"Desde mi punto de vista –y esto puede ser algo profético y paradójico a la vez– Estados Unidos está mucho peor que América Latina. Porque Estados Unidos tiene una solución, pero en mi opinión, es una mala solución, tanto para ellos como para el mundo en general. En cambio, en América Latina no hay soluciones, sólo problemas; pero por más doloroso que sea, es mejor tener problemas que tener una mala solución para el futuro de la historia."

Ignácio Ellacuría


O que iremos fazer hoje, Cérebro?
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sábado, 14 de novembro de 2009

Neoliberalismo na UE

Cómo el neoliberalismo aparece en las instituciones de la Unión Europea

Publicado en la revista digital SISTEMA, 13 de noviembre de 2009

Las políticas promovidas por el Banco Central Europeo y por la Comisión Europea (y muy en especial por el Comisario de Asuntos Económicos y Monetarios) han sido, en gran parte, responsables de la ralentización del crecimiento económico y del crecimiento del desempleo en la mayoría de países de la Unión Europea.

El colapso del Tratado de Bretton Woods fue uno de los factores que concienció, en gran manera, a los centros financieros europeos (y muy en particular al Banco Central Alemán) de la necesidad de garantizar una estabilidad monetaria. Tal Tratado había establecido el dólar como el punto de referencia para definir el valor de todas las monedas. Cuando el Presidente Nixon terminó, en la práctica, con tal tratado, el dólar dejó de ser punto de referencia y fluctuó, como todas las otras monedas, variando según el mercado de divisas. El Presidente Nixon de EEUU decidió terminar tal tratado a fin de debilitar al dólar y favorecer las exportaciones estadounidenses. El hecho de que no hubiera una moneda referencia creó una gran inestabilidad económica. Era difícil mantener un comercio internacional estable con tal variabilidad monetaria.

La respuesta europea a esta situación fue el establecimiento del euro. Suponía en la práctica la sustitución del marco, la moneda alemana, que era la más fuerte en Europa, por el euro. Pero el Banco Central Alemán, el Bundesbank, puso una serie de condiciones para asegurarse que la nueva moneda no fuera más débil que el marco al cual sustituía. Estas condiciones, aprobadas entusiastamente por la comunidad bancaria en los países que pasaron a constituir la Unión Europea, es lo que constituyen las políticas neoliberales, responsables, desde que se establecieron, del lento crecimiento económico, de la disminución de la creación de empleo, y del aumento del desempleo en la Unión Europea.

El control de la inflación como objetivo principal del Banco Central Europeo
Para los Bancos, el mayor enemigo es la inflación. Si una persona tiene 100 euros al principio del año y la inflación es de un 10%, al final del año, tal persona en la práctica tiene sólo 90 euros. Es decir, su capacidad adquisitiva ha disminuido un 10%. Los bancos tienen millones y millones de euros, y tienen una lucha a muerte en contra de la inflación.

¿Cómo garantizar que la inflación sea baja? Una medida es que el precio del dinero sea alto, con lo cual, además de beneficiarse al aumentar el precio de lo que venden, es decir, del dinero, reducen la actividad económica, pues tanto las personas como los empresarios tienen menos facilidades para conseguir dinero prestado (lo que llamamos crédito) y así poder comprar e invertir y estimular el crecimiento económico y la creación de empleo. La reducción  de la actividad económica frena las posibilidades de que crezca la inflación. Pero ello se hace a un coste elevado: la reducción del crecimiento económico. Una de las causas de que la economía estadounidense haya crecido más que la economía europea es precisamente porque  los intereses del Banco Central Estadounidense (The Federal Reserve Board) han sido históricamente más bajos que los del Banco Central Europeo. De ahí que el desempleo en el promedio de los países de la UE haya sido en los últimos treinta años más elevado en la UE que en EEUU.

La otra condición para establecer el euro fue el tratado de Maastricht, que estableció las bases para ralentizar el crecimiento del gasto público. Así, no se permitió a los estados tener un déficit del estado superior al 3% del PIB, ni una deuda pública mayor del 60%. Estas condiciones fueron acompañadas de una cultura fiscal generalizada que asumía que la mejor manera de estimular la economía era bajar los impuestos en lugar de aumentar el gasto público y crear empleo a través de tal gasto. En realidad, lo último fue visto con malos ojos. El guardián de la ortodoxia económica y monetaria en la UE, el Comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, el Sr. Pedro Solbes, acentuó en múltiples ocasiones que la bajada de impuestos era más estimulante para la economía que la subida del gasto público. Ello se convirtió en el dogma que siguió la cultura económica y monetaria en Europa, promovida por la Comisión Europea. Este dogma se reprodujo a base de fé, no a base de evidencia, porque la existente muestra claramente que, por lo general, el crecimiento del gasto público es más estimulante para la economía que la bajada de impuestos.

Aquí hay que hacer una aclaración, pues una respuesta que se da a esta afirmación mía, es que el gasto público como porcentaje del PIB es mayor en los países de la UE que en EEUU, y por lo tanto, al ser este gasto público mayor en la UE, la Unión Europea debiera crecer más que EEUU. Pero no estamos hablando del impacto del gasto público ordinario (el ya existente), sino del crecimiento del gasto público en momentos de recesión o ralentización económica. Desde este punto de vista, la respuesta a las bajadas de actividad económica en EEUU por parte del gobierno federal, ha sido siempre una subida muy acentuada del gasto público, a costa de permitir un elevado crecimiento del déficit público (el último ejemplo es el de la Administración Obama, con un déficit del Estado de un 13% del PIB). En Europa, el promedio del déficit público de los países de la UE-15 es sólo un 5,4% del PIB. EEUU, cuyo crecimiento económico ha sido mayor, y su desempleo menor que el de la UE (en los últimos treinta años), no hubiera sido aceptado en la UE pues no ha seguido ninguno de los mandatos del Tratado de Maastricht.

Es importante subrayar que los países del este de Europa que han tenido que seguir las condiciones de pertenencia a la UE-15, han visto disparar su desempleo, siendo el caso más acentuado el de Polonia, con un 22%. Vemos pues, que la evidencia (ignorada en los medios de información económica española) muestra claramente que la manera como se ha ido construyendo la Unión Europea, con las condiciones dictadas por el capital financiero, es la responsable de la ralentización del crecimiento económico, de la escasa producción de empleo y del elevado desempleo. La situación se ha acentuado todavía más ahora con la crisis, cuando la insistencia en mantener aquellas condiciones está retrasando la recuperación económica y puede llevar a un empeoramiento de la situación. Las llamadas a la “ortodoxia” monetaria (por parte del Sr. Joaquín Almunia, Comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, del Sr. Fernández Ordóñez, Gobernador del Banco de España, del Sr. Gerardo Díaz Ferrán, Presidente de la Patronal, del Sr. Cristóbal Montoso, Portavoz económico del PP, y del ex ministro Rodrigo Rato) es una nota de suicidio económico.

http://www.vnavarro.org/?p=3614

sábado, 31 de outubro de 2009

Se Vargas Llosa levasse suas idéias às últimas conseqüências diria que o México errou ao liberalizar o comércio exterior e integrar-se ao NAFTA

El declive mexicano: Lecciones universales

Alvaro Vargas Llosa

Moises Naím, director de “Foreign Policy”, escribió hace poco que lo que hoy se dice deBrasil —por la percepción de su despegue definitivo— se decía, en los años 90, de México, nación que hoy está estancada. Naím ya había afirmado lo mismo en una mesa redonda que compartimos en la Cámara de Comercio de Estados Unidos. Concuerdo con él en que este asunto merece extremada atención: el salto atrás de México contiene lecciones para otros países además del propio México.

Las reformas mexicanas se agotaron debido en parte al peso muerto del PRI, que gobernó durante décadas, y a la subsistencia de una izquierda antediluviana, pero también a que elPAN, que trajo la democracia y gobierna desde entonces, ha carecido de la imaginación y el celo implacable que tuvieron otros reformadores para guiar a sus pueblos hacia la modernidad. ¿La consecuencia? Entre 2000 y 2007, la economía de Brasil creció 150 por ciento mientras que la de México lo hizo tres veces menos. Nada expresa mejor este desempeño decadente que la industria energética mexicana, aherrojada por restricciones nacionalistas que impiden las inversiones de capital y la innovación: la producción petrolera ha caído 30 por ciento en cuatro años y las reservas actuales sólo durarán otros nueve. Finalmente, el descenso del país en la guerra contra las drogas ha reemplazado las expectativas de un luminoso destino paraMéxico en el siglo 21 por el temor a su balcanización.

Los observadores angustiados por cuestiones del desarrollo se ocupan de los países que prosperaron. Estados Unidos, en el siglo, 19 es el caso más impresionante de la historia; China podría lograr algo similar en este siglo. También estudian, con mucha menor intensidad, a quienes alcanzaron la prosperidad y luego la desperdiciaron. Dos casos fascinantes son el de Argentina y Uruguay: lograron niveles "europeos" de desarrollo en el siglo 19 e iniciaron la cuesta abajo hacia 1930. Pero se presta poca atención a países que parecían estar encaminados a convertirse en naciones "VIP" y se detuvieron a medio camino. México es el caso más sorprendente de este joven siglo.

Preguntarse qué sucedió no es un ejercicio académico. Naciones como China, India, Brasil, Turquía y Sudáfrica deberían estar sacando conclusiones de la vuelta en “U” dada por México. Algunas me vienen a la mente.

Primera: jamás hay que subestimar los vestigios culturales e institucionales del antiguo régimen, y por ende su capacidad política para socavar al nuevo régimen. Algo similar —pero peor—ha acontecido en Rusia, donde el retorno de la autocracia y el Estado mercantilista ha revertido muchos logros de la caída de la URSS, la hazaña mesmerizante de 1991. Segunda: nunca hay que dormirse en los laureles. Chile, país exitoso que ha caído varias posiciones relacionadas con la eficiencia económica en los rankings internacionales, debería tomar esto muy a pecho.

En tercer lugar, un país no debe nunca atar su destino a una nación en particular. La dependencia de México con respecto aEstados Unidos ha reducido su flexibilidad en el ancho mundo. Australia, no obstante ser un país desarrollado, debe cuidarse de su creciente dependencia de China. La mitad de los clientes del National Australia Bank, uno de sus gigantes financieros, vive del mercado chino. Y, en Austria, hemos visto la catástrofe sufrida por la banca, que prestó el equivalente al 75 por ciento del PIB austriaco a empresas y personas de países centroeuropeos de su "patio trasero" que entraron luego en suspensión pagos.

Por último, los países deben elegir bien sus batallas. Tengo mucha simpatía por el Presidente mexicano, Felipe Calderón. Pero cometió lo que muchos mexicanos que lo admiran creen que fue un error colosal al dedicar a la guerra contra las drogas la energía y recursos que debió haber destinado a completar las reformas truncas. Los cárteles de la droga están sencillamente trasladando algunas de sus operaciones a América Central sin dejar de corromper a las instituciones mexicanas y chupar la sangre de una Administración consumida por la lucha contra el enemigo elegido.

