Política Entrevista al viceministro de Descolonización Félix Cárdenas Aguilar
No avanza el proceso de cambio por falta de modelo alternativo y claridad ideológica
Marco Antonio Marín G. *
Muchos dicen que en Bolivia estamos construyendo el socialismo comunitario o el capitalismo andino, ¿de qué se trata eso? Al parecer, aquí no tenemos muchas cosas definidas y todavía no estamos empezando el proceso de cambio, reflexiona el viceministro de Descolonización Félix Cárdenas.
P. ¿Cuál es la misión del Viceministerio de Descolonización dependiente del Ministerio de Culturas?
R. No es muy fácil ese tema porque no existía un Viceministerio de Descolonización, esto viene a partir de las discusiones política ideológicas de la Asamblea Constituyente. Tras eso hay diferentes reacciones académicas que pueden ver la descolonización como una cuestión exótica; hay reacciones, incluso, de niveles de la sociedad que no entienden qué es descolonización; y para muchos, quizás la mayoría, descolonización es un tema de indios. No entienden que descolonización atraviesa todo. El colonialismo no solamente es un tema de indios, es un tema de obreros, de la burguesía, del empresariado privado. Entender descolonización es entender colonialidad. Nosotros no vamos a los estudios académicos; lo que vemos es el sentimiento de los pueblos indígenas, lo que nos hace entender que siempre hemos luchado contra un Estado colonial. Se trata de entender la profundidad de la construcción del estado colonial. Todos los estados-nacionales son estados coloniales fundados en razón de diseñar y ejecutar políticas para liquidar pueblos indígenas. Entonces a estas tareas de agresión permanente religiosa, cultural, física –de exterminio de los pueblos indígenas– es a lo que nosotros le llamamos Estado colonial. Este Estado colonial ha instituido dos ejes centrales para reproducirse por inercia: el racismo y el patriarcado. No hay que entender el racismo simplemente como el acto de desprecio de una persona a otra en razón de color, en razón económica; el comportamiento racista de la sociedad es consecuencia inicial de este hecho primero que es la construcción de un estado colonial basado en racismo y patriarcado. Como Viceministerio lo que tenemos que hacer es trabajar sobre estos temas en todos los niveles y sobre todo en los nichos nucleares de emanación de racismo y patriarcado; entonces ahí puedes tener a las Fuerzas Armadas, Policía –como el patriarcado en esencia, pero también como racismo–, la educación colonial como la fuente que dimana racismo, discriminación, sin descontar otros temas diferentes como la salud.
P. ¿Por qué el Viceministerio de Descolonización está dentro del Ministerio de Culturas, siendo que éste no ha emprendido una transformación ni una aclaración del concepto de cultura?
R. Se entiende la cultura como una actividad de tarimas; esa fue la concepción permanente de lo que es "cultura" en los anteriores gobiernos que impusieron la concepción de que el Estado es una sola cultura, un solo idioma, una sola nación, una sola religión. Entonces la Asamblea nos hace asumir que no somos un solo idioma, una sola religión… somos muchas culturas, muchos idiomas, somos una confederación de identidades y por eso ahora cambia el nombre a Ministerio de Culturas, pero hacer entender esto es todavía un proceso. Cuando entiendes que Bolivia tiene un Ministerio de Culturas, deberíamos entender también que la cultura de los pueblos indígenas debería ser la base, la fuerza, la ch’ama, el ajayu, el espíritu de un proceso revolucionario que busca el cambio; ojalá en el futuro se lo pueda asumir así. Entonces no es una definición nuestra hacer que el Viceministerio de Descolonización esté dentro del Ministerio de Culturas; pero habría que buscar cómo se conectan la concepción de culturas, en estos tiempos, con la inevitable descolonización del y desde el Estado como lo plantea el Presidente.
No deberíamos ser un Viceministerio, deberíamos ser un Ministerio: un escenario principal del escenario de cambio; pero bueno, estamos como Viceministerio y estamos haciendo lo que se puede hacer.
P. Se ha establecido que la educación ha sido la principal institución generadora de exclusión y del imaginario simbólico de las actitudes racistas; y quizás la encarnación de tal actitud y de la desvalorización de las culturas es, precisamente, la figura del maestro rural. ¿Cómo se podría encarar esto?
R. Ahora la ley educativa dice que hay una sola educación, pero no es tan simple como eso, hay toda una conducta estatal con relación al maestro rural y urbano. No solamente en la educación, en todos los ámbitos. Se trata de que tienes que hacer dos años de provincia: entrenarte con los indios y luego venir a la ciudad para educar a los hijos de las/de los bolivianos. En salud es lo mismo: médicos van al campo a entrenarse con los indios, van a hacer algunas inyecciones y si se muere no hay problema, es un indio, pero después de esas prácticas vienen a ejercer en la ciudad. En todos los ámbitos del trabajo profesional siempre hay esta forma de concebir la sociedad boliviana en desmedro de los pueblos indígenas. ¿Cómo cambiar eso? Es un trabajo muy fuerte . Con la nueva ley educativa se está dando solamente más potestades al maestro, porque parece que es el dueño de la educación; pero obviamente que es un enunciado la ley educativa, y lo que ahora hay que hacer es reglamentarla para ponerla en marcha.
