do que na América Latina, tradicional área de atuação do FMI.

Outro que quis dar palpite na expansão da UE foi o Obama pedindo a incorporação da Turquia à UE que foi também prontamente rejeitada por Sarkozy. A entrada da Turquia seria inviabilizar a União Européia, se já é difícil conviver com uma rancorosa Polônia, mais difícil ainda seria compatibilizar políticas com a Turquia. Se pudessem retroceder a UE teria feito apenas um acordo de livre comércio com os países do Leste Europeu.

domingo, 29 de março de 2009

Reunião para conversar tudo como dantes!

El mundo después de la Cumbre del G-20

22:13

Habrá ganadores y perdedores. Pero todos buscarán ahuyentar la gran pesadilla del cierre de la economía global.

Por: Felipe de la Balze

El próximo jueves se reunirá en Londres el Grupo de los 20, que incluye a las siete mayores potencias industriales, a China, la India y Rusia y a un grupo selecto de diez economías emergentes, entre ellas la Argentina. Durante dicha reunión se analizarán y acordarán cursos de acción para paliar las consecuencias de la grave conmoción mundial. La economía mundial durante las últimas tres décadas se caracterizó por una creciente interdependencia comercial y financiera entre los países. Esta transformación ocurrió en consonancia con otras grandes metamorfosis. China gradualmente se convirtió en una economía capitalista, el Imperio Soviético se derrumbó y la India abandonó el modelo estatista que había adoptado después de su independencia. En menos de 20 años, alrededor de 3000 millones de personas se incorporaron a la economía de mercado. Simultáneamente, en los países avanzados, el sector financiero creció a tasas muy superiores a las del producto bruto mundial. Menos regulaciones estatales y una intensa innovación en materia de productos y servicios fueron las causas principales.
En los Estados Unidos, el crédito total se incrementó del 150% del PBI en 1982 al 330% en la actualidad. La formidable expansión del crédito facilitó el incremento del comercio y la inversión, pero sus excesos no fueron ajenos a las crisis que ocurrieron en economías emergentes mal administradas y a las fiebres especulativas que perturbaron periódicamente a los países centrales y ahora amenazan el funcionamiento de la economía mundial. Un preocupante telón de fondo signará las urgentes negociaciones que se inician en Londres. La crisis ha demostrado fehacientemente que el espectacular crecimiento de las finanzas durante las últimas décadas no tenía la solidez pensada. La era de las finanzas desreguladas y omnipresentes ha llegado a su fin. La economía internacional sufre una aguda crisis de confianza. Los niveles de la producción industrial y del comercio mundial están cayendo estrepitosamente y tardarán años en recuperarse. Las políticas fiscales expansivas puestas en marcha van a generar grandes déficit fiscales y sustanciales incrementos en los niveles de la deuda pública, lo que elevará en el futuro las tasas de interés y reducirá el crédito disponible para el sector privado y para los países endeudados.
El meollo de las negociaciones que se inician en Londres girará alrededor de los siguientes temas.Los norteamericanos llegan a Londres apremiados por la recesión, por una crisis inmobiliaria que aún no ha tocado fondo y preocupados por las consecuencias del creciente endeudamiento de su sector público sobre el futuro del dólar. Su estrategia será la de presionar a los países superavitarios (principalmente Alemania, Japón, China y a los exportadores de petróleo) para que incrementen sustancialmente su nivel de gasto y contribuyan a sostener la demanda agregada mundial. Los europeos (con la excepción de los británicos) se resistirán a aumentar los gastos, temerosos de que un déficit creciente impacte sobre la unidad europea y el futuro del euro. Por su parte, europeos y japoneses enfatizarán la necesidad de regular estrictamente la actividad financiera, lo que será resistido por los representantes norteamericanos y británicos que se mostrarán dispuestos a mejorar el marco regulatorio sin perder el margen de maniobra necesario para mantener la preeminencia de Nueva York y de Londres en las finanzas internacionales.
Japón y los países exportadores de petróleo no tienen, por restricciones internas, gran capacidad para elevar sus niveles de demanda, pero están dispuestos a prestar una porción de sus cuantiosas reservas al FMI, que serían destinados a los países emergentes con dificultades. China, la India y las demás economías emergentes que han ganado acceso a los mercados de los países centrales durante las últimas décadas y acumulado cuantiosas reservas en monedas fuertes enfrentan una situación particularmente delicada. Ven con alarma el derrumbamiento de un modelo económico internacional que fue la llave maestra de su prosperidad pero se resisten a encarar los altos costos económicos y políticos que implica la reconversión hacia el mercado doméstico de sus aparatos productivos orientados, principalmente, a la exportación. Se declararán defensores del libre comercio. Advierten que sus grandes reservas externas están expuestas a una potencial desvalorización del dólar y resienten que su creciente importancia no sea reconocida en las principales instituciones financieras multilaterales que siguen dominadas por los Estados Unidos, Japón y las potencias europeas.
Su posición negociadora es endeble. Su propuesta inicial de crear una nueva moneda de reserva internacional que sustituya al dólar es una expresión de deseos que será desechada por los Estados Unidos y Europa. Finalmente el resto de los países emergentes exportadores de materias primas (como la Argentina) tendrán que sobrevivir la crisis utilizando sus reservas externas, solicitando financiamiento al FMI y recurriendo al crédito privado, que será escaso. Los grandes lineamientos de un posible compromiso se esbozarán en Londres la semana que viene. Los Estados Unidos reducirán su déficit en cuenta corriente y aceptarán, si quieren salvar al dólar de un grave traspié, convivir con una recesión más severa que la prevista. Los países superavitarios aumentarán sus gastos y contribuirán con una porción importante de sus reservas a un fondo de reciclaje que será administrado por el FMI. China, la India y Rusia ganarán posiciones en las instituciones multilaterales y al igual que los demás países emergentes tendrán que conformarse con la existencia de un FMI remozado y con la expectativa de haber ahuyentado su peor pesadilla: un cierre de la economía mundial.