Nada de esto es fatal. México puede dar la vuelta una vez más. No será fácil, por cierto: para absorber a 1,2 millones de jóvenes mexicanos que buscan empleo cada año, la economía debe crecer al menos 5,5 por ciento anualmente, cifra que ha eludido aMéxico en años recientes y que no alcanzará en los inmediatos. Pero la primera condición es reconocer la gravedad del problema. No muchos dirigentes mexicanos parecen estar haciéndolo.

http://www.eldiarioexterior.com/articulo_imprimir.asp?idarticulo=35395

domingo, 11 de outubro de 2009

Resistimos o suficiente? É possível passar para a próxima etapa?

João Manuel Cardos de Mello escreveu em 1992: “É claro que há alternativa ao neoliberalismo que não seja nem o “desenvolvimentismo” fora de época, nem o fundamentalismo. Mas não tem cabimento propor novas utopias (quais?) quando a História frustrou a realização dos velhos sonhos. Penso que só nos resta defender a Nação dos efeitos destrutivos da crise e ir preparando com paciência e determinação, as condições para que, no futuro, possamos incorporar plenamente os resultados econômicos e sociais da Terceira Revolução Industrial.”

domingo, 28 de junho de 2009

Maus samaritanos

Foi lançado este ano no Brasil o livro de Ha-Joon Chang, “Os Maus Samaritanos: o mito do livre comércio e a história secreta do capitalismo”. De modo sintomático o prólogo do livro de Chang intitula-se “O milagre econômico de Moçambique”, e começa com uma notícia da revista “The Economist” cujo título é “Castanhas e volts” e o subtítulo “Três Estrelas anuncia um novo avanço na tecnologia do combustível baseado em hidrogênio”. Não há motivos para sustos, ninguém perdeu ainda esta edição, é a edição de 28 de junho de 2061. O modo insólito de abrir o livro é para ressaltar o exemplo do qual o autor parte para falar do desenvolvimento, a Coréia do Sul, seu país de origem. A renda per capita na Coréia do Sul em 1961 era a metade da renda per capita de Gana, 82 dólares contra 179 dólares. Hoje evidentemente a distância entre Gana e a Coréia do Sul é abissal a favor dos sul coreanos. Qual a causa? Ajuda externa? Liberalização? Não! Projeto de desenvolvimento. O autor não faz uma simples defesa da intervenção do Estado, a mera estatização pode ser improdutiva, não faltam exemplos, pode ser Cuba, ou o Vietnã, ou a Albânia. O diferencial da Coréia do Sul foi definir uma estratégia desenvolvimento, pensar como superar cada um dos obstáculos ao seu desenvolvimento. Diferencial? Não. Este pode ter sido o diferencial da Coréia do Sul em relação a Gana e Moçambique. Mas não o diferencial em relação aos EUA, Grã-Bretanha, Alemanha e demais países desenvolvidos. Todos eles adotaram uma estratégia de desenvolvimento similar a utilizada pela Coréia do Sul. Economista de formação neoclássica, Chang conta que inicialmente fazia a associação mais comum, o Japão inventou a intervenção do Estado para o desenvolvimento e a Coréia do Sul copiou e foi bem-sucedida. Quando resolveu aprofundar seus estudos históricos sobre o desenvolvimento descobriu que o Japão também havia apenas repetido a trajetória já percorrida pelos demais países que ocupam as posições de frente no desenvolvimento do capitalismo. Neste livro, Chang então retoma de forma mais incisiva e acessível a tese já esboçada no seu livro anterior também traduzido para o português “Chutando a escada”. A diferença entre os dois livros é que “Maus samaritanos” é destinado ao público mais amplo, voltado para popularização das idéias do autor. O segundo capítulo foi intitulado “A vida dupla de Daniel Defoe”. Daniel Defoe é o autor de “Robinson Crusoé”. E o personagem título do livro é tomado como modelo do homus economicus liberal, entende-se que o indivíduo no mercado se comportaria e tomaria decisões do mesmo modo que Robinson Crusoé isolado na ilha, teria que decidir o quanto deseja trabalhar de acordo com suas necessidades ou desejos de cada bem, a única diferença é que no mercado haverá relações de troca e na ilha não. Ou seja, o mercado representaria uma vantagem porque, inclusive, permitiria a especialização na produção e o aumento da produtividade permitindo consumir mais bens. Ironicamente, para fazer a crítica da concepção liberal de desenvolvimento, Chang irá recuperar outra obra de Daniel Defoe, “A Plan of the English Commerce” de 1728 que “descreve como os Tudor, especialmente Henrique VII e Elizabeth I, usaram o protecionismo, os subsídios, a distribuição de direitos de monopólio, a espionagem industrial financiada pelo governo e outros meios de intervenção do governo para desenvolver a indústria de manufaturas de lã na Inglaterra, a indústria de alta tecnologia da Europa naquela época.” (CHANG, 2009, p.38).

sexta-feira, 10 de abril de 2009

Apenas para refrescar a memória: Fujimori foi apoiado por Álvaro Vargas Llosa nas suas políticas neoliberais que estavam casadas com os seus crimes

Álvaro Vargas Llosa
Crimenes de Estado

En el siguiente artículo, el autor reflexiona acerca de la sentencia contra el ex dictador peruano Alberto Fujimori dictada por la Corte Suprema del Perú por las masacres cometidas por el escuadrón de la muerte "Colina" y otros hechos aberrantes.

Álvaro Vargas Llosa

10 de abril de 2009 

Esta semana, el ex dictador peruano Alberto Fujimori fue sentenciado a 25 años de cárcel por la Corte Suprema del Perú por dos masacres cometidas por un escuadrón de la muerte conocido como "Colina", así como por el secuestro de un periodista y un empresario. El juicio, que según observadores internacionales serios cumplió con altos estándares de debido proceso, sienta un precedente al establecer la responsabilidad de los gobernantes en las guerras clandestinas que llevan a cabo sin dar órdenes escritas.

Entre 1991 y 1992, el grupo Colina, un destacamento del ejército al que le fue encomendado combatir a Sendero Luminoso, una organización terrorista, asesinó al menos a cincuenta personas en nueve acciones separadas. El juicio a Fujimori se concentró en dos de ellas: la matanza de quince personas, en noviembre de 1991, durante una "pollada" en el vecindario pobre de Barrios Altos, y el secuestro y asesinato, en julio de 1992, de nueve estudiantes y un profesor de la universidad conocida como La Cantuta. El acusado alegó que la ausencia de una prueba escrita o audiovisual que mostrara que él impartió las ordenes exigía su absolución.

Pero los fiscales y los abogados de la parte civil presentaron una acusación demoledora, demostrando la responsabilidad de Fujimori en la estrategia, la estructura operativa y el encubrimiento político de las actividades relacionadas con el grupo Colina. La clave es Vladimiro Montesinos, un capitán retirado con un historial de traición a la patria que jamás hubiese contado con el poder colosal que tuvo sin la única persona que podía delegárselo: el propio Fujimori.

Diversos militares testificaron que, poco después de llegar al poder, Fujimori ordenó la ejecución de una nueva estrategia antiterrorista basada en la utilización del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) y en la designación de Montesinos como su jefe de facto mientras un general actuaba como jefe nominal. Fujimori puso dos fondos secretos, Reserva 1 y Reserva 2, bajo su control y lo autorizó a coordinar las actividades de todos los servicios militares de inteligencia. Diversos testimonios confirmaron la autenticidad de dos manuales del ejército que describían la necesidad de crear equipos de "operaciones especiales" autorizados para matar.
Ocho miembros del grupo Colina confesaron que mataban sospechosos; hubo testimonios que confirmaron que Montesinos estuvo directamente involucrado en los crímenes de Barrios Altos y La Cantuta: en un caso dio una orden verbal y en el otro discutió los asesinatos con el comandante general del ejército poco después de que acontecieran.

En 1991, antes de la creación del grupo Colina, Fujimori recomendó por escrito que sus futuros miembros, comisionados por Montesinos en ese momento para infiltrar y robar información a la policía, fuesen promovidos. Ese mismo año, Fujimori ingresó a La Cantuta acompañado por efectivos militares para establecer una base del ejército: un año después, esa base colaboraría con el grupo Colina en el secuestro de los nueve estudiantes y el profesor.

Meses después de la formación del escuadrón de la muerte, el jefe del ejército, nombrado por Fujimori a solicitud de Montesinos, celebró un homenaje al grupo Colina y les dijo a sus miembros que constituían "la parte invisible" de la estrategia antiterrorista. En una entrevista, años después,, el jefe del grupo Colina explicó así la cadena de mando: "Hubo una decisión de parte de quienes gobernaban el país. A partir de allí, todo lo que sucedió debe interpretarse como parte de las decisiones políticas del Presidente".

Cuando los crímenes se hicieron públicos, Fujimori negó que hubieran ocurrido. Cuando las pruebas salieron a la luz, negó que Montesinos y el comandante general del ejército tuviesen algo que ver con ellos. Bajo presión internacional, el régimen juzgó a algunos miembros del grupo Colina en un tribunal militar secreto. Permanecieron a sus anchas en una dependencia del ejército durante algunos meses hasta que se les concedió una amnistía.

Para colmo, la derrota de Sendero Luminoso no tuvo nada que ver con el grupo Colina, cuyas víctimas no eran terroristas de Sendero Luminoso, sino con las actividades de un grupo de inteligencia policial, el GEIN, que capturó al líder de los maoístas en 1992.

Qué notable –y qué raro- que, a pesar de las acciones violentas llevadas a cabo por la organización política de Fujimori desde que su líder fue extraditado para ser juzgado por violaciones a los derechos humanos y corrupción, y de la campaña de intimidación contra los fiscales, las familias de las víctimas y los jueces, el tribunal presidido por César San Martín se haya atrevido a imponerle la larga condena.

El fallo establecerá un precedente para futuros juicios en los que dirigentes políticos responsables de la destrucción de las instituciones y el Estado de Derecho en sus países procuren evadir su responsabilidad escondiéndose detrás de la ausencia de pruebas materiales de su participación en guerras clandestinas. En gran medida, la historia de América Latina ha sido una sucesión de caudillos que hicieron justamente eso. La sentencia de Fujimori envía el mensaje de que esa tradición no tiene que ser honrada para siempre.

quarta-feira, 1 de abril de 2009

Quando morreu o neoliberalismo? O que fazer com o dólar?

Bajo la Lupa

Las exequias del neoliberalismo global

Alfredo Jalife-Rahme

Desde la City, capital del país que inventó e implementó hasta sus últimas consecuencias letales el neoliberalismo financiero global, Martin Wolf, otrora fanático de la globalización y editor de economía de The Financial Times, el periódico portavoz del depredador modelo desacreditado y desacralizado, formula las exequias del paradigma que gobernó insensatamente al mundo durante tres décadas (en realidad, fue desde 1991, fecha del colapso de la URSS que dio pie al unilateralismo financiero global de la dupla anglosajona).

Wolf (The Financial Times, 8/3/09), apologista inveterado del neoliberalismo global (publicó un libro ¿Por qué funciona la globalización?, Yale University Press, 2004) justamente cuando el modelo había derrapado, comenta las semillas de su propia destrucción del neoliberalismo: otro dios ideológico ha sucumbido.

