Presión del Gobierno sobre Petrobras
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Por: Antonio Rossi
En la negociación tripartita con Brasil y Bolivia por el reparto del gas del Altiplano, el Gobierno argentino prevé usar como variable de ajuste parte de los emprendimientos que Petrobras tiene en el país. Ante el reconocimiento boliviano de que no podrá cumplir con sus entregas de gas, Brasil anticipó que no recortará sus compras para ayudar a la Argentina.
Con el fin de flexibilizar la intransigencia brasileña y asegurarse un despacho "razonable" de gas boliviano para el invierno, las autoridades locales se aprestan a jugar una carta fuerte que involucra a los negocios de Petrobras.
Según el análisis oficial, la llave para un acuerdo equitativo que permita distribuir el escaso gas boliviano lo tiene Petrobras, que monopoliza las importaciones del combustible en Brasil.
"Si no puede recortar su demanda en 2 o 3 millones de metros cúbicos diarios en Brasil para redireccionar esa cantidad a la Argentina, al Gobierno no le quedará otra opción que revisar los emprendimientos petroquímicos locales donde Petrobras aparece como un gran consumidor de gas", señaló a Clarín una fuente de Planificación.
La disputa por el gas boliviano quedó planteada en las últimas semanas, una vez que la administración de Evo Morales admitió que no cuenta con una producción suficiente para abastecer el mercado interno y los contratos externos. La extracción diaria de Bolivia se ubica entre los 40 y 42 millones de metros cúbicos (MMC). Con Brasil tiene comprometido un despacho diario promedio de 31 MMC y para cubrir el consumo doméstico necesita entre 6 y 7 MMC. Eso deja un saldo que oscila entre 2 y 3 MMCD para ser enviado a la Argentina, muy lejos de los 7,7 millones que figuran en el contrato firmado a mediados de 2006.
Ante la imposibilidad de cumplir con sus exportaciones, Bolivia salió a plantear la necesidad de un acuerdo político para que Brasil reasigne parte de sus compras para no reducir al mínimo los envíos a la Argentina.
Más allá de la negociación política, la letra chica de los contratos favorece a Brasil. Según los convenios vigentes desde fines de los 90, los despachos al mercado brasileño se consideran "prioritarios". En cambio, por el acuerdo de 2006 entre Evo Morales y Néstor Kirchner, las importaciones argentinas quedaron sujetas a que Bolivia cubra primero su consumo interno.
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