Tenemos un tema muy interesante en Oruro, la Facultad de Derecho está cambiando toda su currícula desde la visión de la descolonización. Es un suicidio, yo creo, porque todos los componentes de la formación del profesional abogado no tienen nada de identidad nacional: es derecho romano, códigos napoleónicos, absolutamente todos los referentes ideológicos, filosóficos son occidentales; pero es un buen avance que en Oruro se esté discutiendo en la Facultad de Derecho. ¿Cómo esto puede llevar a las universidades en su conjunto a hacer un cambio de timón en la formación profesional? Es algo que nosotros no podemos garantizar porque nuestros recursos económicos y humanos no nos dan para ir mucho.
P. Parecería que los objetivos de descolonización y del vivir bien a ratos se pierden. Entonces se advierte una tensión entre o seguir el curso socialista, por decir, del desarrollo tecnológico y generar mayor riqueza para todos, lo que implica que no importa el desagravio que se haga a la naturaleza: la construcción de la carretera en el Tipnis…
R. Parece que estamos discutiendo en la frontera de la democracia, cómo se concibe la democracia, pero también en la frontera del ejercicio de los derechos de los pueblos indígenas. Es una tensión que va a ser permanentemente, no va a ser fácil ingresar en un proceso de cambio; parece que no estamos todavía empezando. […] El gasolinazo lo que nos ha traído como beneficio ha sido mostrar a quiénes están al frente y en qué momento podemos contar o no con ellos, hablando de sectores sociales incluso. Porque tampoco se pretendía que todos acepten algo que no le han exigido a los anteriores gobiernos. En mi criterio hay un cambio radical del sujeto histórico. Si en los años 70 y 80 soñábamos con construir un socialismo al estilo europeo o al estilo Cuba… con esos modelos hoy parece que asumimos que no tenemos modelos. Hoy el sujeto histórico lo veo en los pueblos indígenas, en los pueblos que han dicho esta es nuestra única apuesta y no vamos a tener más otra oportunidad; entonces cambia el sujeto histórico, cambian también los paradigmas anteriores, como el socialismo. Hoy nuestro paradigma es Madre tierra o capitalismo. A nuestros sujetos históricos hay que fortalecerlos mucho más, pero ya hay un signo de que esta es una revolución diferente, es una revolución del siglo XXI. Van a haber muchos problemas, pero eso no va a implicar que el proceso pare. Eso va más allá del MAS, más allá de Evo Morales. Así lo entendemos, pero hay que poner los soportes que no permitan un proceso regresivo también.
P. Desde una lectura particular, el Estado es demasiado pequeño, no tiene tanta capacidad de planificación, de control; no tiene capacidad para gestar soberanía productiva y alimentaria, seguridad física, provisión tecnológica, formación –digamos– adecuada… Entonces el Estado es una herramienta bastante pequeña para este emprendimiento y sueño muy grande como es el vivir bien…
R. Y si a eso le sumas la crisis mundial, inevitable que tiene que afectar no a nosotros sino a todos los países. ¿Pero qué hacemos desde adentro? Como que aquí no tenemos muchas cosas definidas. El tema ideológico: muchos dicen estamos construyendo el socialismo comunitario, ¿de qué se trata eso?, o el capitalismo andino, ¿qué es eso? Pero lo que yo siento personalmente es que este tema de las autonomías y autodeterminación deberían ser temas posteriores a la construcción del Estado plurinacional, pero se han dado de esta forma, que pueden bajarle el perfil de la construcción del Estado. Entonces hay muchos desafíos, no son malos los desafíos en sí mismos, sino que tengamos la capacidad de ser creativos. Por ejemplo, no podemos ser fundamentalistas en el tema de la Madre Tierra, decir que nada se toca, pero tampoco la industrialización sin compasión. Entonces el desafío del Estado es cómo combinas eso que manejamos como paradigma planetario, el tema de la Madre Tierra con la necesidad de la industrialización para desarrollarnos. Uno no debería anular a lo otro. ¿Entonces cómo equilibramos esto? Son los temas pendientes que tiene el gobierno, pero no puede resolverlos al año, tiene que hacerlo ahora. Entonces, como verás, hay muchos problemas que son propios de todo proceso revolucionario. ¿Cómo equilibras industrialización y cuidado de la naturaleza?, ¿cómo hacemos sobre el tema de la crisis mundial, alimentaria –en todo ese sentido que tiene que afectarnos– pero por dentro qué hacemos? Si tomas en cuenta que en Santa Cruz la gente que producía caña ya no lo va a hacer […] el Estado tiene que intervenir en la producción. ¿Cómo hacerlo?, es un tema de los ministerios que les corresponde. Es eso que tiene que asumir el gobierno muy aceleradamente: empezar a sembrar caña, maíz, arroz como Estado; y generar productos alternativos. Y una educación acelerada, no es posible que hablen de la Madre Tierra y nosotros tengamos el menú permanente de carne.
* Encargado de Políticas culturales y redes de la Fundación Imagen–Proyecto mARTadero. La versión sin editar disponible en http://politicasculturalesblog.wordpress.com/2011/02/15/%E2%80%9Cno-deberiamos-ser-un-viceministerio-deberiamos-ser-un-ministerio-un-escenario-principal-del-escenario-de-cambio%E2%80%9D/
http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2011021605