A nuestro juicio, el problema radica en ubicar correctamente la fecha de las exequias del cadáver del modelo neoliberal, que pudieron haber sido en 1997 (quiebra de LTCM); en 2000 (ascenso al poder del bushismo unilateral); en 2001 (montaje hollywoodense del 11/9); marzo de 2004 (cuando British Petroleum delató que los ejércitos de la dupla anglosajona no podían controlar los pletóricos yacimientos de hidrocarburos de Irak), o el 15 de septiembre de 2008 (quiebra de Lehman Brothers).

Qué más da: en el lapso de los recientes 12 años, el modelo neoliberal global clínicamente estaba muerto, realidad lúgubre que se negaban a admitir, pese a su putrefacción universal, los financieros forenses de la City y Wall Street.

Wolf ejerce la función del anatomista patólogo que busca descubrir las causales de la defunción del pestilente cadáver.

Se pudiera alegar que con un lapso entre un mínimo de seis años y un máximo de 17, el capitalismo neoliberal sucumbió detrás del socialismo revolucionario, como le llama Wolf.

Qué no habremos visto durante un siglo con la muerte de cuatro ideologías, para no decir teologías, totalitarias: el fascismo, el nazismo, el comunismo y ahora el neoliberalismo global. Definitivamente los humanos (de)pendemos de un hilo muy frágil para sobrevivir en medio de los totalitarismos teológicos de la historia.

Wolf asienta que los supuestos que gobernaron las políticas durante más de tres décadas, súbitamente (sic) están caducas, como el socialismo revolucionario cuando los gobiernos inyectan millones de millones de dólares, euros y libras para intentar rescatar sus sistemas financieros. ¿Y qué tal si regresa el socialismo revolucionario?

Con un retraso de casi tres décadas, Wolf se va a la yugular de Alan Greenspan, el culpable favorito, que ha sido colocado en la picota universal por haber propiciado y/o tolerado la mayor crisis financiera de la humanidad: “alumno de Ayn Rand (nota: la teóloga esotérica del individualismo misántropo) y principal banquero central de la época, quien confesó en su testimonio ante el Congreso, el pasado octubre, encontrarse en estado de choque e incredulidad debido al fracaso del autointerés (sic) de las instituciones de crédito por proteger el capital de los accionistas”.

Repite lo archisabido sobre el inicio del modelo neoliberal global con el ascenso al poder de Margaret Thatcher en Gran Bretaña y Ronald Reagan en Estados Unidos (EU), en medio de cambios en China e India que se voltearon más hacia el mercado, lo que en su conjunto marcaba la muerte de la planeación central, que llegó a su paroxismo con la caída del comunismo soviético entre 1989 y 1991. Esto es muy discutible, ya que China e India, más que desregularse al estilo sicótico anglosajón, se orientaron a economías reguladas de libre mercado (al estilo del añejo PRI revolucionario, anterior al desviacionismo neoliberal que se inició con De la Madrid Hurtado y que prosiguieron Salinas y Zedillo: los tres criptopanistas).

Asevera que el impacto de la crisis será particularmente severo en los países emergentes y acepta que en medio de una inmensa (sic) crisis financiera global y del desplome sincronizado en la actividad económica, el mundo está cambiando de nuevo. Si, como aduce, el sistema financiero es el cerebro de la economía de mercado, entonces, el capitalismo anglosajón se encuentra totalmente descerebrado.

Confiesa su deriva mental: es imposible (¡supersic!) en este punto de inflexión saber adónde vamos. No se percata de que el mundo va que vuela a la desglobalización, a la regionalización nacionalista y al neoproteccionismo patriótico, como sostuvimos en nuestros libros premonitorios (El fin de una era. Turbulencias en la globalización, Editorial del Zorzal, Buenos Aires, 2007, y Hacia la desglobalización, Editorial Jorale, 2007) con antelación al estallido del tsunami financiero global.

Arguye que la combinación del colapso (sic) financiero con una inmensa (sic) recesión, si no ocurre algo peor (léase: la gran depresión), seguramente (sic) cambiará al mundo. La legitimidad (sic) del mercado será debilitada. La credibilidad (sic) de EU será dañada. La autoridad de China aumentará. La misma globalización puede irse a pique. Éstos son los tiempos de la revuelta. ¡Ah, caray!

Contempla la probabilidad de la desglobalización y una mayor regulación, y confiesa, muy a destiempo, que la era de la liberalización contenía las semillas de su propia destrucción para emprender su análisis forense que venimos asentando desde hace más de 10 años en el libro agotado El lado oscuro de la globalización: post-globalización y balcanización, Editorial Cadmo & Europa, 2000.

Wolf argumenta que el mundo de las pasadas tres décadas de liberalización financiera ha concluido, pero que, a diferencia de la década de los treinta, no existe una alternativa creíble a la economía de mercado. Aquí discrepamos del fracasado teólogo del neoliberalismo global: en la geopolítica se generó un empate técnico entre EU y Rusia, mientras en el ámbito geoeconómico el BRIC (Brasil, Rusia, India y China) va en ascenso, en detrimento del G-7.

El grave problema radica en el dolarcentrismo al que se ha aferrado la dupla anglosajona como su último círculo de defensa para mantener su hegemonía global. Asistimos a la gran paradoja del dólar: una divisa prácticamente sin valor, pero todavía muy funcional, cuando las otras divisas del BRIC y de las regiones de las economías emergentes (Sudamérica, las potencias petroleras del Golfo Pérsico y el sudeste asiático) no son competitivas ni cuentan con divisas sustituibles hasta ahora.

Más aún: en su reciente boletín, GEAB (número 33) de LEAP/Europe 2020, expone persuasivamente la guerra de divisas que se escenifica en el marco de la cumbre del G-20 de Londres, cuando el eje anglosajón le ha declarado la guerra al euro.

http://www.jornada.unam.mx/2009/04/01/index.php?section=opinion&article=016o1pol

domingo, 29 de março de 2009

“Las consecuencias de 1989 terminaron siendo menos duraderas que lo que habían supuesto muchos observadores, entre quienes me incluyo”

¿1929 o 1989?

by Dominique Moisi

PARÍS – A medida que la crisis económica se profundiza y amplía, el mundo busca analogías históricas como ayuda para comprender lo que ha ocurrido. Al comienzo de la crisis, muchos la compararon con 1982 o 1973, lo que resultaba reconfortante, ya que ambas fechas marcan recesiones cíclicas clásicas.

Hoy los ánimos son muchos más sombríos, y están comenzando a abundar las referencias a 1929 y 1931, a pesar de que algunos gobiernos siguen comportándose como si la crisis fuera más clásica que excepcional. La tendencia es ser excesivamente parcos (Europa) o a difundir ampliamente las medidas que se adoptan (Estados Unidos). Europa está siendo cautelosa para evitar el endeudamiento y defender el euro, mientras EE. UU. ha tomado medidas en varios frentes para no desperdiciar una oportunidad ideal de implementar reformas estructurales que se necesitan con urgencia.

Para los geoestrategas, sin embargo, el año que viene a la mente de manera natural, tanto en lo político como en lo económico, es 1989. Por supuesto, la caída de Lehman Brothers no tiene nada que ver con la del Muro de Berlín. De hecho, en la superficie parece ser su perfecta antítesis: el colapso de un muro que simbolizaba la opresión y las divisiones artificiales, frente al colapso de una institución reconfortante y aparentemente indestructible del capitalismo financiero.

No obstante, al igual que 1989, los años 2008 y 2009 bien pueden corresponder a un cambio de época, cuyas consecuencias se han de sentir durante décadas. El fin de la división ideológica entre Este y Oeste y el fin de la fe absoluta en los mercados son puntos de inflexión históricos. Y lo que ocurra en 2009 pondrá en riesgo algunos de los aspectos positivos de 1989, como la reunificación pacífica de Europa y el triunfo de los principios democráticos por sobre tendencias nacionalistas, si es que no xenófobas.

En 1989, la democracia liberal triunfó sobre la ideología socialista encarnada y promovida por el bloque soviético. Para muchos de sus partidarios, el Presidente Ronald Reagan fue quien, mediante su deliberada escalada en la carrera armamentista, llevó a la economía soviética al límite, demostrando así la superioridad de las sociedades liberales y el libre mercado.

Por supuesto, hay diferencias evidentes entre 1989 y la actualidad. En primer lugar, y quizás por sobre todo, las revoluciones de 1989 y el colapso subsiguiente de la Unión Soviética pusieron fin a la bipolaridad global. En contraste, es probable que el año 2009 allane el camino a una nueva forma de bipolaridad en la que China sustituya a la Unión Soviética.

En segundo lugar, si bien la democracia y el capitalismo de mercado parecían ser los claros vencedores -aunque más frágiles de lo esperado- en 1989, con la propagación de la crisis global en 2009 es difícil distinguir ganadores de perdedores. Todo parecen ser perdedores, auque algunos luzcan más afectados que otros.

No obstante, la historia es injusta, y Estados Unidos, a pesar de su mayor responsabilidad por la crisis global de la actualidad, puede salir del lío más fortalecido que la mayoría de los países. Como profesor visitante de Harvard y el MIT, estoy teniendo una buena idea preliminar de cómo podría verse el mundo una vez que se supere la crisis.

Uno siente algo como la creación de un universo dominado por estadounidenses y asiáticos. Desde los increíbles laboratorios de medios del MIT a los departamentos de matemáticas y economía de Harvard, los asiáticos (chinos e indios en particular) están en todos lados, como los romanos en Atenas en el primer siglo antes de Cristo: llenos de admiración por aquellos de quienes están aprendiendo tanto y a quienes podrían superar en las décadas que se avecinan.

Sin embargo, antes de que aparezca este nuevo orden, puede que el mundo se enfrente a un desorden cada vez más profundo, si es que no directamente a un caos. Por ejemplo, ¿qué le ocurrirá a un país tan central y vulnerable como Egipto cuando cientos de miles de egipcios que trabajan en el Golfo se vean obligados a volver a su patria cono resultado de la crisis en los países productores de petróleo? Cuando los ricos se vuelven menos ricos, los pobres se empobrecen más aún. ¿Y qué pasará con los trabajadores extranjeros que han llegado al "sueño europeo" y hoy se ven frente a potenciales explosiones de xenofobia en los supuestamente abiertos países de Europa?

Las consecuencias de 1989 terminaron siendo menos duraderas que lo que habían supuesto muchos observadores, entre quienes me incluyo. Sólo nos cabe esperar que, a fin de cuentas y de manera similar, las consecuencias de 2009 terminen siendo menos dolorosas que el modo como nuestra intuición y nuestros reflejos históricos nos hacen sentirlas hoy.

Dominique Moisi es profesor visitante de la Universidad de Harvard y autor de The Geopolitics of Emotions.

http://www.project-syndicate.org/commentary/moisi40/Spanish

sábado, 28 de março de 2009

Mais uma vez a Terceira Via?

