"Desde mi punto de vista –y esto puede ser algo profético y paradójico a la vez– Estados Unidos está mucho peor que América Latina. Porque Estados Unidos tiene una solución, pero en mi opinión, es una mala solución, tanto para ellos como para el mundo en general. En cambio, en América Latina no hay soluciones, sólo problemas; pero por más doloroso que sea, es mejor tener problemas que tener una mala solución para el futuro de la historia."

Ignácio Ellacuría


O que iremos fazer hoje, Cérebro?

segunda-feira, 24 de agosto de 2009

Migrações cuja principal bagagem é pobreza e novos problemas nos países de destino

Un futuro al otro lado de la frontera

Unos seis millones de latinoamericanos han decidido migrar a países de la región P Argentina, Costa Rica y Venezuela son los principales destinos

VERÓNICA CALDERÓN / JAVIER LAFUENTE - Madrid - 24/08/2009

El vallenato rezumba por todas las esquinas de los barrios de Catia y Petare, en Caracas (Venezuela). Nada extraño si no es porque se trata de una música típica del caribe colombiano. Se ha asentado como lo han ido haciendo miles de personas que tuvieron que salir del país vecino. La situación es semejante según se baja en el mapa. Villa 31, el asentamiento urbano más poblado de Buenos Aires (30.000 personas), es el hogar de miles de paraguayos, bolivianos, peruanos... El 50,6% que allí vive nació fuera de Argentina. Ambos casos son el reflejo de la otra inmigración latinoamericana, la que no ha partido hacia Estados Unidos ni tampoco ha podido o querido saltar el charco para buscar una mejor calidad de vida en Europa.

Los inmigrantes latinoamericanos y caribeños representan un 13% del total mundial, un porcentaje superior al de la proporción de América Latina y el Caribe sobre la población de todo el mundo, cerca del 9%, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Estados Unidos y España son los destinos principales de los 26 millones de latinoamericanos que dejan su país. Un poco más de seis millones de personas, sin embargo, han decidido migrar dentro de la región. Argentina, Venezuela y Costa Rica son los tres países en los que tienen más presencia. "En muchos casos, la emigración parece haber contribuido a aliviar el impacto de las tensiones entre las tendencias demográficas y la generación de empleo, de las originadas en conflictos socio-políticos, éticos y religiosos, y de las asociadas con formas agudas de degradación ambiental", explica Roberto Kozak, experto en inmigración de la Secretaría General Iberoamericana (Segib).

Son pobres, pero no los más. Aunque cuentan con menos recursos económicos que los que llegan a España, no necesariamente se tiene que hablar de una migración pobre, si se tienen en cuenta las extremas condiciones en las que viven millones de personas en toda América Latina. "Las personas más pobres no emigran, no tienen esa capacidad, se quedan en sus países", matiza Jorge Martínez, investigador de la Cepal. "Tradicionalmente, los migrantes más calificados tendieron a trasladarse a países lejanos, fuera de la región, mientras que a los países limítrofes fueron personas con menores niveles de escolaridad, con una mayor probabilidad de pertenecer al mundo rural", añade Kozak, que puntualiza: "Esta diferencia ya no es tan nítida"

El mismo idioma, una misma cultura que facilita la inserción. Y, a diferencia de España, unos controles fronterizos mucho más livianos. Son pocos los países latinoamericanos que exigen visados, y los cruces en las fronteras están menos vigilados. Además, como explica Eduardo Domenech, profesor de la Universidad de Córdoba (Argentina), "viajar a España implica un gasto de cuatro mil a cinco mil dólares". Nora Pérez, experta en políticas migratorias de la Universidad de Buenos Aires, añade: "La capacidad de pagar o no el dinero del viaje es un elemento que compone la decisión de migrar, pero no es determinante. Suponerlo significa perder de vista varias cosas: no todos quieren ir a España o salir de América Latina; esa elección responde a ecuaciones personales o del grupo familiar que más allá de generalidades escapa a la compresión total de quienes no son parte".

Argentina, un país de tradición migratoria, es el hogar de 1,5 millones de extranjeros, un 4,2% de su población. Las principales oportunidades que encuentran los inmigrantes en Argentina tienen que ver con la agricultura, la construcción y el trabajo doméstico. La mayoría son bolivianos, chilenos, uruguayo y paraguayos. Precisamente Paraguay es uno de los países del mundo con mayor índice de emigración. Uno de cada cuatro hogares tiene un familiar en el extranjero.

La frontera de Venezuela con Colombia también baila al son del vallenato. De los más de 600.000 colombianos censados en algún país de América Latina, el 90% residen en Venezuela. La bonanza del petróleo, que generó puestos de trabajo a principios de los 90, unido a la brutal violencia vivida durante décadas en Colombia, ha propiciado este fenómeno.

Las tensiones políticas y sociales que arrecieron en Nicaragua y El Salvador durante los años setenta y ochenta obligaron a miles de personas a huir. Costa Rica fue el destino de muchos de ellos. Hoy es el quinto país que más extranjeros acoge, apenas 296.000 extranjeros, pero que suponen un 7,5% de su población.

Los casi 1.200 kilómetros que separan a México de Centroamérica son un corredor para los inmigrantes que buscan un mejor nivel de vida y, en última instancia, llegar a Estados Unidos.

Un informe del Congreso mexicano de 2007 apunta que en el último decenio unos siete millones de personas han cruzado por la frontera sur de México de forma ilegal, mientras que sólo unos 300.000 centroamericanos han elegido establecerse en el país azteca. En total, un 98% de los trece millones de centroamericanos que han dejado su país han elegido como destino final los EE UU.

El inmigrante que se aventura a cruzar la frontera entre México y Guatemala se enfrenta a asaltos, la corrupción de algunas autoridades policiales -como reconoce el informe del propio congreso mexicano-, accidentes por la pobre calidad de las vías y los abusos de las mafias.

Las condiciones sociopolíticas y económicas de un momento concreto influyen en el proceso migratorio. Pero cuando estas finalizan, el proceso continúa. En Chile, asolado por una dictadura militar durante años, se ha producido un incremento de la inmigración, especialmente peruana. Incluso en El Salvador, país emigrante por obligación, las tornas se han invertido. A fin de cuentas, "el intercambio de población entre los países de la región está enraizado en la historia social y económica de América Latina", recuerda Roberto Kozak.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/futuro/lado/frontera/elpepuint/20090824elpepuint_1/Tes

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