"Desde mi punto de vista –y esto puede ser algo profético y paradójico a la vez– Estados Unidos está mucho peor que América Latina. Porque Estados Unidos tiene una solución, pero en mi opinión, es una mala solución, tanto para ellos como para el mundo en general. En cambio, en América Latina no hay soluciones, sólo problemas; pero por más doloroso que sea, es mejor tener problemas que tener una mala solución para el futuro de la historia."

Ignácio Ellacuría


O que iremos fazer hoje, Cérebro?

domingo, 10 de fevereiro de 2008

O Chile quer conquistar o Vietnã!

Las sorprendentes transformaciones del nuevo tigre asiático:

La nueva guerra de Vietnam

El enemigo ya no es EE.UU., sino la pobreza. Un país comunista que mantiene una estatua de Lenin, pero donde la realidad se impone a la ideología. Hoy, la apertura económica e inversión extranjera explican más de diez años creciendo al 7,5% y 35 millones menos de pobres. Y tanto quieren a Chile, que nos eligieron para firmar su primer TLC.

Joaquín Lavín
Aterrizamos en Hanoi. Es de noche y está lloviendo. Venimos de pasar una semana en China con cuarenta alumnos de la Universidad del Desarrollo. Saltar de la grandiosidad de un Beijing, que se está preparando para mostrar su mejor cara en las próximas olimpíadas, lleno de rascacielos y autopistas con autos de lujo, a un Hanoi de calles estrechas, repleto de motocicletas y casi sin edificios altos es un contraste grande.
Basta mirar un rato para darnos cuenta de que estamos en el Asia profunda. La que recién está empezando a cambiar y mantiene todavía sus costumbres ancestrales. Para los de mi generación, Vietnam significa también algo especial. Lugares como Hanoi o Saigón nos parecen familiares, porque crecimos escuchando noticias sobre la guerra. El embajador Jorge Canelas nos espera con una cena de bienvenida. Es la delegación más grande de chilenos que haya estado nunca a Vietnam. Venimos dispuestos a conocer a fondo y a aprender de la realidad de un país que tiene 85 millones de habitantes y la mitad de la superficie de Chile.
Un país que el año 75, cuando los norteamericanos se vieron obligados a retirarse, estaba totalmente destruido, pero que hoy es de los que más crece en el mundo. Aquí nos tienen "buena" a los chilenos, por el apoyo que el Gobierno de Salvador Allende les dio en ese período. Paradójicamente, 35 años después eso puede servir para que las empresas chilenas elijan a Vietnam como su cabeza de playa en el Asia.
Las calles están adornadas por todos lados. El 6 de febrero se celebra el Año Nuevo. En 2007 nacieron un millón de guaguas. La razón: es buena suerte que un hijo nazca en el Año del "Puerco dorado".
Ahora comienza el Año de la Rata. Nos explican que el significado profundo de este período está en la capacidad de sobrevivencia que tiene la rata, en su potencialidad para enfrentar momentos difíciles y salir adelante. De esa capacidad de sobrevivencia está construida la historia de Vietnam.
El acelerado desarrollo de Vietnam:
Las razones del éxito