Zapatero llega a Chile para participar en la Cumbre de Líderes Progresistas

El presidente del Gobierno tiene previsto reunirse con Joe Biden, Lula da Silva y Michelle Bachelet.- El encuentro servirá para analizar los desafíos de la crisis

ELPAÍS.com - Viña del Mar - 28/03/2009

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha llegado a las 11:00,hora española, a Santiago de Chile, desde donde se desplaza a Viña del Mar, para participar en una Cumbre de Líderes Progresistas organizada por la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, informa MANUEL DÉLANO. Es la sexta cumbre de este tipo que se organiza, para discutir los desafíos de la crisis y buscar medidas progresistas para atajarla, medidas que eludan las tentaciones proteccionistas y populistas.

Zapatero tiene en la agenda varias reuniones bilaterales, entre otras, un encuentro con el vicepresidente estadounidense, Joseph Biden, la primera que Zapatero mantiene con un miembro de la Administración de Barack Obama. El presidente del Gobierno se reunirá también con su homólogo británico, Gordon Brown, el brasileño, Lula da Silva y con la presidenta chilena, Michelle Bachelet. En la cumbre están presentes también la presidenta argentina, Cristina Fernández, el primer ministro de Noruega, Jens Stoltenberg y el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez.

La presidenta chilena ofreció una cena la noche del viernes (madrugada del sábado en España) con los primeros mandatarios llegados a Viña del Mar, en la que explicó que, en su opinión, la difícil coyuntura debe ser combatida con políticas anticíclicas, aperturismo y regulación, informa EFE. Ante dos centenares de políticos e intelectuales, Bachelet defendió el aumento del gasto fiscal, y señaló que "la crisis no puede se enfrentar dejando de lado a la gente, a los trabajadores". Para evitar el proteccionismo, dijo ayer Bachelet, es esencial llegar a un acuerdo en la Ronda de Doha, la iniciativa de la Organización Mundial del Comercio que busca una mayor liberalización del comercio mundial.

Gordon Brown, primer ministro británico presente en la cena de anoche, fue un poco más allá en su propuesta. "Tenemos que empezar nuevamente y rehacer nuestras instituciones; necesitamos nuevas reglas para este orden global, porque un mundo sin reglas no funciona, y tenemos que hacerlo con los valores progresistas", dijo en su turno de palabra. "Resulta absurdo que en 2009 no haya una institución global que dé respuesta a los problemas de financiación con mecanismos para transferir recursos de los países ricos a los pobres", añadió.

Además, Brown apeló anoche a la responsabilidad de los Gobiernos progresistas en la toma de la iniciativa para acabar con la crisis. "Nosotros tenemos que marchar ahora; si los progresistas no lo hacemos, nadie más ayudará a los más pobres", dijo.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/Zapatero/llega/Chile/participar/Cumbre/Lideres/Progresistas/elpepuint/20090328elpepuint_3/Tes

quinta-feira, 19 de março de 2009

Não falta humor refinado nos meios liberais

Carlos Alberto Montaner
Estados Unidos no cumple con sus propias recetas

En los años ochenta y noventa del siglo XX, cada vez que en cualquier país se desataba una crisis económica, los especialistas del FMI y del Banco Mundial, prometían ayuda masiva a cambio de que las naciones afectadas cumplieran una serie de exigencias, que el autor enumera y analiza.

Carlos Alberto Montaner

En los años ochenta y noventa del siglo pasado, cada vez que en cualquier país del mundo se desataba una crisis económica, los hábiles especialistas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM) acudían a apagar el incendio dotados de una eficaz receta. Inmediatamente, prometían ayuda masiva a cambio de que las naciones afectadas:
• Balancearan el presupuesto (aunque tuvieran que aumentar los impuestos)
• Recortaran los gastos (incluidos los llamados ´´gastos sociales´´, si era necesario)
• Controlaran la inflación
• Estimularan el ahorro
• Pagaran o renegociaran la deuda pública, comprometiéndose a no incrementarla
• Redujeran el déficit comercial
• Abrieran sus mercados a la competencia
• Dejaran flotar sus tasas de interés y sus divisas para que la depreciación de la moneda sirviera de ajuste, aunque todos se empobrecieran con la disminución de los valores de la propiedad y la merma del poder adquisitivo de los salarios o de los ahorros.
Ante esta receta (que años más tarde se perfeccionará en el llamado Consenso de Washington), totalmente acertada desde la perspectiva de la ortodoxia económica, los gobiernos democráticos protestaban: las medidas eran correctas y en un par de años lograban darle la vuelta a la situación, pero la austeridad casi siempre era castigada en las urnas.
El implacable elector, que no quiere oír hablar de reducción de su capacidad de consumo o de su nivel de vida, solía premiar el discurso populista y alejarse de quien le proponía sangre, sudor y lágrimas. (El elector generalmente está de acuerdo en que se reduzcan los subsidios y se aumenten los impuestos, pero sólo si el que realiza esos sacrificios es otra persona y no él mismo.)
La resistencia de los países frente a los economistas del FMI y del BM era inútil. Llenos de buenos argumentos, los expertos de estas entidades, muchos de ellos norteamericanos graduados en magníficas universidades, explicaban que el país en crisis había gastado más de lo que producía durante un tiempo prolongado, financiando esas obligaciones con préstamos, negociando deuda pública, o con emisión inflacionaria de papel moneda, mientras las entidades crediticias habían prestado recursos irresponsablemente, generando distintos tipos de ´´burbujas´´, y muy especialmente la de bienes inmuebles. Es decir, habían alentado una escalada irracional del valor de la propiedad hasta que desaparecieron súbitamente los compradores, los precios cayeron en picado, cundió el pánico, y los bancos, víctimas de los morosos, no podían devolver los depósitos, convirtiéndose en insolventes.
La ironía de todo esto es que hoy, cuando las entidades financieras y el gobierno de Estados Unidos, con el regocijo de la sociedad, han provocado la mayor crisis económica de los últimos setenta años, desatando un verdadero tsunami en todo el planeta, en lugar de acudir a las medidas que propusieron o impusieron decenas de veces por medio del FMI y del BM están haciendo exactamente lo contrario: gastar más, endeudarse más, estimular el consumo, y tratar de lograr algo probablemente imposible: escapar de una larga e irresponsable etapa de orgía económica incurriendo exactamente en los mismos comportamientos que generaron la hecatombe.
Esta hipócrita paradoja, que probablemente agrave los problemas económicos en lugar de aliviarlos, acaba de explicarla uno de los grandes economistas españoles, Alberto Recarte, en un libro recientemente publicado en Madrid por La Esfera de los Libros: El informe Recarte 2009. La economía española y la crisis financiera internacional, obra que deberían leer los latinoamericanos y norteamericanos, dado que dos terceras partes del estudio son observaciones que encajan en la realidad de todos los países de ese hemisferio. El libro, que propone formas para salir de la crisis basadas en la experiencia y el sentido común, difícilmente va a ser tomado en cuenta. Nadie quiere oír hablar de austeridad.

http://www.eldiarioexterior.com/noticia.asp?idarticulo=28460

quinta-feira, 26 de fevereiro de 2009

Esses liberais não se emendam mesmo! Este é o problema da ideologia, mesmo quando a realidade a desmente, a fé é professada!

Carlos Alberto Montaner
Doce preguntas para enfrentar la crisis

El autor formula doce preguntas sobre la crisis actual; en sus respuestas nos ofrece las soluciones. Una de las opciones que descarta es la inyección económica por parte del estado.

Carlos Alberto Montaner

¿Qué va a pasar con esa inyección de casi 800,000 millones en la economía norteamericana?

No va a funcionar. Esa masa enorme de dólares generará inflación. La economía de Estados Unidos se está latinoamericanizando.

¿Pero eso va a crear empleos o no?

Va a crear muchos puestos de trabajo artificialmente. Hace varias décadas el gran economista Henry Hazlitt puso un ejemplo magnífico: ¿por qué no rompemos todas las ventanas de cristal y súbitamente millones de personas serán necesarias para fabricar los cristales e instalarlos?. La economía crece espontáneamente cuando las empresas descubren y satisfacen una necesidad real del mercado, generan beneficios e invierten parte de esas ganancias.

Entonces, ¿hay puestos de trabajo buenos y malos?

Claro. A Milton Friedman, durante una visita a China le enseñaron una enorme represa en la que miles de trabajadores excavaban utilizando palas. Friedman preguntó por qué no usaban unas excavadoras mecánicas que harían el trabajo mejor y más rápidamente. Le respondieron que hacía falta darle empleos a mucha gente. Friedman sonrío irónicamente y les dijo: "en ese caso, ¿por qué no utilizan cucharas en vez de palas y van a necesitar a muchos más trabajadores?". El objetivo racional de cualquier actividad económica sana es hacer lo más posible con la menor cantidad de recursos posibles y en el tiempo más corto posible.

¿Pero, no fue aumentar el gasto público lo que hizo Roosevelt con el New Deal?

Sí, y fue un desastre. En 1941, cuando Estados Unidos entra en la Segunda Guerra, todavía no se había superado la depresión de 1929.

Entonces, ¿fue la guerra el evento que salvó la economía norteamericana?

Tampoco. Ésa es una superstición muy extendida, los países europeos que no participaron en la guerra, como Suecia y Suiza, crecieron más que Estados Unidos en esos años. Lo que sucedió a partir de 1941 es que la economía norteamericana había tocado fondo y comenzó a crecer. Luego, cuando terminó la guerra, con el Primer Mundo semidestruido, Estados Unidos generaba la mitad de cuanto se producía en el planeta. Las guerras arruinan a los países, como se comprobó en Corea, Vietnam y hoy se demuestra en Afganistán e Irak.

¿Qué originó la actual crisis?

Lo que origina todas las crisis, incluso a un nivel personal: que Estados Unidos gastaba más de lo que producía. Concretamente, gastaba un 106 por ciento de lo producido.

¿Pero no le dice el gobierno a la sociedad que siga gastando?

Así es, pero como la gente es más prudente que el gobierno, calibra bien sus gastos y comienza a ahorrar para enfrentarse a un periodo de recesión.

¿Cuánto va a durar la crisis?

De acuerdo con Steven Persletein, que ganó un Pulitzer por predecir exactamente el desastre que venía, la crisis financiera durará todo el 2009 y la económica, en general, una vez que se restaure las líneas de crédito, unos dos años más, pero nadie sabe.

¿La responsabilidad mayor es de los bancos y las instituciones financieras que dieron absurdas condiciones crediticias?

En gran medida, y del gobierno que las forzó a dar créditos porque parecía muy bueno que todo el mundo tuviera una casa, aunque no contara con recursos para pagarla.

¿Se debe castigar a los bancos?

Naturalmente. Las empresas y las personas deben pagar por sus errores. Hay que dejar que el mercado sancione a quienes hicieron mal su trabajo. Esa es la forma en que el sistema se purga y se perfecciona. No es una función del Estado salvar a una empresa que ha perdido el favor de los consumidores.

¿Respalda, entonces, en la nacionalización de los bancos quebrados?

Sí, los bancos en quiebra deben ser provisionalmente absorbidos por el Estado, aunque los accionistas pierdan sus inversiones, y, una vez reflotados, deben volver a privatizarse con nuevos accionistas. Esto fue lo que se hizo en Suecia en los años noventa ante una crisis similar.