http://www.clarin.com/diario/2009/03/29/opinion/o-01886823.htm

domingo, 10 de fevereiro de 2008

O fim do mundo está próximo?

El mercado del petróleo
La Opep dejaría de fijar el precio del petróleo en dólares en la próxima década

En este sentido, el secretario general de la Opep indica que la organización podría adoptar el cambio del dólar por el euro en los próximos diez años con vistas a hacer frente a la depreciación de la divisa estadounidense.

Diarioexterior.com / PDSR

La Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) podría dejar de fijar los precios del petróleo en dólares para hacerlo en euros en el transcurso de los diez próximos años, según afirmó el secretario general del cartel, Abdullah al-Badri, quien admitió que un cambio así "necesitará tiempo".
En una entrevista exclusiva concedida al semanario Middle East Economic Digest (MEED) a la que tuvo acceso Europa Press, Badri señala que "quizás se podría fijar el precio del petróleo en euros, podría hacerse, aunque llevará su tiempo".
En este sentido, el secretario general de la Opep indica que la organización podría adoptar el cambio del dólar por el euro en los próximos diez años con vistas a hacer frente a la depreciación de la divisa estadounidense.
"Hicieron falta dos guerras mundiales y más de cincuenta años para que el dólar se convirtiera en la divisa dominante y en estos momentos estamos observando la irrupción de otra divisa fuerte", señala Badri. 

http://www.eldiarioexterior.com/noticia.asp?idarticulo=18863

quinta-feira, 15 de novembro de 2007

Uma ameaça para o dólar e o mundo!

SPIEGEL ONLINE - November 13, 2007, 02:18 PM

URL: http://www.spiegel.de/international/world/0,1518,517060,00.html

WEST WING

A Pearl Harbor without War

By Gabor Steingart in Washington, D.C.

The dollar crisis has politicians alarmed worldwide. The US currency has lost 24 percent of its value since the introduction of the euro, and now there is even a chance that China could abandon its policy of pegging its currency to the dollar -- a problem the United States should take very seriously.

