"Desde mi punto de vista –y esto puede ser algo profético y paradójico a la vez– Estados Unidos está mucho peor que América Latina. Porque Estados Unidos tiene una solución, pero en mi opinión, es una mala solución, tanto para ellos como para el mundo en general. En cambio, en América Latina no hay soluciones, sólo problemas; pero por más doloroso que sea, es mejor tener problemas que tener una mala solución para el futuro de la historia."

Ignácio Ellacuría


O que iremos fazer hoje, Cérebro?

sábado, 21 de novembro de 2009

Criado o Kosovo, o futuro é deixar o Kosovo

El país de los kosovares

Alcanzada la patria, emigrar es el sueño del país europeo con más jovenes  |  La población tiene 25,9 años de media y ganas de comerse el mundo, pero... ¿dónde?   |  "Hablarlo no es problema; la cuestión es otra: el paro", cree una estrella de la tele

JOAQUÍN LUNA | Pristina. Enviado especial | 22/11/2009 | Actualizada a las 00:01h | Internacional

Tanta, tanta historia, tantas y tantas muertes y al final el último parto de la Vieja Europa, Kosovo, sólo tiene una preocupación: ¿hay futuro para 1,8 millones de habitantes de los que seis de cada diez tienen menos de 27 años y viven en un país con el 40% de desempleo que todavía no está reconocido por la UE o la ONU?

Según una encuesta, el 50% de los jóvenes kosovares tiene como principal ilusión emigrar.
Y si hablamos del presente, ¿recuperará el ciudadano kosovar serbio las tres vacas que tenía y le robaron por ser serbio? Porque ese es su drama y esa fue su súplica ante un ministro en el programa de la televisión pública Todo es posible con Ana, donde la joven periodista Ana Mari Repic conduce, en serbio y con una gran participación de ciudadanos, este intento de demostrarse y demostrar al mundo que los serbios –que controlaron Kosovo desde 1912– pueden seguir viviendo tranquilos ahora que la mayoría albanesa y musulmana es dueña del país desde la declaración unilateral de la independencia el 17 de febrero del 2008.
El serbio sigue siendo lengua oficial. "No hay ningún problema en hablarlo –señala Repic–. Esa no es la cuestión en Kosovo, la gran cuestión es el desempleo".
El país de los kosovares es eso: grandes debates geopolíticos y muchos dramas personales e incertidumbres sobre el porvenir de esta pequeña nación, dividida entre un mundo rural sin futuro ni industrias que depende de las remesas de sus emigrantes (el modus vivendi de un 15% de los hogares kosovares) y una juventud que hace de Pristina una capital políglota dinámica, vital y con ganas de comerse el mundo pero... ¿dónde?
"No somos diferentes", dice Irina, una joven traductora, entre las paredes blancas del The Paper, un bar cool, uno más en Pristina, creado por un empresario kosovar afincado en Londres. Es una fuerza educada, que domina muy bien el inglés –la televisión emite, además, en versión original todas las películas– y desmiente la imagen tintinesca de un país de mafiosos balcánicos. "Estamos en vísperas de terminar bien la misión. Nuestro trabajo ha sido hecho. Yo creo que Serbia no es una amenaza externa para Kosovo", afirma el teniente general Markus Bentler, un alemán que dirige la KFOR, la fuerza internacional con mandato de la ONU que desde 1999 mantiene la paz. Hay sensación de misión cumplida en este gran cuartel en las afueras de Pristina, donde se coordinan las fuerzas de 32 países que aún velan, por ejemplo, por el respeto a los símbolos históricos serbios, como la torre que conmemora la histórica batalla de Kosovo de 1389.
Un destacamento eslovaco controla este monumento en las afueras de Pristina desde el que Slobodan Milosevic advirtió en 1989 ante centenares de miles de compatriotas que los serbios nunca renunciarían a Kosovo. Hoy, son las fuerzas eslovacas las que vigilan que nadie vandalice este campo de los mirlos donde las huestes turcas derrotaron a los serbios. Se diría que su mayor tarea es que los contados visitantes apaguen los cigarrillos y no hagan fotos. "La región no es tan diferente del resto de Kosovo. Los serbios se sienten abandonados por Belgrado y amenazados por las mafias", indica un analista diplomático de la UE en la zona norte de Kosovo, donde se concentra la minoría serbia. Estamos en la ciudad de Mitrovica, un invisible muro de Berlín que marca el puente sobre el río Ibar. Al norte, reina el dinar serbio, las banderas tricolores y un orgullo herido pero cada vez más realista. "Los serbios saben que la independencia de Kosovo es irreversible, aunque en su corazón confían en que dentro de 50 o 500 años lo volverán a recuperar", dice la embajadora checa, Janina Hrebickova.
Kosovo se mantiene gracias a la industria de organismos de la UE y el despliegue de la OTAN, que desde 1999 emplea a miles de personas y explica el ambiente internacional de Pristina. No es un maná garantizado. "La luna de miel entre Kosovo y la comunidad internacional ha terminado, pero si Kosovo fracasa como Estado, la UE también fracasa", cree Veton Surroi, fundador del diario Kohe Ditori y experto en entresijos internacionales.
Todavía queda mucho que hacer y gastar: Kosovo es un Estado en construcción bajo tutela de Estados Unidos y la UE, donde el primer Tribunal Constitucional tiene un magistrado búlgaro, uno estadounidense, uno portugués y seis kosovares...

http://www.lavanguardia.es/internacional/noticias/20091122/53828108928/el-pais-de-los-kosovares.html

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