¿Se puede agravar la crisis?

Claro que se puede. Como pasó en los años treinta, puede volver una ola suicida de proteccionismo. Cuando el vicepresidente Joe Biden habla de "Buy American" y estimula ese nacionalismo económico está predicando un disparate. Las sociedades se enriquecen ampliando el comercio libre, no restringiéndolo. Además, es un acto contrario a la libertad del consumidor.

http://www.eldiarioexterior.com/noticia.asp?idarticulo=27725

sábado, 15 de novembro de 2008

É o fim do neoliberalismo?

Já se velou muito difunto que "ressuscitou" quando o caixão estava baixando, então ainda não é hora de acendermos vela para o neoliberalismo. O neoliberalismo é mau difunto, especialmente porque só o conhecemos pelo apelido. O que a esquerda chama de neoliberalismo é um fantasma criado pelos próprios críticos que jogam dentro de um mesmo rótulo uma série de idéias que nem sempre pertencem ao mesmo universo teórico e intelectual. Há uma riqueza teórica no interior do "neoliberalismo" que passa despercebido aos críticos. Atacar uma série de bobagens ditas por Milton Friedman é fácil, atacar o autoritarismo do Hayek  também, entretanto as concepções ortodoxas da economia são amplas e variadas. Antes do difunto ser enterrado é conveniente manter a atenção para ver se não será apenas uma mudança na corrente hegemônica no interior da própria economia ortodoxa.

E às vezes o que parece diferente não é senão outra forma de apresentação do mesmo conteúdo. Os setores reformistas, a esquerda não-revolucionária estabeleceu um caso de amor com Stiglitz. Entretanto o Stiglitz pelo qual eles se apaixonaram não existe, ou melhor, existe apenas no discurso político. O universo teórico de Joseph Stiglitz  é o da economia neoclássica. Stiglitz não é um keynesiano de fato, é keynesiano apenas dentro do universo da economia neoclássica das expectativas racionais. Ou seja, reconhece que há alguns entraves no mercado que impedem que o mercado funcione como previsto pela teoria dos novos clássicos. Mas daí a ser keynesiano no sentido que será keynesiano nos 1950, 1960 ou no sentido dos pós-keynesianos, ou mesmo ser um heterodoxo qualquer que seja o sentido do termo há uma longa distância. A teoria do Stiglitz não fundamenta um novo mundo, apenas melhora a maquilagem do velho mundo. E aí que mora o perigo, é bastante provável que as principais propostas de reforma do sistema ao invés de resolver o problema sirvam apenas para encobri-lo.

Do ponto de vista das relações internacionais também não se deve ter muitas esperanças no fim do neoliberalismo porque esta é uma crise sui generis, é uma crise sem vencedores. E quando não há vencedores gera-se uma indefinição sobre o princípio que irá fundamentar a reorganização do sistema porque ninguém é capaz de impor o seu e a disperidade de interesses impede a formação de um consenso na ausência de hegemonia clara. Por exemplo, na crise atual, uma solução séria para crise envolveria uma redefinição da posição do dólar na economia mundial e uma imposição de uma reorganização do setor externo norte-americano. Mas quem acredita que isso irá ocorrer? Quem imporá isso aos EUA? E que presidente norte-americano proporá uma reforma que implique uma perda de improtância do dólar na economia mundial?

terça-feira, 15 de julho de 2008

Para ser de direita é necessário ser burro?

LEITURAS DE VEJA
A direita emburreceu de vez?

Por Paulo Ghiraldelli Jr. em 15/7/2008

"Não é preciso ser burro para ser de esquerda." Esta frase de Fernando Henrique Cardoso, na condição de presidente da República, é uma das mais corretas e bem elaboradas que ele já cunhou para o mundo jornalístico. Começo a acreditar que a frase simétrica, contemplando a direita, não vale. Estou dizendo, então, que para ser de direita é necessário ser burro? Pode não ser assim no exterior, mas, no Brasil, a condição política conservadora está indo de mal a pior.

A situação da revista Veja tem estampado isso. Os articulistas que a revista apresenta estão cada vez menos preparados. O caso de Gustavo Ioschpe salta aos olhos. O que ele escreve deixa qualquer pessoa relativamente bem informada totalmente estarrecida. Pego aqui o rabisco dele chamado "Errar é humanas" (Veja, 30/06/08).

Eu vou citar as pérolas gustavianas e sigo depois com breves comentários. Segurem-se na cadeira.

"Eu só descobri que não entendia nada de matemática quando conversava com um colega russo, no mestrado, sobre o assunto. Aquilo que para mim exigia um grande esforço mental, de montagem de equações e de tentativa de operações algébricas, para ele era visivelmente algo automático, instintivo, como a construção de uma frase em sua língua natal. (...)"

O afastamento do empírico

Sim! Ele é economista, uma área em que sem a matemática é impossível sobreviver. Mas ele diz que não sabe matemática! Agora dá para entender por que produziu aquela estatística, já denunciada por mim e outros, querendo mostrar que a ampliação de salários de professores não melhora a educação. Pronto, é isso: ele errou na estatística, é claro. Não sabe matemática.

E ele continua:

"O problema é fundamentalmente filosófico, epistemológico: a maioria das pessoas entende a matemática como uma ferramenta que precisamos dominar para resolver alguns problemas do cotidiano. Mas a matemática não é isso. A matemática é uma linguagem que descreve o mundo. Todo o mundo físico é traduzível em números, com acuidade muito maior do que a descrição feita por palavras. Além disso, a matemática é a árvore da qual brotam os frutos das ciências exatas: física, química, biologia, estatística, engenharia, medicina – nada disso seria possível sem a matemática. (...)

Sem uma comprovação empírica, qualquer pensamento é apenas uma tese."

Mas Gustavo, veja, meu caro, as matemáticas não se desenvolveram para então gerar as ciências, elas caminharam juntas. Além disso, sua frase "sem uma comprovação empírica, qualquer pensamento é apenas uma tese" é exatamente a frase que nega o poder da matemática. Ela é exatamente a disciplina que não suporta a empiria! Ela é o afastamento do empírico, par excellence.

A Caverna de Platão

Leitor, você agüenta mais um pouco? Sim? Então, tome:

"Eu só fui descobrir isso [que disse acima] quando já estava no mestrado. De tudo que estudei na vida – e acabei estudando, na faculdade, história, ciência política, psicologia, sociologia, economia, geologia, marketing, administração, contabilidade, crítica literária, filosofia e outras que nem me lembro mais, não apenas por desejo e curiosidade próprias, mas porque o sistema americano impõe essa multidisciplinaridade – hoje vejo que a matéria mais importante é estatística. Achava a matéria um porre quando a cursei, no primeiro ano. O que é natural, aliás: aos 18 anos, o cérebro humano está demasiadamente encharcado de hormônios para que os pensamentos possam nadar. Agora vejo que a estatística é a base de tudo, é o que possibilita a distinção entre a opinião e o fato, a aparência e a realidade (as ‘formas’ platônicas). Sem estatística não pode haver ciência exata nem ciência social."

Viram? Eu tenho criticado o que chamei de PTE, o Pensamento Tecnocrático em Educação, que é capitaneado pelo "grupo da Veja", "grupo do Paulo Renato" e, enfim, o que agora também está no MEC, com Fernando Haddad imitando a secretária de Educação de São Paulo em tudo que é conservador. O PTE é isso: a apologia da estatística. Mas não a estatística inteligente, e sim, a estatística tomada como panacéia. É uma espécie de "ideologia do cientificismo da estatística". Isso é ignorância.

Gustavo é tão ignorante que ele quer resolver o problema filosófico "aparência versus realidade" com estatística! Os sistemas filosóficos não resolvem o problema. Eles não apareceram para fazer isso. Eles apareceram para equacionar o problema da relação entre ilusão e aparência (se é que esse problema existe).

Platão não quis renegar o mundo existente, o aparente, para impor a todos o mundo das formas; o que ele fez foi mostrar que, como homens, vivíamos em ambos: um é o mundo inteligível, o outro é o sensível. Um mundo, nós acessamos pelo intelecto, o outro, acessamos pelos sentidos. A Caverna de Platão não é um lugar, é uma condição – carregamos nas costas nossa Caverna quase como a tartaruga carrega a casca. A tartaruga carrega a casca e pode até imaginar que teria como eliminá-la. Pode imaginar que, uma vez sem a casca, viria a se apresentar como realmente é, na sua essência de tartaruga – a tartaruga real. Mas ao perder a casca, morreria, e morreria sem ser tartaruga, e sim, como uma tartaruga desfigurada.

"Otimismo despropositado"

Quando cometo um erro de cálculo ou de percepção e sou avisado, ou descubro o erro por mim mesmo, eu o corrijo. Assim, estou no âmbito do que a ciência faz, e também o senso comum. Agora, no âmbito da ilusão metafísica (ou no âmbito do que Marx chamava de ideologia), não posso fazer algo que se chame "correção". Posso mostrar que o que é visto pelos olhos do corpo não é o correto, e este, o correto, seria visto pelos olhos da razão, mas isso não elimina a visão dada pelos olhos do corpo. Nesse sentido, não há como "corrigir" uma ilusão metafísica. Por isso mesmo, cada sistema filosófico elege como ilusão coisas completamente diferentes. E, para a filosofia metafísica, a ilusão faz parte da estrutura do mundo e por isso mesmo ela não pode ser eliminada, corrigida. Para Kant, a ilusão necessária era, por exemplo, Deus. Para Marx, a ilusão necessária – a ideologia – era o fetichismo da mercadoria em associação com a reificação. Essas "ilusões" não são eliminadas por "correção". Muito menos por estatística!

Gustavo não entendeu nada de filosofia. E pior, não entendeu nada de estatística, pois a estatística é justamente a "não exatidão" da matemática. Estatística é o mundo da probabilidade e, portanto, a introdução da não exatidão no campo que se pensa rei da exatidão.

Acabou? Não, não! Ele não pára assim, não. O meninão é um poço inesgotável de frutos de quem nasceu de onze meses. Segue mais:

"Essas idéias me vêm à mente quando vejo que filosofia e sociologia foram incluídas como matérias obrigatórias no currículo do ensino médio. Veja só: nosso sistema educacional é um fracasso tão retumbante que, na última medição em que o desempenho dos alunos foi dividido em níveis, o SAEB de 2003 apontou que 55% dos alunos da quarta série estavam em situação crítica ou muito crítica em leitura, o que quer dizer que eram praticamente analfabetos. A maioria dos alunos que faz a prova de Matemática no SAEB acha que ‘3/4’ é 3,4, e não 0,75. Não entendem nem a notação de uma fração. Achar que esses professores, com essa qualidade, conseguirão ensinar filosofia e sociologia a esses alunos é o que os ingleses chamam de wishful thinking, um otimismo despropositado."

A "leitura do mundo"

Bem, vejam que ele confunde as habilitações, ele acha que todo professor é despreparado. O professor de filosofia, que não ensina matemática, seria um despreparado. O aluno vai mal de matemática e ele culpa, de antemão, os professores de filosofia e sociologia que, aliás, nem bem começaram o serviço! Veja só como ele, em vez de se guiar por estatísticas, tem como guia o preconceito.

