Intromisión subversiva venezolana
Valentín Gazzani Bosworth
La república nació atenazada por el norte y por el sur. Nuevamente como lo hiciera Bolívar entre 1826 – 1830 (una vez proclamada su constitución vitalicia y a quien los peruanos de entonces deportaron por la fuerza) el actual dictador de Caracas pretende incursionar en el discurso vinculado al espacio geopolítico peruano, desplegando a sus acólitos por todo nuestro territorio, al mando de un apátrida (ex militar, para vergüenza nuestra, semianalfabeto que gusta frecuentar las reuniones diplomáticas del primer mundo) con la ilusión de arrebatarle a los pueblos del Perú su definitivo desarrollo económico y social, quebrando al Estado para auparse al poder político, porque sabe dos cosas: a) Que si continuamos avanzando este año y el 2008 hacia el 2009 – 2010, el Perú habrá traspasado el límite entre país grande – país chico menesteroso, con lo que los caviares elegantes, los comunistas, marxistas de toda laya y los politiqueros de siempre pasarán al olvido político, y b) Que ante tal avance, con el grado de inversión que lograremos, con TLC con EE.UU., China, Japón, Canadá, Unión Europea, con las grandes reuniones con los europeos este año y APEC el 2008, el Perú habrá consolidado su despegue para ingresar al círculo de países privilegiado del planeta, lo que impedirá que los Chávez de América se entrometan en nuestros asuntos.
Desde 1830 fue Chile quien ambicionó lo nuestro, merced a la estrategia geopolítica trazada por Portales. Ambos personajes, Bolívar y Portales fueron impulsados, por supuesto, por Inglaterra, el mayor enemigo del Perú del siglo XIX como reflejo de su odio a las posesiones españolas en América, al primero, financiándole a través de logias masónicas (al igual que a San Martín) y, al segundo, debido a quejosos inversionistas ingleses que manejaban los incipientes negocios chilenos (Portales fue gran comerciante antes de incursionar en política) quienes entre 1872 – 1879 requirieron a su madre patria que les ayudase contra bolivianos y peruanos. Durante el siglo XIX Chile fue el instrumento escogido por Inglaterra para manipular sus planes en el Pacífico sudamericano. Hoy, es el loco de Caracas, quien pretende desvincularnos de la Amazonia para dársela al Ecuador, creación de Bolívar, y además fundar la república aimara, juntando nuestro sur con Bolivia, otra creación del mismo Dictador, alrededor del simbolismo del lago Titicaca.
Esta estrategia tiene un objetivo, que el dictador de Caracas domine los recursos agua y energía (petróleo y gas) de América del Sur usando a sus gonfaloneros en estos países, lo que convertiría a nuestro continente en el planeta de los simios.
Lo bueno es que por suerte tenemos un presidente cauto, con experiencia, que no se deja pisar el poncho y que sabe que quienes votamos por él sin ser apristas, lo hicimos casi jugando a los dados con nuestro destino. Los hechos nos van demostrando (hasta ahora) que hicimos bien, sólo esperamos que la lacra comunista (apoyada por la gran prensa y TV caviar que emite mensajes abominables sobre el Perú) no lo rebase y nos obligue a forjar un inmenso túnel transoceánico. Por lo pronto, el Gobierno ha tenido buena suerte con lo de Machu Picchu, pero mejor aún es que ha sabido promulgar, en el momento preciso, la ley que los peruanos realmente esperamos durante décadas, la ley del magisterio, la que abre magníficas oportunidades para los niños menos favorecidos, y que les permitirá ir cerrando la brecha de la educación pública respecto a la privada, donde los niños no sufren por la dejadez de los profesores "titulados", a quienes no les interesa el porvenir de sus propios hijos y sólo ambicionan el poder político y el económico, y que en su afán de alcanzar el poder a como dé lugar, promueven marchas, descalabros, violencia y caos. No importa. Como bien ha dicho el Gobierno, son los estertores de movidas políticas caducas que volveremos a derrotar como hace 15 años; siempre los peces pegan un último brinco antes de morir en la playa.
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