"Desde mi punto de vista –y esto puede ser algo profético y paradójico a la vez– Estados Unidos está mucho peor que América Latina. Porque Estados Unidos tiene una solución, pero en mi opinión, es una mala solución, tanto para ellos como para el mundo en general. En cambio, en América Latina no hay soluciones, sólo problemas; pero por más doloroso que sea, es mejor tener problemas que tener una mala solución para el futuro de la historia."

Ignácio Ellacuría


O que iremos fazer hoje, Cérebro?

quinta-feira, 21 de fevereiro de 2008

A corrida armentista é inesgotável? O equilínrio de poder será retomado?

Misil estadounidense derriba un viejo satélite espía

Rusia y China consideraron la operación de EEUU como un ensayo antimisiles

Jim Mannion / AFP

08:55 - 21/02/2008


Un misil lanzado desde un buque de guerra estadounidense interceptó con éxito un antiguo satélite espía norteamericano a la deriva, para evitar, según el gobierno, que cayera en la Tierra con el tanque lleno de un combustible altamente tóxico.
"Aproximadamente a las 10H26 de hoy (03H26 GMT del jueves), el 'USS Lake Erie', un buque de guerra de la clase Aegis, disparó un misil táctico SM-3 que impactó contra el satélite a unos 247 kilómetros de altitud sobre el Océano Pacífico cuando se desplazaba por el espacio a más de 11.265 kilómetros por hora", anunció el Pentágono en un comunicado.
El satélite espía, del tamaño de un ómnibus, estaba a la deriva y su tanque contenía hidracina, un combustible para los motores de los satélites altamente tóxico.
Portavoces militares dijeron que el misil redujo el sátelite a piezas del tamaño de un balón, aunque el Pentágono dice no estar 100 por ciento seguro de haber destruido el tanque de combustible.
"Hasta ahora no hemos visto nada más grande que un balón de fútbol", declaró el jefe adjunto del estado mayor conjunto estadounidense, general James Cartwright, durante una conferencia de prensa.
"Golpeamos el tanque"
Hay "un alto grado de certeza de que golpeamos el tanque" de combustible del satélite, que era el objetivo establecido, pero "aún no podemos afirmarlo de manera cierta", precisó.
El gobierno estadounidense había afirmado que el misil fue lanzado para derribar al satélite espía, ya que existía el peligro de que cayera sobre la Tierra y diseminara la hidracina, un químico que puede atacar el sistema nervioso central y ser mortal en fuertes dosis.
El gobierno de George W. Bush advirtió que sin esta intervención, el satélite averiado hubiera llegado a la atmósfera terrestre el 6 de marzo y se habría estrellado en un punto impredecible.
Ensayo antimisiles
Algunos países, como Rusia y China, mostraron su preocupación por esta operación, que consideraron un ensayo antimisiles.
"China pide a Estados Unidos que respete seriamente sus obligaciones internacionales y proporcione rápidamente a la comunidad internacional la información necesaria para que los países afectados puedan tomar sus precauciones", declaró el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, Liu Jianchao.
"China sigue de cerca los posibles perjuicios para la seguridad en el espacio y para los países afectados, causados por la acción estadounidense", agregó.
Washington negó buscar encubrir secretos tecnológicos o estar haciendo una demostración de poder, rechazando cualquier paralelismo con China que usó sus misiles para derribar un viejo satélite meteorológico en enero de 2007.
Según el portavoz del departamento de Estado Sean McCormack, la misión china "fue específicamente diseñada como una prueba contra el satélite, (para probar) la habilidad para destruir el satélite", mientras que la misión estadounidense es "un intento para tratar de proteger a la población en tierra".
Una semana atrás, el presidente George W. Bush "ordenó al departamento de Defensa proceder a la interceptación" del satélite mediante un misil mar-aire, para asegurarse de que los restos caigan al agua evitando poner en peligro a la población.
Costo millonario
La operación para destruir el satélite fue evaluada en un costo de entre 40 y 60 millones de dólares y se apoyó en misiles SM-3, cuyo software fue modificado para "reconocer al satélite".
Según fuentes militares, el satélite, conocido como "L-21", fue puesto en órbita desde la base Vandenberg de la Fuerza Aérea en 2006.
El plazo para destruir el satélite con un misil comenzaba este miércoles y se extendía hasta el 29 de febrero, dijo el responsable militar estadounidense.
El Pentágono decidió esperar para llevar a cabo su operación a que el transbordador Atlantis aterrizara el miércoles en Florida, después de una misión de casi dos semanas en el espacio. El Atlantis aterrizó el miércoles a 14H07 GMT.
El secretario de Defensa, Robert Gates, es quien tenía la facultad para ordenar el disparo.

http://www.elnuevodiario.com.ni/internacionales/8951

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