Só mais um pouco de gustavice, por favor. Agüente a última dose.

"No primeiro semestre da faculdade, li um texto muito bom de Paulo Freire, em que ele dizia que era preciso read the word to read the world (ler a palavra para ler o mundo). Não sei se ele o escreveu em inglês ou se a tradução foi especialmente fortuita, mas o enunciado é verdadeiro: é impossível entender a complexidade do mundo se você não sabe ler."

O trecho acima é significativo. Mostra como nossas elites, não raro, erram na educação dos filhos. O menino Gustavinho é rico. Foi estudar nos Estados Unidos quando ainda não tinha maturidade para tal. Lá, no exterior, o professor deu para ele ler o Paulo Freire, um brasileiro. Poderia ter lido aqui mesmo, de modo correto. Mas quis ler errado, pagando caro para tal, lá nos Estados Unidos.

Por que ele, Gustavinho, está errado? Ora, o que Paulo Freire disse é o inverso do que ele escreveu (em inglês).

Paulo Freire escreveu, é claro: lemos o mundo para depois lermos a palavra. O que Paulo Freire queria com isso, baseado no historicismo de Hegel e no pragmatismo americano, era nos fazer notar que antes de qualquer aprendizado formal, escolar, temos uma concepção de mundo adquirida a partir de nossas vivências. Isso é o que já estava em John Dewey: antes de tudo, vem a experiência (que não deve ser tomada como experimento), que então é continuamente re-significada (Rorty diz: redescrita). Então, o aprendizado escolar se dá sobre o que já aprendemos na nossa "leitura do mundo". Daí a idéia freireana de insistir na prática educativa que leva a sério o que já sabemos antes de aprendermos a leitura e a escrita.

A ladainha de sempre

Ora, a conclusão que Gustavo tira do Paulo Freire, que ele copiou errado, é que precisamos aprender a ler e a escrever. Mas isso é o óbvio, ninguém pensaria o contrário. E quem iria citar um filósofo da educação, como Paulo Freire (ou qualquer outro), para dizer o que é uma evidência e um consenso do senso comum? Só um tolo.

No final do artigo "Errar e humanas", Gustavo então desanda a falar mal do marxismo que estaria impregnado em professores de filosofia, e se volta contra o ensino de filosofia e sociologia na escola média. A ladainha de sempre. Mas a essa altura já perdeu toda a moral. Então, alguém que é sadio pára a leitura, não há como continuar a ler seu texto. É isso! A direita está cada vez pior.

domingo, 18 de maio de 2008

A idéia é boa, mas deveria ter uma sustentação em diferentes concepções políticas. Para ma boa idéia se difundir não basta convidar os amigos!

Tribunal de los Pueblos condena a transnacionales europeas

(PL).- El Tribunal Permanente de los Pueblos sancionó hoy "moral y éticamente" a las transnacionales europeas que operan en América Latina y cometen diversas ilegalidades y atentados contra los derechos humanos.

La Corte, que sesionó en el marco de la Cumbre Social paralela a la oficial V Cumbre de América Latina y el Caribe - Unión Europea en Lima, resolvió también denunciar a nivel mundial las conductas y prácticas políticas, económicas, financieras, productivas y judiciales del modelo neoliberal.
Esas conductas son ejecutadas y permitidas por los estados y las instituciones de la Unión Europea, bajo la argucia de promover el crecimiento y el desarrollo económico para combatir la pobreza y lograr el desarrollo sostenible, señala el dictamen.
El pronunciamiento del tribunal presidido por Fran§ois Houtart condena a las transnacionales de capitales privados y estatales europeos, por graves, claras y persistentes violaciones.
Añade que esas violaciones antentan contra los principios, normas, convenios y pactos internacionales que protegen los derechos civiles, políticos, económicos, sociales, culturales y ambientales de las comunidades, nacionalidades, familias y personas de los pueblos de la región.
El tribunal resolvió pedir al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas que designe un Relator Especial para que a la brevedad presente a la Asamblea General una propuesta para caracterizar los conceptos de deuda ilegítima, ecológica e histórica.
El relator deberá proponer además la calificación de las violaciones de derechos económicos, sociales y culturales contra las personas y los pueblos por parte de gobiernos, instituciones financieras y corporaciones multinacionales, añade el dictamen.
Plantea que la ONU cree un Tribunal Internacional para el juzgamiento de los crímenes económicos y ambientales donde las víctimas individuales o colectivas puedan constituirse como parte accionante legitima.
También que los órganos de justicia internacionales y nacionales ventilen los casos tratados, que atañen a empresas como las españolas Repsol, BBVA y Unión Fenosa, la italiana Telecom, la alemana Bayer y otras.
Pide a los gobiernos y estados de la Unión Europea y a los organismos comunitarios que sometan sus relaciones económicas internacionales y sus decisiones económicas y de cooperación internacional, a los estándares de respeto de las convenciones, pactos internacionales y declaraciones y normas internacionales en materia de desarrollo humano, democracia y protección ambiental.
Propone igualmente que los tribunales reconozcan el derecho a recurrir a la justicia y demandar las responsabilidades y la reparación de eventuales violaciones de derechos por parte de empresas, instituciones financieras públicas y privadas, fuera de sus territorios.
Exige a las transnacionales y organismos financieros internacionales que abandonen la doble moral y asuman el compromiso de hacer efectiva una política que respete los derechos humanos.
Asimismo, pide exhortar a los estados y gobiernos de América Latina y el Caribe a garantizar la soberanía y dignidad de los pueblos antes que los intereses económicos privados e impidan la privatización de recursos fundamentales como agua, aire, tierra, semillas y patrimonio genético.

http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2008051611

sábado, 5 de abril de 2008

O que deveria ser a reação ao liberalismo!

Miles de manifestantes salen a la calles de Liubliana en protesta por los bajos salarios

Reuters/EP - LIUBLIANA - 05/04/2008

Miles de manifestantes han tomado este sábado las calles de la capital de Eslovenia, Liubliana, en protesta por los bajos sueldos en relación al aumento de los beneficios empresariales en los países de la UE.

La manifestación organizada por la Confederación Europea de Sindicatos, se describe a sí misma como una demostración de rabia y determinación para "mejorar los salarios de la pobreza" con los que subsisten más 30 millones de trabajadores por todo el continente.

"Es una protesta contra la situación en toda Europa", explicó el presidente de federación sindical alemana, Reinhard Dombre, parte de una concentración que la Policía eslovena estimó en más de 10.000 asistentes.

 

30000_miembros_sindicato_europeo_manifiestan_favor_mayor_poder_adquisitivo_trabajadores_trato

domingo, 30 de março de 2008

E quem se importa com eles?

El pensamiento liberal, reunido para criticar a Cuba, Chávez y el populismo

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Rosario, capital socialista, fue escenario de un encuentro internacional de intelectuales y políticos liberales. Hubo varios ex presidentes y funcionarios influyentes que cuestionaron los diversos modelos de la izquierda regional.

Por: Mauro Aguilar

La ciudad donde dio sus primeros pasos Ernesto Che Guevara, que concentrará las celebraciones por el 80 aniversario de su natalicio y que gobiernan desde 1989 administraciones socialistas, fue sede del seminario internacional Los de safíos de América Latina, un encuentro que aglutinó a reconocidos exponentes del pensamiento liberal de América y de Europa.

"Populismo" fue la palabra predilecta utilizada por los disertantes, y el presidente venezolano Hugo Chávez, el hombre más atacado. El tono crítico abarcó también a las políticas aplicadas en Cuba y Bolivia. No faltaron cuestionamientos al modelo argentino, aunque moderados, quizás para no ofender al público anfitrión. Organizado por la Fundación Libertad con motivo de su 20º aniversario, el encuentro logró reunir, entre otros, a los ex presidentes José María Aznar (España), Vicente Fox (México) y Luis Lacalle (Uruguay), al ex subsecretario de Asuntos Hemisféricos de EE.UU. Roger Noriega, y al escritor peruano Mario Vargas Llosa, presidente de la Fundación Internacional para la Libertad. Marcando el perfil del seminario, Vargas Llosa dijo en la apertura que existen gobiernos en América Latina que "rechazan la democracia y creen en la revolución", poniendo como ejemplo de estas prácticas a Venezuela y a Cuba.

Tampoco escapó de su mirada crítica lo que sucede en Argentina, país al que ubicó en una centroizquierda cercana al "populismo". Le reconoció, empero, estar dentro de la "legalidad democrática". Aznar celebró lo alcances de la reunión. "Encuentros como éste nos hacen sentir cada vez más liberales", apuntó. "Y que cada vez somos más", agregó entusiasmado frente a un auditorio que celebró la frase.

No parecían pensar lo mismos unos 200 militantes de agrupaciones de izquierda que un rato antes habían apedreado el micro utilizado por los disertantes -con Vargas Llosa a la cabeza- para trasladarse al hotel en el que se alojaban, el único en la ciudad que alcanza la categoría de cinco estrellas. Liberales y militantes parecieron ser parte de una disputa por los espacios: los jóvenes de izquierda se convocaron el viernes en la plaza de la Cooperación -conocida popularmente como la de El Che, ya que un amplio retrato del revolucionario mira desde lo alto-, ubicada a 250 metros de la sede de la Fundación Libertad. El lugar fue ocupado por la Policía el día anterior con el consabido argumento de preservar la seguridad de los disertantes. Pero en la tarde del viernes las posiciones de fuerza cambiaron de bando.

Los lineamientos del seminario no se apartaron jamás de una idea común: defensa de la economía de mercado y ataque a los proyectos de izquierda que proliferan en el continente. Al intentar una aproximación sobre el futuro de Latinoamérica, el ex presidente mexicano Vicente Fox apoyó las reformadas aplicadas en los 80 y los 90. "Se demostró que la economía de mercado generó riqueza y disminuyó la pobreza en los últimos diez años un 10 por ciento", aseguró.

En sintonía con Fox, el ex mandatario de Ecuador Osvaldo Hurtado (1981-1984) llamó a "profundizar las reformas económicas" y advirtió sobre países como Venezuela y Ecuador, que "conspiran contra democracias vecinas, como es el caso de Colombia". Como parte del panel "Los dos socialismos de América Latina", el escritor y periodista cubano Carlos Alberto Montaner, un acérrimo anticastrista, habló de una izquierda "nacionalista e intervensionista", una segunda vertiente "vegetariana, ejemplificada en el socialismo chileno", y una tercera variante a la que calificó de "carnívora". Dentro de ese modelo ubicó, también, a Chávez.

Otro de los que le apuntó al mandatario venezolano fue el ex presidente de Bolivia Jorge Quiroga. Lo acusó de encabezar "el proyecto político tiránico y hegemónico más contundente en la historia de la región". Más moderado en su discurso, quien gobernó Uruguay entre 1990 y 1995, Luis Alberto Lacalle, opinó que debe "extirparse la reelección inmediata, que es el veneno de la democracia".