Para los empresarios con los que conversamos, Vietnam es equivalente a la China de hace diez años. Desde que partió la apertura económica en 1991, la economía viene creciendo a tasas del 7,5% al año y atrae cuantiosas inversiones extranjeras. Lo que ofrece Vietnam es un mercado potencial de 85 millones de habitantes, la cercanía con China y la mano de obra barata.
El viceministro de Planificación nos dice que transformar una economía de planificación centralizada en una economía de mercado "con orientación socialista" no es un desafío fácil. Aquí están las claves del éxito:
Fin a la igualdad de sueldos: hasta antes de las reformas, todos los campesinos recibían el mismo ingreso, independientemente de su trabajo. Ahora, el que trabaja más recibe más. Como resultado, la producción de arroz se duplicó, transformándose en el segundo exportador mundial. Lo mismo pasa con el café: Vietnam sólo es superado por Brasil como país exportador.
El premio "dragón dorado": los diarios de Hanoi dan cuenta de la entrega del premio "dragón dorado" a las 100 mejores empresas extranjeras del año. Sólo el año pasado Vietnam atrajo inversiones extranjeras por US$20.000 millones, ofreciendo estabilidad política e incentivos tributarios especiales. Los primeros cinco años no pagan impuestos. Del sexto al noveno pagan el 50%, y sólo el décimo año pagan la totalidad.
Diez mil privatizaciones: Las empresas públicas bajaron de 12 mil en 1992 a 2 mil en la actualidad. El Estado conserva un porcentaje. Los trabajadores tienen derecho a acciones de acuerdo con los años trabajados y el resto va a la Bolsa. La propiedad extranjera será mayoritaria en la economía en el año 2011.
Guerra a la pobreza: les gusta decir que ya el enemigo no es ni Francia ni Estados Unidos. Pero que, como siempre, Vietnam sigue en guerra. Sólo que ahora es contra la pobreza y el subdesarrollo. Diez años de crecimiento sostenido se notan. Las calles ya no están llenas de bicicletas, sino de motos, y en una década estarán atiborradas de autos. China siguió el mismo camino. Según los datos, en los últimos diez años 35 millones de vietnamitas salieron de la pobreza.
Cinco mil vietnamitas estudian en el extranjero cada año: la educación y la necesidad de aprender inglés son prioridad número uno. El gobierno beca a los mejores cinco mil estudiantes para que cada año vayan a estudiar principalmente a Estados Unidos y Australia. Como quieren pasar de una economía basada en la exportación de productos agrícolas a otra en que predomine la tecnología, la meta es producir mil doctores (Ph.D.) al año.
La Vida en Hanoi:
Esquivando las motos y comiendo cobras

En la ciudad, todo para nosotros es nuevo y llama la atención. El tráfico es infernal. Un sólo concierto de bocinazos de miles de motocicletas que se cruzan y entrecruzan, muchas veces contra el tránsito. Casi no hay semáforos y hace cinco años no había ninguno. Todos llevan casco. Desde el 15 de diciembre, es obligatorio.
Vemos hasta tres y cuatro personas por moto. Familias enteras. Se nos cruza una señora que maneja la suya, lleva a su guagua amarrada atrás y habla por celular al mismo tiempo. En este contexto, cruzar las calles a pie es toda una aventura. Por eso, apenas llegamos, nuestro guía nos instruye. Son tres consejos. El primero: ojalá ubicar a un vietnamita que vaya a cruzar e irse detrás de él. El segundo: nunca correr. Y el tercero: cruzar lentamente y nunca detenerse. Dan resultado. Aunque parece que la nube de motos nos va a atropellar, finalmente éstas se ajustan y pasan por el lado.
Las veredas también están llenas. Como las casas son chicas y muchas de ellas no tienen cocina ni baño, gran parte de la vida se hace en la calle. Las clásicas mujeres con sombreros cónicos que balancean una caña de bambú de la que cuelgan canastos con todo tipo de mercaderías, constituyen verdaderos restaurantes ambulantes. Instalan pisos, mesas y preparan comida en las veredas. La otra parte la ocupan improvisados estacionamientos de motos, con cuidadores que cobran.
También llaman la atención los parlantes, ubicados en lo alto de postes y árboles, que comienzan a sonar a las seis de la mañana entregando noticias a la población.
El idioma es casi imposible. A diferencia de China, utilizan nuestro alfabeto, pero con diferentes acentos que le dan a una palabra hasta seis tonalidades distintas. Es decir, se puede escribir igual, pero según la entonación puede significar seis cosas diferentes.
Vietnam es un país de mucha vida familiar. Lo usual es que cuando una pareja se casa, la novia se vaya a vivir con los padres del novio. Un proverbio vietnamita dice que "el hombre feliz es el que tiene a cuatro generaciones viviendo en su casa". A diferencia de China, no hay política del hijo único. Las autoridades describen la política familiar como "ojalá uno, quizás dos, y mejor no tres". Pero no hay obligación ni sistema de multas como en China.
La última noche decidimos probar algo exótico. Comer cobras. En el restaurant King Cobra nos muestran la serpiente viva para luego transformarla en siete platos diferentes, partiendo con un brindis de sangre de la vívora con vodka.
"El tráfico es infernal. Un solo concierto de bocinazos de miles de motocicletas que se cruzan y entrecruzan, a veces contra el tránsito".
-Todo comienza muy temprano. A las 6:00 horas desde los parlantes instalados en los postes se escuchan las noticias del día.
Comercio bilateral se ha multiplicado por 10 en cinco años:
El auspicioso desembarco chileno

