02.02.2010Clarín.comEl Mundo
Necesitamos cambios estructurales
00:00
Por: Paul Volcker *
Diez días atrás, el presidente Barack Obama expuso un importante elemento en la necesaria reforma estructural del sistema financiero. Nadie puede negar la necesidad de una reforma de este tipo, en Estados Unidos y en otros países también. Después de todo, tenemos un sistema que colapsó y se convirtió en la crisis más grave en 75 años. El costo fue enorme en términos de desocupación y producción perdida. Las repercusiones fueron internacionales, además.
Fue precisa la aplicación de una vigorosa acción de parte de gobiernos y bancos centrales para poder revivir y mantener las funciones de mercado. Parte de este apoyo dura hasta el día de hoy. Tanto en Estados Unidos como en otros sitios, algunas de las instituciones financieras más grandes y sólidas -incluidos bancos comerciales y de inversión- fueron rescatadas o fusionadas con la ayuda de fondos oficiales masivos. Estas acciones se tomaron basándose en la justificada preocupación de que su fracaso iba a perjudicar de forma irreparable el funcionamiento del mercado y dañar aún más a la economía real, en estado de recesión.
Ahora la economía se está recuperando, aunque a una velocidad moderada, todavía. Los fondos están fluyendo a más velocidad en los mercados, pero la situación está lejos de ser normal. Tanto en EE.UU. como en el extranjero se discute el punto de introducir reformas específicas, muchas de las cuales fueron explicadas por la administración norteamericana: exigencias adecuadas para los bancos en materia de capital y liquidez; un mejor control oficial por un lado y un mejor control del riesgo y de los directorios de las instituciones privadas por el otro, sumado a una revisión de los enfoques contables de las instituciones financieras, entre otros.
Tal como subrayó el presidente Obama, hay algunos temas estructurales centrales que aún no han sido abordados de forma satisfactoria.
Lo esencial ahora es que trabajemos junto a otros países con grandes mercados financieros para llegar a un consenso amplio sobre la elaboración de las reformas estructurales necesarias, incluyendo desde ya a las que mencionó recientemente el presidente.
Soy consciente también de que hay partes interesadas en que volvamos al "business as usual" (a los negocios tal como eran), pero conservando la comodidad de mantenerse dentro de los límites de la red de seguridad oficial. Argumentarán que ellos mismos y otros supervisores y reguladores inteligentes, armados de experiencia reciente, son capaces de mantener el control necesario, anticipar los peligros y manejar los riesgos.
Pero les digo que ésto no reemplaza a un cambio estructural, punto que el propio presidente expresó con vehemencia.
Fui regulador, banquero, funcionario de banco y director durante casi 60 años. Fui testigo de cómo se esfuma la memoria. Los individuos cambian. Las presiones políticas e institucionales para dejar de lado las regulaciones duras continuarán -con toda seguridad durante el buen tiempo que precede inevitablemente a la tormenta-. Las consecuencias son claras. Necesitamos enfrentar estos cambios estructurales necesarios. Y convertirlos en ley. Hacer algo menos que ésto se traducirá en un fracaso a la larga -fracaso por no aceptar la responsabilidad de aprender de las lecciones del pasado y anticipar las necesidades del futuro-.
* Ex presidente de la Reserva Federal
http://www.clarin.com/diario/2010/02/02/elmundo/i-02131707.htm
Nenhum comentário:
Postar um comentário