"Desde mi punto de vista –y esto puede ser algo profético y paradójico a la vez– Estados Unidos está mucho peor que América Latina. Porque Estados Unidos tiene una solución, pero en mi opinión, es una mala solución, tanto para ellos como para el mundo en general. En cambio, en América Latina no hay soluciones, sólo problemas; pero por más doloroso que sea, es mejor tener problemas que tener una mala solución para el futuro de la historia."

Ignácio Ellacuría


O que iremos fazer hoje, Cérebro?

segunda-feira, 7 de fevereiro de 2011

Thomas Friedman: Israel e crise no Egito

Israel y las lecciones que debe aprender de la crisis egipcia

06/02/11

Por Thomas Friedman. New York Times News Service


Me encuentro con un general retirado israelí en un hotel de Tel Aviv. Cuando me siento, inicia la conversación: “Bueno, todo lo que pensamos durante los últimos treinta años ya no tiene importancia”. Eso resume la sensación desorientadora de conmoción y pavor que el levantamiento popular en Egipto infligió a la psiquis del sistema de Israel. El tratado de paz con un Egipto estable fue la base tácita para toda política económica y geopolítica de Israel durante los últimos treinta y cinco años, y ahora desapareció . Es como si un día los estadounidenses se despertaran y descubrieran que México y Canadá se han sumido en el caos el mismo día.

“Todo lo que alguna vez ancló nuestro mundo ahora está a la deriva”, destacó Mark Heller, un estratega de la Universidad de Tel Aviv, “y eso pasa en un momento en que la nuclearización de la región está en el aire.” Se trata de un momento peligroso para Israel, y el nerviosismo es comprensible. Sin embargo, temo que Israel pueda hacer su situación aun más peligrosa si sucumbe al argumento que se escucha de labios de una serie de altos funcionarios israelíes en la actualidad: que los acontecimientos de Egipto demuestran que Israel no puede establecer una paz duradera con los palestinos.

Es un error, y es peligroso .

Sin duda, Hosni Mubarak, un viejo aliado de Israel, merece toda la ira que se dirige contra él. El mejor momento para tomar una decisión difícil es cuando se tiene el máximo de poder, ocasión en que siempre se piensa y actúa con más claridad. Durante los últimos veinte años, Mubarak ha tenido todo el poder posible para reformar a fondo la economía de Egipto y construir un centro político moderado y legítimo para llenar el vacío entre su estado autoritario y la Hermandad Musulmana. Pero Mubarak mantuvo con toda deliberación el vacío político que existía entre él y los islamistas de modo tal de siempre poder decirle al mundo: “O yo o ellos”. Ahora trata de instrumentar una reforma en un momento de pánico y ausencia de poder.

Es demasiado tarde . Por su parte, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu corre el riesgo de convertirse en el Mubarak del proceso de paz. Israel nunca tuvo tanto poder ante los palestinos y nunca contó con una parte palestina más responsable. Pero Netanyahu recurrió a toda excusa posible para no poner un plan de paz sobre la mesa. Por otra parte, gracias al trabajo sucio de la televisión Al Jazeera de difundir fuera de contexto todas las concesiones palestinas –para dejar mal parados a los líderes palestinos–, ahora es evidente para todos lo lejos que han llegado los palestinos. No sé si esta dirección palestina tendrá el valor de llegar a un acuerdo. Lo que sé es que Israel tiene un profundo interés en poner a prueba su resistencia. ¿Por qué? En momentos en que los líderes de Egipto y Jordania tratan de reorganizar sus gobiernos en un intento de mantenerse un paso adelante de la calle, pueden afirmarse dos cosas con seguridad: pase lo que pase en los dos únicos estados árabes que tienen tratados de paz con Israel, los secularistas moderados que tenían el monopolio del poder quedarán debilitados y la Hermandad Musulmana, que estaba confinada, se verá fortalecida .

Algo seguro es que el próximo gobierno egipcio no tendrá la paciencia ni el espacio que tuvo Mubarak para maniobrar con Israel. Lo mismo vale para el nuevo gabinete jordano. No hay que confundirse: el conflicto palestino-israelí no tiene nada que ver con las manifestaciones en Egipto y Jordania, pero los acontecimientos de ambos países tendrán su efecto en las relaciones palestino-israelíes. Si Israel no realiza un esfuerzo coordinado por llegar a un acuerdo con los palestinos, el próximo gobierno egipcio “tendrá que distanciarse de Israel porque no tendrá el mismo interés que tenía Mubarak en mantener una relación estrecha”, dijo Khalil Shikaki, un encuestador palestino. En momentos de grandes cambios políticos en la región, “si Israel mantiene su actitud paranoica, mesiánica y ambiciosa, perderá a todos sus amigos árabes”.

Para decirlo en pocas palabras, si los israelíes se dicen que la tensión en Egipto es una prueba de por qué Israel no puede hacer la paz con la Autoridad Palestina, entonces se convertirán en un estado de apartheid, decidirán absorber Cisjordania de forma permanente y así sentarán las bases de una mayoría árabe gobernada por una minoría judía entre el Mediterráneo y el río Jordán.


http://www.clarin.com/mundo/Israel-lecciones-aprender-crisis-egipcia_0_422957718.html

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