Translated into Texan, what the Chinese politely told the Americans last week simply means: Unless something happens, all hell will break loose.

DPA

Translated into Texan, what the Chinese politely told the Americans last week simply means: Unless something happens, all hell will break loose.

What do Brazilian supermodel Gisele Bündchen and the People's Republic of China have in common? The answer, as of last week, is that both distrust the dollar.

Patricia Bündchen, the twin sister and manager of the world's top model, announced that Gisele now prefers to be paid in euros rather than dollars. Almost simultaneously, the Chinese central bank predicted that the dollar is likely to lose its status as the world's leading currency.

One could easily overlook a supermodel's currency preferences, but China is a different story. It's the beast breathing down America's neck.

The most important country in the world for the United States isn't Great Britain, Germany, Saudi Arabia, Russia or Iraq. China holds that dubious distinction, because it is also the country the US can least do without. Without its willingness to buy an almost unlimited supply of US treasury bonds, there would be no American spending miracle. Without a spending miracle there would be no economic growth. In other words, without China the US superpower would lose a significant share of its economic clout.

REPRINTS

So far Beijing has behaved like the benevolent shopkeeper who willingly extends credit to his customers. The Americans receive shipments of Chinese-made television sets, toys and underwear, but the Chinese do not import a comparable volume of US goods. The gap between buying and selling amounts to about $5 billion every week.

The Chinese are satisfied with buying US treasury bonds, partly to keep their most important customer afloat. The central bank in Beijing already holds currency reserves of $1.4 trillion.

The Chinese have looked on with great patience as their best customer has gradually lost its ability to supply goods.

But the men in power in Beijing cannot be indifferent to the dollar's decline. It devalues their central bank's dollar reserves, the monetary embodiment of some of the fruits of China's export machine.

For the United States, a Chinese decision to abandon the dollar would be tantamount to Pearl Harbor without the war. It would represent a challenge to the world's biggest economy by the world's fastest growing economy. Millions of people would see their standard of living suffer as a result, and American self-confidence, already shaky, would crumble even further. The United States would suffer a serious blow on its very own turf, the economy.

Americans can hardly blame Beijing for their troubles. The Chinese aren't exactly kamikaze politicians, concocting some secret plan to attack the dollar. On the contrary, the preparations are taking place in full view. Translated into Texan, what the Chinese politely told the Americans last week simply means: Unless something happens, all hell will break loose.

For years the US economy has suffered one dramatic setback after another. A historic trend reversal began with the rise of the Asian economies -- first Japan, then China and now India. The United States, a once-proud exporting nation, became the world's biggest importer. In only 15 years, from 1992 to 2007, the US balance of trade deficit has surged from $84 billion to $700 billion.

Within a single generation, the world's biggest lender has become its biggest borrower, a circumstance the United States has made no serious attempts to change. And what has been Washington's standard take on the shift? The dollar is our currency, but it's your problem.

Thus, the tone of the US government's callous and thick-skinned reaction to China's announcement last week came as no surprise. There was a reason the dollar became the world's reserve currency, US Treasury Secretary Hank Paulson said in a slightly offended tone.

But the truth is that the United States would be better off if Paulson and the administration of President George W. Bush would take decisive action instead of sulking. The US's ability to deliver goods should be increased and its industrial base should be reinvigorated. Government and consumer spending, which in reality is doing nothing but eating away at the country's future, should be curbed. Although growth would decline as a result, it would be a more sustainable form of growth.

Last week's remark by a Chinese central bank official should be interpreted as a warning, not a threat. Indeed, China has no choice but to respond, given the dollar's ongoing weakness.

For these reasons, an attack on the US economy is probably the most easily predictable event of the coming years. And if it happens, the attacker will even be able to justify its actions as self-defense.

What is the difference between the US government in 1941 and the administration in Washington today? Perhaps there is none. A Japanese attack on the US Pacific Fleet at Pearl Harbor was unimaginable, even though US intelligence had picked up clues that it could happen. Washington, at the time, was convinced that the Japanese wouldn't dare stage an attack on a target 5,000 miles away, and that they wouldn't succeed if they did.

