Las economías emergentes plantan cara al FMI
El G-24 exige mayor vigilancia sobre los países ricos y más cuota de poder
SANDRO POZZI - Washington - 21/10/2007
Las economías emergentes han salido reforzadas de la crisis de liquidez que afecta a los mercados financieros internacionales. La buena marcha de China, India, Brasil o Argentina apenas se ha visto alterada, y son las economías avanzadas las que sufren el impacto del endurecimiento del crédito.
Una posición de fuerza que el grupo de grandes economías emergentes (G-24) esgrimió ante el arranque de la cumbre del Fondo Monetario Internacional (FMI), que comenzó ayer en Washington. El G-24 reclamó al Fondo que someta a los países ricos a la misma vigilancia que impone a los pobres.
Oscar Tangelson, presidente de turno del G-24, fue directo: "Es necesario que el Fondo sea imparcial". Para el viceministro argentino de Finanzas, las consecuencias de la crisis por el colapso de las hipotecas de alto riesgo en EE UU son una prueba de que el organismo presta más atención a lo que hacen países como Nigeria o Zimbabue, en lugar de poner la lupa sobre las potencias industrializadas.
"Se trata de una situación sin precedentes. Son los países desarrollados los que están en crisis y los emergentes los que equilibran la balanza", señaló Tangelson al presentar el viernes por la tarde (madrugada del sábado, en España) las conclusiones del G-24. El informe de otoño del FMI avala esta posición. Sus proyecciones de crecimiento dan a las potencias más avanzadas un crecimiento medio del 2,5% en 2007, y lo rebajan al 2,2% para 2008. La mayoría de los países emergentes y en desarrollo, pese a una ligera desaceleración, crecerán más de cinco puntos porcentuales por encima de los ricos. China e India aportan ya la mitad del crecimiento mundial, que este año será del 5,2%, y del 4,8% el que viene.
"La situación es irónica: los países que eran referente de buena gestión del sistema financiero son los mismos países con graves problemas de fragilidad financiera, poniendo en riesgo la prosperidad mundial", abundó ayer el ministro brasileño de Hacienda, Guido Mantega. En su opinión, el Fondo "está inadecuadamente equipado para hacer frente a la situación" y ha sido "excesivamente prudente" con los países occidentales.
EE UU pide recortes
El tono de las conclusiones del G-24 es un claro reflejo del mayor protagonismo que quieren alcanzar los países en desarrollo en los foros multilaterales. "Deben adaptarse a la nueva realidad, sino se atrofian", remachó Tangelson, para quien los cambios planteados hasta ahora por el FMI son "cosméticos". Ya fueron muy críticos con la reforma que llevó a cabo el todavía director gerente, Rodrigo Rato. Y tampoco comulgan con el tímido proyecto anunciado por su sucesor, Dominique Strauss-Kahn, para darles más cuota de poder.
En un encuentro previo a la cumbre, el secretario del Tesoro de EE UU, Henry Paulson, pasó de puntillas por este debate y se centró en la "insostenible" situación de las finanzas de la institución. "El Fondo debe reducir gastos, centrándose en su misión básica y ajustando su plantilla", dijo. Los préstamos realizados por el FMI este año apenas llegan a 14.000 millones de euros, la cifra más baja desde 1980.
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