Son muy pocos los chilenos que viven en Vietnam. Sólo tres en Hanoi y ocho familias en Saigón (hoy Ho Chi Minh City). Se trata de ex pilotos de LAN que trabajan para Vietnam Airlines. Pero Chile significa mucho para la nación asiática, y se nota. Todo deriva de los inicios de la década del 70, cuando fuimos junto a Cuba los únicos dos países latinoamericanos que lo apoyaron en la guerra contra Estados Unidos. Incluso Salvador Allende visitó el país y estuvo en el frente de batalla.
Este ánimo positivo sigue dando frutos. La Presidenta Bachelet fue muy bien recibida hace pocos meses cuando Vietnam fue sede de la reunión de la APEC, y esto explica por qué nos eligieron para negociar el primer tratado de libre comercio que suscribirá aquel país en toda su historia.
El factor Luksic: casi no hay inversiones chilenas en Vietnam, pero la cosa se empieza a mover. Andrónico Luksic decidió poner una ficha abriendo una oficina de Quiñenco y explorando posibles proyectos en el área de la minería, el turismo, las cervecerías y el sector financiero.
Comercio se multiplica por diez: el embajador Jorge Canelas cuenta entusiasmado que el comercio bilateral se multiplicó por diez en los últimos cinco años, pasando de US$20 millones a US$200 millones. ¿Qué vendemos? Cobre, harina de pescado, celulosa, salmón y vino.
TLC: las negociaciones para el TLC entre Chile y Vietnam partieron la semana pasada con la visita a Hanoi del director económico de la Cancillería, Carlos Furche. Canelas dice que Vietnam puede ser una excelente oportunidad para que las empresas chilenas comiencen a poner sus fichas en Asia.
Un país emergente, más fácil para entrar que China y en el que hay lazos históricos con Chile, representa la oportunidad para que nuestras empresas le pierdan el miedo a un continente que "la lleva".
A la izquierda de China y a la derecha de Cuba:
Comunismo al estilo vietnamita

El orgullo del "país chico que derrota a las potencias más grandes del mundo" está presente en todas partes. Vietnam resistió nada menos que mil años de invasión por parte de China, y fue capaz de mantener su idioma y su cultura. Luego cien años de dominación francesa. Y después la guerra con Estados Unidos, que culminó con el retiro de las tropas norteamericanas en 1975.
En esa guerra murieron cuatro millones y medio de vietnamitas, y cincuenta y cinco mil soldados estadounidenses. Murió más del 10 por ciento de la población que el país tenía en ese momento, y por eso prácticamente no hay familia en Vietnam que no haya perdido a alguien en la guerra.
Las consecuencias se siguen sintiendo. Todavía nacen niños con malformaciones por efecto del dioxin o "agente naranja", que las tropas estadounidenses lanzaban en la selva para que cayera el follaje. Nuestro guía nos muestra la prisión en que el actual candidato republicano John McCain pasó seis años de su vida luego que su avión fuera derribado en Hanoi.
Pese a todo, y aunque cueste creerlo, no hay rencor contra Estados Unidos, y las inversiones norteamericanas están llegando a mano llenas.
Vietnam sigue siendo un país comunista. En Hanoi nos muestran una gigantesca estatua de Lenin de más de cuatro metros de alto, prácticamente el único monumento del prócer comunista que queda en el mundo. Las frases de Ho Chi Minh, al que las nuevas generaciones llaman cariñosamente "el tío Ho", están por todos lados.
En una clasificación ideológica, Vietnam estaría a la izquierda de China y a la derecha de Cuba. Se muestran críticos de la "entrega de China al capitalismo" y del inmovilismo cubano, que tendrá que terminar más temprano que tarde para emprender el rumbo a la economía de mercado "con orientación socialista".

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