Roger Noriega dejó en claro que EE.UU. tiene mucho interés en América latina por tratarse de un "mercado natural", y dejó claro cuál es el modelo a seguir para las democracias del continente. "Lula es un presidente que está gobernando dentro de una estructura pluralista y democrática", elogió al mandatario brasileño. Lula fue, junto al colombiano Alvaro Uribe, uno de los pocos mandatarios de la región a los que se le dispensó algún elogio durante el seminario.

sexta-feira, 7 de março de 2008

Ótimo artigo! Após termos sepultado Milton Friedman, é hora de sepultar as idéias de Milton Friedman!

El fin de la Era de Friedman

by J. Bradford DeLong

BERKELEY – El profesor de Harvard Dani Rodrik, quizás el más brillante economista político de mi generación, señaló hace poco en su blog que un colega ha declarado las pasadas tres décadas como "la Era de Milton Friedman". Según esta opinión, la llegada al poder de Ronald Reagan, Margaret Thatcher y Deng Xiaoping produjo un enorme salto hacia adelante en términos de libertad y prosperidad. Estoy al mismo tiempo de acuerdo y en desacuerdo con esta afirmación.

A lo largo de su vida, Friedman adhirió a los siguientes cinco principios básicos:

1. Una política monetaria fuertemente antiinflacionaria.

2. Un gobierno que comprende que es agente del pueblo y no un dispensador de favores y beneficios.

3. Un gobierno que no se inmiscuye en los asuntos económicos de las personas.

4. Un gobierno que no se inmiscuye en la vida privada de las personas.

5. Una creencia entusiasta y optimista en el poder del libre debate y la democracia política para convencer a las personas de adoptar los principios (1) al (4).

Si se compara su accionar con estos principios, Reagan no siguió (2) ni (4) y adoptó (1) sólo cuando no tuvo otra opción: la política antiinflacionaria de Paul Volcker en los años 80 desencantó a varios de los más cercanos asesores de Reagan. Thatcher no siguió el punto (4). Y Deng, si bien significó un gran avance con respecto a sus predecesores Lenin, Stalin, Krushchev y Mao, no siguió ninguno de ellos, con la posible excepción de (3). No sabemos cuál era el conjunto de disposiciones económicas deseadas por Deng cuando se refería a un sistema de "socialismo con características chinas", y lo más probable es que él tampoco lo supiera.

Sin embargo, estoy en parte de acuerdo con la propuesta de la "Era de Friedman", porque sólo el conjunto de principios de Friedman sirvió como una propuesta segura de si misma para explicar el mundo e indicarnos cómo cambiarlo. Aún así, yo establecería un conjunto de principios que le sirvieran de contrapeso, porque creo que -a fin de cuentas- los principios de Friedman no cumplen lo que prometen.

Mis principios partirían con la observación de que las economías de mercado y las sociedades libres y democráticas se construyen sobre una base muy antigua de sociabilidad, comunicación e interdependencia humanas. Esta base sufría ya suficientes dificultades cuando las sociedades humanas contaban con 60 miembros, es decir, ocho órdenes de magnitud menos que los seis millones de nuestra sociedad global actual.

Así, mis principios se desarrollarían a partir de la vieja observación de Karl Polanyi de que la lógica del mercado significa una presión considerable sobre estos cimientos. El mercado del trabajo impulsa a las personas a desplazarse a donde puedan ganar más, al precio de potencialmente crear extranjeros en tierras foráneas. El mercado de bienes de consumo hace que las prioridades de las condiciones de vida de los seres humanos respondan más a las fuerzas del mercado que a las normas sociales y a las visiones acerca de la justicia.

Por supuesto, esta crítica al mercado es unilateral. Después de todo, otras formas de asignación de mano de obra parecen implicar más dominación y alineación que el mercado laboral, que ofrece oportunidades -no limitaciones- a las personas. De manera similar, las "normas sociales" y las "visiones acerca de la justicia distributiva" suelen terminar favoreciendo a quien tiene más poder o puede convencer a los demás de que obedecer a los poderosos significa obedecer a Dios. Las disposiciones del mercado tienen un mayor componente meritocrático que sus alternativas y estimulan un espíritu de emprendimiento de suma positiva, facilitando en mayor medida el que se termine haciendo el bien si se hace lo correcto.

En todo caso, la distribución del bienestar económico producido por la economía de mercado no se ajusta a ninguna concepción de lo justo o lo mejor. De manera correcta o errada, confiamos más en la aptitud y corrección de las decisiones políticas tomadas por representantes electos democráticamente, más que en decisiones tomadas implícitamente por las consecuencias no previstas de los procesos del mercado. También creemos que el gobierno debe jugar un importante papel en regular el mercado para evitar grandes depresiones, redistribuyendo el ingreso para producir un mayor bienestar social, y evitando estructuraciones industriales inútiles producidas por las modas y tendencias que cruzan las mentes de los financistas.

De hecho, existe un argumento conservador para los principios democráticos. La democracia social posterior a la Segunda Guerra Mundial produjo las sociedades más ricas y justas que haya visto el mundo. Uno puede quejarse de que las políticas industriales y de redistribución eran económicamente ineficientes, pero no de que fueran impopulares. Parece que podemos afirmar con propiedad que estabilidad política de la era de posguerra debe mucho a la coexistencia de economías de mercado dinámicas y en rápido crecimiento junto con políticas de democracia social.

Friedman habría respondido que, dado el estado del mundo en 1975, avanzar en dirección a sus principios fue una gran mejora. Cuando pienso en la política energética de Jimmy Carter, en Arthur Scargill al frente de la unión de mineros británicos y en la Revolución Cultural de Mao, me cuesta mucho no estar de acuerdo con él acerca del mundo a mediados de los 70, pero allí es donde trazaría la línea: si bien ir en la dirección de Friedman fue sin duda algo positivo en la generación pasada, son mucho más inciertos los beneficios de seguir avanzando en esa misma dirección en el futuro.

J. Bradford DeLong, profesor de economía en la Universidad de California en Berkeley, fue Secretario Asistente del Tesoro de los Estados Unidos.

quarta-feira, 5 de março de 2008

O neoliberalismo que não reduz o Estado, desorganiza o Estado

Hubo una época en que el Estado británico funcionaba

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Desde que Thatcher impuso sus ideas, la administración de los bienes públicos no es ni transparente ni eficaz. Es el resultado de creer que el mercado resuelve todo.

Por: John Gray

Ya nadie confía en el Estado británico, y para la mayor parte de la gente el motivo no es tanto el creciente autoritarismo como la desorganización endémica.
Estamos tan habituados al carácter errático de los servicios públicos, que olvidamos que el correo se repartía antes de las nueve y que alguna vez los médicos de cabecera hicieron visitas a domicilio. A la gente mayor que lucha por asegurarse una jubilación o una pensión le cuesta creer que, en otra época, cobrarlas no implicaba llenar extensos formularios de jerga incomprensible.
Ya nadie piensa que los departamentos gubernamentales tienen información exacta sobre los servicios que proporcionan ni que pueda confiarse en que no van a perder nuestros datos personales.
Hubo una época en que el gobierno británico funcionaba. El NHS (Servicio Nacional de Salud) se creó tras los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial y durante décadas la población le confió sus necesidades médicas básicas. En el plano económico era de una eficiencia asombrosa, pero lo más importante era que formaba parte de un Estado en el que la mayor parte de la gente sentía que podía confiar.
Cuando esa confianza no existe —como en Italia y en Grecia, donde por su propia voluntad nadie le encomienda nada importante al Estado—, la gente les da la espalda a las instituciones públicas y toma sus propias disposiciones.
Algo por el estilo puede estar empezando a pasar en Gran Bretaña. Casi todos seguimos dependiendo de los servicios del Estado, pero hay quienes renunciarían y pasarían al sector privado si pudieran permitírselo.
No es que Gran Bretaña se esté deslizando hacia la tiranía, si bien el aumento de las facultades de la policía es alarmante. El gobierno británico ya no parece apto para ningún propósito coherente, y su autoridad se desvanece. Se trata de un cambio notable, dado que durante por lo menos sesenta años se consideró que el Estado británico era honesto y razonablemente eficiente. El cambio de actitud puede remontarse al intento de Margaret Thatcher de reducir las dimensiones del gobierno, lo cual tuvo el efecto paradójico de aumentar la presencia del mismo en nuestras vidas.
Al mismo tiempo, el Estado es también menos transparente y a todas luces menos eficiente. Todo el que haya tratado de conseguir hora con un médico un sábado por la mañana, buscar un dentista del NHS u obtener ayuda para descifrar la carta de un organismo de bienestar social sabe qué difícil es dar con alguien que pueda hacer que el sistema funcione.
Sin embargo, se nos pide que encomendemos a esa maquinaria deteriorada historias clínicas de gran importancia y, en el caso de los documentos de identidad, una parte considerable de nuestra libertad.
¿Cómo llegamos al actual estado de cosas? Es una historia enmarañada, pero hay una línea que se destaca: la convicción de que hay que inyectar los mercados en todos los sectores de la sociedad.
La política británica llegó a basarse en la premisa de que servir a los intereses públicos es algo que no puede confiarse a nadie: ni a maestros, médicos, trabajadores sociales, funcionarios públicos ni integrantes de las fuerzas armadas. Un aparato de mercados internos y objetivos gubernamentales tiene que vigilar, evaluar y mantener a todo el mundo bajo su constante supervisión.
Se cree que siempre que sea posible, hay que tercerizar los servicios y reducir al mínimo los costos laborales mediante el uso de tecnología de la información. Forjada en los centros de la Nueva Derecha y el Nuevo Laborismo, esa es la ortodoxia que nos dio el Estado británico que tenemos en la actualidad, un caos impenetrable que ni los ministros ni los organismos de supervisión pueden controlar.
Los miles de millones que se gastaron en redes de computación inoperables en el NHS, así como la reiterada pérdida de información en todos los ámbitos del gobierno, son indicios de un sistema que no funciona.
El Estado británico que se desplomó como consecuencia del thatcherismo no puede resucitarse. Pertenece a un país —en cierto sentido con mayor cohesión, pero también más jerárquico— que ya no existe.
A pesar de ello, un Estado eficaz es algo que sigue siendo la condición más importante de cualquier cosa a la que pueda llamarse una sociedad liberal.
Tenemos que desechar la idea de que los servicios estatales deben administrarse como empresas, algo que dejó a los servicios públicos inmersos en deudas y paralizados por objetivos rígidos. Es mejor archivar algunas funciones del Estado y aceptar que otras deben dirigirse según lineamientos no relacionados con el mercado. La transferencia de poder se convirtió en el lema del momento para los partidos opositores, pero comprende más que dar a las escuelas y los hospitales más libertad para decidir su propio presupuesto. Significa darles la libertad de autodirigirse, sea o no eficiente el resultado.
El consenso surgido de los años 80 alentó la convicción de que el Estado no es mucho más que un gran servicio público, la mayoría de cuyas funciones podría tercerizarse sin problemas. El resultado es el torpe Leviatán que tenemos en la actualidad.
La renovación del Estado se impone como la tarea política del momento, ya que, a menos que se lo logre, no podrá concretarse ningún otro objetivo.
Copyright Clarín y John Gray, 2008.Traducción de Joaquín Ibarburu.

http://www.clarin.com/diario/2008/03/05/opinion/o-03101.htm

domingo, 20 de janeiro de 2008

O perfeito idiota neoliberal Alvaroa Vargas Llosa diz que nada mudará com Obama, e desta vez o idiota deve acertar!