The crews on America's ships were sleeping as the Japanese bombers approached Pearl Harbor.

Translated from the German by Christopher Sultan

domingo, 21 de outubro de 2007

Tem dólares? Azar o seu!

America vetoes G7's dollar alert


Edmund Conway In Washington

Last Updated: 12:10am BST 21/10/2007

European finance ministers this weekend failed in their bid to slap down the United States for allowing the dollar to plunge to record lows against the euro.

  • FTSE100 and Dow Jones

    US Treasury Secretary Hank Paulson vetoed French, Italian and German proposals to use the final statement from the Group of Seven (G7) finance ministers meeting to warn of the problems that are facing Europe due to the falling dollar.

    The US currency plunged to a record low against the euro of $1.4319 on Friday, amid market turmoil and falls in share prices around the world. In New York the Dow Jones dropped 370 points, while in London the FTSE 100 closed down 1.2 per cent over the week.

    The dollar's weakness, fuelled by fears about a potential recession in America, is making life extremely tough for European exporters. European ministers had hoped to register the G7's official concern about this at the meetings in Washington this weekend, but were vetoed by the US and other members of the G7.

    The ministers limited their currency comments to a warning to China to allow its currency to appreciate. They ordered the Asian giant to let the renminbi rise faster, amid concerns its peg against the dollar is one of the root causes of instability in global markets. Having sent only a skeleton team to the meetings, the Chinese government is not expected to respond.

    advertisement

    Paulson repeated the long-held US mantra that "a strong dollar is in our nation's interests and currency values should be determined in a competitive marketplace."

    French finance minister Christine Lagarde said: "I hope the market will hear him. That's not the case today. I hope it changes." Ministers also promised to do all they could to protect the global economy amid market turbulence but, in the wake of Friday's sudden lurch in stock markets, warned that "uneven conditions are likely to persist for some time and will require close monitoring."

    The meeting, attended by Chancellor Alistair Darling, took place on the fringes of the International Monetary Fund and World Bank meetings. Several people were injured shortly after it finished when anti-globalisation protestors marched through the capital.

    The G7 communiqué said: "Our response to recent financial turbulence must be based on full analysis of its causes."

    Despite the rise in oil prices to a record high above $90 a barrel this week, the statement did not urge oil cartel Opec to raise its production levels.

    Iran also came up. Paulson said: "We discussed ways to deal with Iran's pursuit of a nuclear capability and ballistic missiles, its vast financial support to lethal terrorist groups, and the deceptive financial tactics employed by Iran to evade sanctions and mask illicit transactions."

  • terça-feira, 12 de junho de 2007

    O mal da democracia; Congressos que discutem besteiras!

    Vejam só, o Congresso da espanha está travando uma estimulante discussão sobre a paridade de homens e mulheres nas cédulas de Euro, há uma luta para que a igualdade entre os sexos se manifeste nas cédulas de Euro.

    http://www.elpais.com/articulo/economia/Congreso/debate/hoy/paridad/hombres/mujeres/monedas/elpepueco/20070612elpepueco_2/Tes

    sexta-feira, 4 de maio de 2007

    Até que enfim! O Euro deve ser desvalorizado!

    O candidato a presidente da França, Sarkozy, defendeu a desvalorização do euro para estimular o crescimento da economia, evitar a desindustrialização, e mesmo os problemas na balança comercial. Esta discussão começou tarde, estranhei que não tivesse começado antes. Este será um problema que dividirá a União Européia de maneira mais profunda do que se imagina e mais do que as questões políticas. Porque para a Alemanha a valorização cambial não é problema ou pelo menos só o será no longo prazo, e a Alemanha espera que se mantenha com o euro as políticas que eram adotadas para o marco alemão. Com a introdução destas discussões, o euro passará a ser um desafio para integração européia e para o consenso entre os membros. Quem sabe não descubramos que é mais fácil fazer integração monetária na África.