Traduciendo a Obama

Alvaro Vargas Llosa reflexiona sobre cómo lo que los diversos observadores y políticos del mundo opinan sobre Barack Obama es en verdad lo que opinan acerca de sus propias sociedades y cómo la manera en que es visto en el extranjero tiene mucho que ver con la forma en que cada facción se relaciona con las otras a uno y otro lado de la frontera ideológica de cada país.

Alvaro Vargas Llosa

Los líderes y periodistas extranjeros a menudo bromean diciendo que todo el mundo debería votar en las elecciones estadounidenses dado que el resultado afecta al conjunto del planeta. A pesar de su reciente revés en New Hampshire, está teniendo lugar un intenso escrutinio de Barack Obama alrededor del mundo, de Buenos Aires a Paris. Pero lo que los diversos observadores y políticos opinan sobre él es en verdad lo que opinan acerca de sus propias sociedades.
En Europa, uno percibe una actitud culposa. La izquierda, que suele achacar a los Estados Unidos una política exterior imperial y una discriminación contra los negros y los hispanos, no está saludando el ascenso de Obama como uno esperaría. Ha habido muy pocos artículos ditirámbicos en La Repubblica, en Italia, o en Le Monde, en Francia. Al enviar el mensaje de que está dispuesta a elegir a un afroamericano, una parte de la sociedad estadounidense está exhibiendo una actitud mucho más desprejuiciada de la que comúnmente se le atribuye a ese país. Esta lección resulta particularmente incómoda para la Europa socialista. Contraste usted la actitud de aquellos estadounidenses que están dispuestos a elegir Presidente a Obama con las condiciones que llevaron a las comunidades de origen norafricano a estallidos de violencia en las afueras de Paris recientemente. ¿Y generó alguna vez la Escandinavia algo comparable a Obama entre las minorías a las que el Estado tiende a tratar tan generosamente mientras no hagan demasiado ruido?
La derecha europea exhibe más entusiasmo con respecto a Obama que la izquierda. El politólogo francés Dominique Moisi parece considerar que los demócratas darán a los europeos pro estadounidenses argumentos para promover a los Estados Unidos entre los antiamericanos. "¿Por qué es Obama tan distinto", se pregunta en un texto distribuido por Project Syndicate, "de los demás candidatos presidenciales. Al fin y al cabo, en cuestiones de política exterior, el próximo Presidente va a tener muy poco margen de maniobra. El (o ella) tendrá que permanecer en Irak, intervenir en el conflicto entre Israel y Palestina al lado de Israel, enfrentarse a una Rusia más dura, tratar con una China cada vez más ambiciosa y abordar el problema del calentamiento global. Si Obama puede cambiar las cosas no será por las decisiones políticas que tome, sino por lo que es. En el momento en el que aparezca en las televisiones del mundo, victorioso y sonriente, la imagen y el poder blando de Estados Unidos experimentarán algo parecido a una revolución copernicana".
El filósofo francés Guy Sorman señala, en un reciente artículo, que "el corazón de los Estados Unidos sigue siendo conservador" y "se mantendrá dentro del cuadrado mágico trazado por Reagan en 1980: moral, mercado, activismo militar y un Estado pequeño". Señala que Obama retirará a las tropas de Irak pero reforzará la presencia de los EE.UU. en Afganistán. Otros comentaristas de derechas señalan el hecho de que, a diferencia de Hillary Clinton, el plan de atención de la salud de Obama no impondrá un seguro obligatorio: signo de que su tipo de ingeniería social es más bien "Light".
En América Latina, la derecha también está aplaudiendo a Obama en cierta forma, por razones distintas. Lo utilizan como un ejemplo de la forma correcta de generar el cambio social aunque discrepen de su tendencia socializante: pacíficamente y a través de las instituciones establecidas. En La Nación de Argentina, Mario Diament señala que los antecedentes de Obama implican que el candidato "no carga con la historia de discriminación racial" que otros líderes negros poseen y aplaude el hecho de que "no es uno de los líderes iracundos de la era de los derechos civiles". El mensaje implícito dirigido a la izquierda latinoamericana es que los Estados Unidos es una sociedad que se autocorrige, y que, a diferencia de los bolivianos o venezolanos radicales, no cree en reemplazar la discriminación de las minorías con revoluciones comunistas.
Percibiendo que la movilidad racial implícita en la historia personal de Obama es una publicidad demasiado buena para la sociedad estadounidense, la izquierda latinoamericana ha moderado su entusiasmo por el senador estadounidense de raza negra. Un experto observaba en Venezuela que el único gesto significativo hacia América Latina resultante de la política exterior de Obama es "el levantamiento de las restricciones de viajes a Cuba" y "quizás hablar algún día con Hugo Chávez".
Pocos observadores en el exterior, a la derecha o a la izquierda, parecen creer que Obama significaría un cambio traumático para los Estados Unidos en términos reales. Con respecto a la política interna, ningún europeo o latinoamericano espera algo parecido al "New Deal" de 1932 o la "Gran Sociedad" de 1964; en política exterior, nadie aguarda algo comparable a la "realpolitik" de Nixon y Kissinger de 1968. Eso hace de Obama un fenómeno mayormente psicológico y simbólico. En consecuencia, la manera en que es visto en el extranjero tiene mucho más que ver con la forma en que cada facción se relaciona con las otras a uno y otro lado de la frontera ideológica de cada país que con lo que el senador haría o no haría en realidad. 

domingo, 21 de outubro de 2007

Há alternativa ao neoliberalismo?

La cohesión social, un imperativo del desarrollo

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El resultado de las reformas neoliberales fue un fracaso. Pero todavía no ha surgido un verdadero modelo superador.

Por: Manuel Antonio Garretón

La cohesión social surge hoy como la nueva gran cuestión social, tanto en el mundo como, sobre todo, en nuestros países, avalada por recientes documentos de la CEPAL, institución paradigmática en lo que se refiere a definir las problemáticas históricas centrales de América Latina.
Los temas del desarrollo, superación de la pobreza e inequidad aparecen subsumidos en este nuevo concepto límite, objeto de estudio y teorización y con carácter también normativo en cuanto ideal de sociedad e inspiración de políticas públicas.
Pero hay algo más complejo en esta novedad. Por un lado, ¿es tan cierta tal novedad, en la medida que temas clásicos como la igualdad o el nacionalismo o el populismo, por citar sólo tres ejemplos, aludían uno a una dimensión estructural y los otros a una dimensión simbólica de lo que hoy llamamos cohesión?.
Por otro lado, al proponerse una nueva denominación para definir un problema y un horizonte, se está reconociendo la insuficiencia de enfoques que suponían que un instrumento principal, como era por ejemplo la educación, resolvería el conjunto de problemas de la sociedad: la pobreza, el subdesarrollo, la falta de acceso a "la" modernidad, las desigualdades.
Y no es que las reformas educacionales no hayan sido importantes y mucho menos que hayan fracasado, sino que no sólo no podían por sí mismas resolver ninguna problemática global de la sociedad, sino que en ellas predominó el enfoque que hacía énfasis en la trayectoria formativa y de inserción en la sociedad de personas individuales (piénsese en la insistencia en cuestiones de rendimiento o de creatividad o emprendimiento individual).
Incluso los mejores informes que se hicieron para evaluar las transiciones democráticas enfatizaban la ciudadanía sólo como conjunto de derechos individuales.
Todo ello no deja de ser importante en un continente en que los grandes proyectos colectivos de otras épocas parecían no dar cuenta de las subjetividades y aspiraciones de las personas subsumidas en la idea de pueblo o masas, desarrollo, revolución o mundo mejor.
El resultado de las reformas neoliberales fue un fracaso tanto para los países como para las personas, pero el de las correcciones a éste, que sin duda implicaron un mejoramiento de la situación de aquéllas, no significó la superación de problemas estructurales y culturales que pueden sintetizarse en los conceptos de fragmentación, desigualdad, pérdida de unidad nacional, en síntesis, falta de cohesión de la sociedad.
La idea de cohesión social bajo diferentes nombres ha estado siempre presente tanto en la región como en la de cada uno de nuestros países, conformando un ideal siempre frustrado. En su versión actual puede hoy descomponerse en tres dimensiones diferentes pero inseparables.
La primera es la dimensión ética o de unidad moral de la sociedad que implica consensos básicos en torno a la convivencia, la memoria histórica y el futuro y que lleva a un sentido de pertenencia por el cual la existencia de la comunidad histórico-cultural es considerada un valor que no se reduce a la suma de trayectorias y destinos de las personas.
Ello implica el reconocimiento de la diversidad cultural y su despliegue, pero también la existencia de expresiones transversales que integran tales diversidades. Un riesgo de esta dimensión es que la nación o la sociedad se transformen en entes que se desprenden de las vidas de quienes forman parte de ellas, pero es evidente que ése no es el problema actual en un mundo tan cargado de individualismo.
Por el contrario, una reciente reflexión sobre el caso tan emblemático en estos días de Finlandia, apuntaba a que su éxito tecnológico como país y de calidad de vida de su gente, se debía antes que nada al predominio del valor solidaridad debido a diversas razones históricas.
La segunda dimensión es estructural, se refiere al plano socio-económico y no tiene mejor nombre que igualdad o justicia social. No sólo igualdad de oportunidades inicial, sino igualdad a lo largo de la vida y de las trayectorias biográficas, lo que apunta, aunque no guste a muchos, igualdad de resultados, y supone sistemas de protección y permanentes intervenciones redistributivas del Estado.
La concentración de riqueza y poder en los diversos campos es uno de los grandes enemigos de esta dimensión.
La tercera dimensión es institucional y su campo principal es la política. Por un lado, exige el despliegue y confrontación de las diversas visiones y proyectos respecto de la organización de la sociedad, lo que apunta tanto al pluralismo como la participación.
Por otro, exige espacios y mecanismos de creación de consenso. Los poderes fácticos, que incluyen la concentración de medios de comunicación, la debilidad de los partidos políticos y de propuestas de proyecto nacional, la distancia entre política y ciudadanos, son grandes obstáculos a la cohesión en esta dimensión política.
La debilidad de esta dimensión es especialmente significativa si se piensa que un pacto de cohesión, como ha sido denominado por algunos, supone que ello se cristaliza en el campo político-partidario, en la medida que en la sociedad fragmentada no hay actores sociales de suficiente fuerza y universalidad para implementarlo.
Pero el mundo globalizado de hoy obliga a pensar en una cuarta dimensión de la cohesión sin la cual a nivel de cada país ella es ilusoria. Se trata de la cohesión de sociedades naciones diversas, es decir, de considerar las tres dimensiones —ético cultural, económico social, política— a nivel de la región.
La experiencia de otros contextos es que precisamente las exigencias de una mayor integración del bloque de países han significado un avance en la cohesión de las propias sociedades en un proceso de alimentación recíproca.

http://www.clarin.com/diario/2007/10/21/opinion/o-03403.htm